Es la madrugada de este sábado 14 de marzo y Cuba se aproxima al temor que recorre el mundo ante el avance de la pandemia del Coronavirus, pero una noticia hace explotar de alegría las redes sociales de muchos cubanos. Son las mismas redes que estaban calientes desde hace doce días reclamando libertad para un joven artista negro, detenido en La Habana el 1 de marzo cuando salía de su casa. Lo habían llevado a la prisión de Valle Grande, rapado y vestido con uniforme de preso, y sobre él pesaba la amenaza de un juicio "sumario abreviado" para condenarlo a cinco años de cárcel.
El motivo de la alegría inesperada, la sorpresa, no puede ser mayor, porque lo que parecía casi imposible, ya es realidad: Luis Manuel Otero Alcántara está otra vez en la calle.
Más de veinte amigos, entre ellos importantes periodistas, escritores, artistas y activistas, lo esperaban a la salida.
Así, después de una intensa campaña mediática internacional pidiendo su liberación, ha aparecido al fin el artista Otero Alcántara en un video, entrevistado por la periodista Mónica Baró para El Estornudo. Su sonrisa, su palabra firme, y su frase emblemática: "Estamos conectados", vuelven a llenar de optimismo a los cubanos.
Quienes llevaban estos doce días batallando por su libertad, ahora comparten fotos que deslumbran, junto al joven que entre todos han logrado salvar de la prisión injusta.
En sus primeras declaraciones, al hablar sobre qué había echado en falta o qué más valoraba después de estos doce días sometido a un régimen de vida carcelaria, Alcántara no duda en mencionar la palabra libertad, algo que dice que le dolía perder viéndose restringido de todas las maneras posibles, pero con más indignación sabiendo que no había cometido ningún delito: "Cuando tú tienes la conciencia de que simplemente estás haciendo algo por Cuba, porque el futuro sea de más libertad, que el futuro de ellos mismos que te reprimen, también sea más libertad... eso te hace sentir mal".
La falta de su abundante pelo, su figura ahora rapada, es una huella preocupante. Ahí está el signo del poder que ha intentado apagar su espíritu rebelde y su libertad de expresión.
Aunque sin duda es otra la principal alerta que se desprende de este momento único en la historia reciente de Cuba: la solidaridad ha sido mucho más fuerte que todos los mecanismos represivos.
"Hay una Cuba que está cambiando", declara el artista. Y quizás él sea el mejor motivo para creerle.
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