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Emigraciones | Las rutas de los balseros cubanos

Historia de hechos reales y con finales múltiples, alternativos entre éxito o fracaso, en dependencia de las decisiones que tomes como  lector-balsero.

Balseros cubanos.
Balseros cubanos. | Imagen: Árbol invertido (montaje)

Despiertas, un día más, en Cuba; pleno 2021. La realidad no es alentadora. Es otro día de "apagón", y sin agua. Hay una profunda escasez de alimentos, de medicinas, y productos de primera necesidad. Para colmo, muchos de estos artículos solo se venden en Moneda Libremente Convertible (MLC), cuyo valor, dependiendo de la divisa, se comporta de manera irregular en el mercado negro. Las libertades civiles son cada vez más reducidas: se cometen abusos policiales, detenciones arbitrarias, y se criminaliza cualquier forma de disenso, en nombre del Socialismo.

El salario te alcanza, a duras penas, para sostenerte, y a tu familia, pero aún eres joven, y no quieres que tu vida continúe siendo una lucha constante por la supervivencia. "¡Si tan solo pudiera emigrar!", piensas mientras viene a tu mente la imagen de un conocido que se fue del país, en el 94, cuando la crisis de los balseros. En realidad, sí puedes hacerlo... pero las vías "legales" son procesos extremadamente burocráticos y costosos; y el escenario internacional acoge con escepticismo a los viajeros cubanos (más, con la actual crisis sanitaria).

Quedarse en Cuba no es una opción, pero tampoco lo es perder el tiempo en colas, frente a embajadas, y acreditando documentos, gastando del poco dinero que tienes en trámites y sobornos, intentando "migrar de forma ordenada y segura", para que al final, probablemente, te digan que no. Tu decisión es radical. Conoces bien de los peligros de la migración ilegal (casi siempre, por vía marítima), y las historias de "balseros" ahogados en el Estrecho de la Florida, intentando llegar a suelo estadounidense, pero decides asumir los riesgos, en tus aspiraciones de alcanzar un futuro mejor, lejos de la isla que te vio nacer.

A pesar de no estar vigente la política "Pies secos, pies mojados", en caso de llegar a Estados Unidos, quizá puedas solicitar asilo político, "demostrando" un temor creíble de persecución o tortura, en caso de deportación. En un escenario de restricciones en los vuelos internacionales, producto a la Covid-19, la ruta de los balseros parece ser la única vía. Con este pensamiento en mente, solo resta emprender el viaje.

Entre todas las maneras posibles de hacerlo, unirte a una expedición de balseros, organizada y planeada con antelación, independientemente de su costo, es probablemente la más segura.

En busca de una expedición

Balseros cubanos
Balseros cubanos. Fuente: albertonews.com

Tu decisión es unirte a una expedición de balseros, planeada. El proceso puede ser complicado, pero tal vez (dentro de lo que cabe) sea el más "seguro", pues las condiciones de estos viajes, suelen prepararse con meses de antelación, aunque no estén exentos de peligros.

Algunas de las maneras más frecuentes de unirse a estos intentos de migración, son:

  • Contactar con el dueño de una embarcación (dentro o fuera del país), que se dedique a la transportación ilegal de cubanos por vía marítima a cambio de dinero; es decir, con un "traficante".
  • Unirte a una expedición de balseros que aún construya su barca, aportando dinero para la compra de piezas necesarias para la misma.

Llegados a este punto, tienes varias opciones, pero en cualquier caso, necesitarás dinero para ello.

Así que vendes todas tus pertenencias, y juntas tus ahorros; los cambias por divisas convertibles en el mercado negro, y logras reunir una suma de 10.000 dólares americanos (monto nada despreciable, teniendo en cuenta la situación económica).

Debes elegir: 

  • ¿Contactas con el dueño de una embarcación (un traficante de personas)?
  • ¿O mejor te unes a una expedición que aún construye su balsa?

Primer contacto

Encontrar, en Cuba, al dueño de una embarcación, cualquiera, ya es de por sí bastante complejo. Más aún, que se dedique a "articular" expediciones por vía marítima, ilegalmente, a cambio de dinero. Por lo que, de antemano, sabes que no será barato. No obstante, informándote a través de las redes sociales, y luego de preguntar a conocidos y amigos, logras dar con uno, que partirá pronto, a un precio relativamente menor al promedio y que, coincidentemente, pide justo el dinero que tienes: 10 000 dólares americanos.

Lancha con motor. Imagen: Twitter de Chief Patrol Agent Tomas.
Lancha con motor. Imagen: Twitter de Chief Patrol Agent Tomas.

Es el precio de la "libertad". Coordinado, eso sí, desde la Florida. Por suerte, no lleva "más trabajo" que llegar a un punto previamente acordado desde donde lanzarse al mar; y, por supuesto... la travesía.

La barca es una lancha rápida con motor, en la que caben, de forma cómoda (considerando su destino), un total de 14 personas.

Sin embargo, por decisión de los organizadores, irán en este viaje casi el doble: 11 personas de más (incluyendo a los dos encargados de timonear el navío), lo que podría aumentar las posibilidades de que ocurra un accidente en altamar, y poner en riesgo la vida de todos los balseros, incluyéndote.

En caso de que consideres que esa opción es demasiado costosa, o riesgosa, existe la posibilidad de embarcarte en otra expedición, más barata, por 8.000 dólares que, además, te ofrece ciertas garantías. No obstante, tu sentido común insiste en desconfiar. Los segundos quizás no tengan experiencia. En cualquier caso, podrías considerar su oferta.

Debes elegir:

  • ¿Pagas con la totalidad de tu dinero (10.000 dólares), por el viaje coordinado desde Florida?
  • ¿Pagas menos (8.000 dólares), para unirte a la otra expedición?

Los riesgos del mar

A pesar de lo riesgoso que podría ser, te decantas por la opción más costosa. Primeramente porque es un viaje del cual ya conoces los detalles, es coordinado desde los Estados Unidos, y a esto se le suma la desconfianza en el otro viaje, que, por lo absurdo y “barato”, tiene pinta de ser una estafa.

La salida de esta expedición será por Encrucijada, en la Playa Nazabal, al norte de la provincia de Villa Clara. Luego de dar el dinero comenzaron los preparativos: te llevaron en carro a una localidad cercana a la costa, con el resto de los balseros (entre los cuales se encontraban un niño y una niña de cuatro y seis años). Ahí el guía les pidió que esperaran.

Pasaron varios días en los que tuvieron que subsistir con escasos dulces y apenas tres litros de agua para ocho adultos y dos menores, durmiendo a la intemperie; hasta que, finalmente los condujeran al punto acordado. Se montaron en la lancha a las 11 menos cuarto de la mañana: si todo iba según lo planeado, les tomaría unas horas hasta llegar a suelo norteamericano.

Luego de unas pocas millas habían dejado atrás las aguas cubanas, y sus guardacostas. Todo parecía marchar en orden. La intención era desviarse al oeste, bordear Cayo Sal, y continuar rumbo a los islotes de la Florida, o a la península misma. Ya se respiraban aires de “libertad” a 160 kilómetros del punto de partida, justo cuando la barca comenzó a quedarse sin combustible.

“Nos bajaron de la lancha, con el agua al nivel de los hombros (…) Nos dijeron que iban a salir con la poca gasolina que les quedaba y recargar el combustible. Regresarían dentro de un rato a recogernos”. Fueron abandonados en el islote de Cayo Sal, perteneciente a las islas Bahamas, sin apenas provisiones, según relató uno de los balseros al diario oficialista del gobierno cubano Granma.

Prácticamente todos los recursos de la expedición (comida y agua), quedaron reservados para los menores; llegando algunos a sufrir síntomas propios de la deshidratación. La isla apenas tenía cocos, u otras frutas que pudieran aplacar el hambre y la sed. Desesperados por ayuda, al tercer día, intentan incendiar el terreno, auxiliados de una fosforera, sin éxito.

En la madrugada de ese mismo día se aproxima una lancha, mucho más pequeña que la inicial, a recogerlos. Entre la euforia, y la fatiga, todos abordan el nuevo navío, sin medir los riesgos, lo que conduce a un desenlace fatídico: no habían pasado dos horas cuando se detuvo el motor, y comenzó a hundirse.

Todos se esfuerzan por mantenerse a flote, agarrándose de lo primero que encuentran: tablas, tanques, restos de la embarcación. Logras sostenerte, pero a poca distancia de ti escuchas llantos, y gritos de angustia. La madre de los niños, a tu lado, grita desconsolada:

—“¡Ay, mi hija, mi hija!”—su pequeña se encuentra desaparecida.

La gasolina de la barca quemaba a algunos de ustedes. Otros aseguran haber visto tiburones. Sin comida, sin agua, soportando las frías temperaturas del mar en la madrugada, y sometidos al terror psicológico. Sobre las 12 horas en el mar, el otro pequeño no resistió más el frío, y falleció, mientras se aferraba a uno de los adultos, posiblemente por la hipotermia.

Pasaron 14 horas de tortura en altamar, hasta que, en horario de la tarde, los náufragos fueron rescatados por la Real Fuerza de Defensa de Bahamas. Solo la mitad resultaron vivos. Los demás, fueron devueltos a territorio cubano, donde tuvieron que cumplir con un ingreso en los centros de aislamiento de la isla, de acuerdo con el protocolo sanitario por la Covid-19.

No te quedan esperanzas…

En el año fiscal desde octubre de 2020 a octubre de 2021, se han lanzado al mar, como tú, 664 cubanos en busca de un futuro mejor. De ellos, la mayoría no consiguen alcanzar el “sueño americano”.

(Basado en testimonios dados a las autoridades del gobierno cubano, y reportes de medios independientes e internacionales sobre la situación de los balseros).

Final 1ro

Un final inesperado

Velando por tu seguridad y economía, decides apostarlo todo a las posibilidades que te brinda este otro traficante: una fecha fija para partir; cercanía respecto a tu lugar de residencia; entrega de la mitad del dinero en la otra orilla (o sea, en Estados Unidos); y menos riesgos, aparentes, que en el viaje más caro.

En esas condiciones, le confías la mitad del dinero (4.000 dólares) al dueño de la embarcación, y te cita para dentro de una semana (previo aviso, atendiendo a las condiciones climatológicas), en un punto de la playa Guanabo, de la provincia Mayabeque, donde estarán el resto de los balseros que van con él, para partir rumbo a la Florida. Como escasa garantía, te ofrece su carnet de identidad (con sus datos personales), y un número de teléfono desde el cual podrán mantener el contacto. No te queda opción, más que seguir confiando.

No obstante, puede que las esperanzas de alcanzar la tan ansiada libertad te hayan jugado una mala pasada. Al pasar de los días intentas comunicarte con ese número, pero no responde… ahí empieza tu primera sospecha de que puedes haber sido víctima de una estafa. Buscas establecer contacto, por todos los medios posibles, con el organizador de la expedición, sin recibir respuesta. Vuelves a sospechar. Se acerca la fecha de salida. Sigue sin aparecer.

El día señalado, burlando las restricciones de movimiento interprovinciales, te diriges al lugar del cual se supone que iniciaría el viaje. La playa está, prácticamente, desierta: no hay indicios de expedición, ni del traficante… ni de tu dinero. Tu última opción es dirigirte a la dirección que aparece en su documento de identificación. Al hacerlo descubres que ahí no vive nadie: el carnet es falso.

Te han estafado. Y ni siquiera tienes la posibilidad de denunciar a tu embaucador.

Has perdido la mitad de tu dinero en vano. El resto, es muy probable que sea insuficiente para volver a intentarlo y, en caso de que no lo sea, tampoco te quedan ganas de iniciar, nuevamente, la arriesgado aventura.

(Basado en el testimonio de una residente en el municipio Cotorro, de La Habana. Su nombre permanecerá en el anonimato, por motivos de seguridad).

Final 2do

Medios de navegación

Has elegido ponerte en contacto con un grupo de balseros que estén armando su propia embarcación. ¿Cómo lo haces?

Entré al grupo Balseros cubanos, de Facebook, donde vi una publicación sobre las salidas del país por mar. En los comentarios de ese post, una persona puso su número de móvil, con un mensaje en el que decía que todo el que estuviera interesado en irse del país que le escribiera, porque estaba armando una expedición.

Así le escribí por Whatsapp, le pregunté acerca de cuáles serían las condiciones, intercambiamos datos personales y nos mantuvimos en contacto. Me comentó que seríamos 13 personas.

¿Cuáles serían las características del viaje?

Mi "contacto" lo había intentado varias veces a lo largo de 10 años, por lo que supe que tenía experiencia. Saldríamos por el Mariel, en cuanto las restricciones por el Coronavirus fueran menores. El objetivo era reunir una determinada cantidad de dinero entre todos para comprar o construir la embarcación.

Si seleccionábamos la primera opción, debíamos pagar 5.200 dólares, que es lo que cuesta, aproximadamente, una balsa inflable, rígida, con propulsor. En caso contrario, habría que comprar los materiales necesarios: planchas de poliespuma, varillas de metal, tablas de madera, velas... y de ser posible, una hélice, con un motor (además del combustible), en total casi de 3.000 dólares.

(Declaraciones de una persona que se puso en contacto con el organizador de una expedición de balseros).

Debes elegir:

  • ¿Comprar, entre todos, una balsa inflable rígida, con motor?
  • ¿Comprar los materiales, entre todos, y construir una embarcación?

Tierra prometida

Balsa inflable con motor. Imagen. Fuente: Nautic Expo.
Balsa inflable con motor. Imagen. Fuente: Nautic Expo.

La opción seleccionada fue comprar, entre todos, la balsa inflable, rígida, con motor. En total, 400 dólares americanos luego de distribuirse equitativamente los gastos. Visto de esa forma, podría resultarte rentable. En tal embarcación, y con un número de personas que supera su capacidad máxima (estimada sobre los 7 pasajeros), existiría, sin embargo, mayor riesgo de sufrir un accidente a bordo.

En esas condiciones, acuerdan que la salida será por un punto de la Playa Herradura en el Mariel, provincia de Artemisa; la intención sería dirigirse al norte, burlando a los guardacostas cubanos y la Guardia Costera de los Estados Unidos, y continuar rumbo a los islotes de la Florida, o a la península misma.

Luego de comprada la balsa, y reunidas todas las provisiones posibles (comida, agua y medicamentos), se lanzan al mar, incómodos, en un viaje incierto, apenas conocidos, buscando el “sueño americano”.

Bastaron unas pocas horas para que dejaran atrás las fronteras marítimas cubanas, y se adentraran en aguas internacionales. Todo parecía marchar en orden, excepto por inconvenientes menores, como las nauseas, el amontonamiento, y en el manejo de la embarcación. Ya se respiraban aires de libertad a casi 200 kilómetros del punto de partida cuando la barca comenzó a quedarse sin combustible, por lo que tuvieron que auxiliarse de los remos.

El desgaste físico empezaba a hacerse notar cuando, a lo lejos, divisan el navío de un pescador que alcanza a auxiliarlos, luego de hacerle señas, y trasladarlos hasta las costas de Cayo Marathon, en territorio estadounidense. No obstante, antes de desembarcar, informa a las autoridades de la presencia de migrantes irregulares, justo como dicta el protocolo.

Todos los que iban en la balsa, incluyéndote, fueron puestos a disposición de la Guardia Costera de los Estados Unidos, la cual inició, rápidamente, el proceso para la deportación a la isla de Cuba; sin siquiera considerar las solicitudes de asilo político que alcanzaron a hacerle.

Guardacostas americanos.
Guardacostas americanos. Fuente: El Sol Latino.

Hasta la fecha, en el presente año, son 663 los cubanos interceptados por la guardia fronteriza estadounidense, de los cuales la mayoría han sido devueltos a las autoridades de la isla; llegando a registrarse denuncias referentes al irrespeto del protocolo de solicitud de asilo. Esa es la situación en la que se encuentran tú y tus compañeros. En cualquier caso, llegaron a Estados Unidos.

Solo queda esperar.

Final 3ro

Primeros obstáculos

Balseros cubanos con embarcación construida. Fuente: Radiotelevisión Martí.
Balseros cubanos con embarcación construida. Fuente: Radiotelevisión Martí.

Aproximadamente 230 dólares es el precio a pagar, por cada uno de los integrantes de la expedición (dividiéndose los gastos de manera equitativa, de un total de 3 000), para conseguir los materiales que necesitará la barca con la que pretenden navegar a través del Estrecho de la Florida.

Luego de reunir los componentes, la construcción de la embarcación la realizaron escondidos, a pocos metros de la playa del Puente de los Mosquitos, en las afueras del Mariel. En las cercanías del mismo lugar donde, en el año 1980, ocurriera el éxodo masivo de miles cubanos hacia los Estados Unidos.

La balsa que lograron conformar, en poco menos de un mes, medía siete metros de eslora y 1,5 de manga hecha de poliespuma. Le equiparon tres cámaras de neumáticos rusos, atados a la estructura rectangular de madera, y consiguieron, además, un motor de camión Fiat Iveco junto con 200 litros de combustible.

Después de acumular la comida y provisiones necesarias, entre las que incluyeron caramelos para estabilizar el azúcar; cigarros y algunos medicamentos para utilizar en casos de emergencia, se dispusieron a partir en la madrugada, a las 12 de la noche, con la intención de eludir a los guardacostas.

Para más seguridad, descargaron una aplicación de celular que los auxiliara en la travesía marítima desde Cuba, con la ayuda del GPS del dispositivo.

Finalmente lograron zarpar. Cada vez que escuchaban o veían a lo lejos un guardacostas, cambiaban de rumbo. “Que no nos cojan”: se encomendaban a la suerte, y continuaban la travesía. Al poco rato, el motor comenzó a detenerse, pero descubrieron que refrigerándolo con agua de mar, volvía a arrancar y resistía. Así pasaron toda la madrugada.

A las 8 horas de viaje, mientras comenzaba a amanecer, el abrigo de uno de tus compañeros cayó al agua. Esto no habría sido un gran problema, por sí solo; pero el movimiento de las aspas impulsadas por el motor de la embarcación, comenzó a atraerlo a ellas, lo que podría provocar un accidente.

Llegados a este punto, parecería que la mejor alternativa es lanzarse al mar y recoger la prenda; pero los demás a bordo de la balsa se mostraron temerosos, luego de testificar haber visto tiburones cerca de ese lugar.

Sin embargo, la decisión final está en tus manos.

Debes elegir:

  • ¿Lanzarte al mar para recoger el abrigo?
  • ¿Ignorar el abrigo y continuar la travesía?

Accidente de balseros cubanos a pocos kilómetros de Cayo Hueso

Seis personas murieron y otras tres desaparecieron después de que una embarcación en la que viajaban 13 cubanos se hundiera la noche anterior frente a la costa de los Cayos de Florida. Mientras, los cuatro restantes fueron rescatados con vida en el mar por la Guardia Costera de los Estados Unidos.

Los supervivientes fueron encontrados a unos 25 kilómetros al sur de Cayo Hueso, en el extremo sur del Estado de la Florida. Según relataron, su embarcación se volcó luego de que el abrigo de uno de los balseros cayera al agua y obstruyera las aspas que impulsaba el motor.

Lograron mantenerse en la superficie nadando con sus brazos y piernas. Necesitaban ayuda, declaró el capitán Adam Chamie, comandante de la Guardia Costera de Cayo Hueso. Según un comunicado del servicio de guardacostas de los Estados Unidos, persisten las labores de búsqueda con lanchas rápidas, botes, helicópteros y otros medios a su alcance.

De acuerdo con la legislación estadounidense, los migrantes irregulares interceptados por las autoridades marítimas, deberán ser deportados a sus países de origen; o dar inicio a un proceso de petición de asilo político, para lo cual se le deberá realizar una entrevista de miedo creíble.

Hasta la fecha han sido detenidos en el mar un total de 663 migrantes irregulares cubanos. Ante estas cifras, Alejandro Mayorkas, secretario nacional de seguridad de Estados Unidos advirtió:

“Nunca es el momento de intentar la migración por mar. Para quienes arriesgan su vida haciéndolo, no vale la pena correr ese riesgo. Permítanme ser claro: si se lanzan al mar, no vendrán a Estados Unidos”.

(Noticia recreada a partir de información publicada por la cadena de información continua France 24, el 30 de mayo de 2021)

Final 4to

Tierra a la vista

En medio de la incertidumbre decides lanzarte al mar y recoger el abrigo, pues conoces de una expedición de balseros que terminó fatídicamente al atascarse una prenda con las aspas impulsadas por su motor. Este tipo de accidentes, en el Estrecho de la Florida, suelen ser comunes, a causa de las desfavorables condiciones en que viajan estos grupos de personas.

Después de regresar al bote, la travesía continuó con normalidad, a pesar de los inconvenientes. El GPS los situaba a 160 kilómetros del punto de partida. Solo quedaba seguir avanzando y evitar encontrarse con los guardacostas de Estados Unidos.

Las duras condiciones del viaje comenzaban a hacer mella: quemaduras en la piel, fatiga por las largas horas de viaje, y miedo: propio de la situación.

A las 6 de la tarde, luego de 18 horas a bordo de la barca, avistaron playas, y la alegría se apoderó de todos. Se encontraban en Cayos Marquesas: unas islas desiertas, pertenecientes al territorio norteamericano, situadas a unos 30 kilómetros al oeste de Cayo Hueso, y 150 al suroeste de la Florida.

Mapa de cayos de la Florida. Fuente: Savetheseaturtle.
Mapa de cayos de la Florida. Fuente: Savetheseaturtle.

Bastó un corto período de tiempo hasta que fueran divisados por un pescador que se encontraba en la zona. El protocolo, en estos casos, indica que se debe avisar inmediatamente a las autoridades de los Estados Unidos.

La Guardia Costera los trasladó a una zona segura, donde los proveyeron de comida y agua potable; antes de comenzar el proceso migratorio correspondiente para la deportación a Cuba.

Estando sujeto a remoción expedita, te diriges al oficial del Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza, en un último intento.

Debes elegir:

  • ¿Alegas que temes regresar a tu país, porque corres peligro?
  • ¿Dices que escapaste de tu país por las duras condiciones económicas?

Deportación inminente

Balseros cubanos deportados. Fuente 14yMedio.
Balseros cubanos deportados. Fuente 14yMedio.

Luego de alegar que los motivos económicos fueron la principal razón por la cual decidiste emigrar, el Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza da continuación al proceso para tu devolución a Cuba. Esto no habría ocurrido en caso de poder demostrar un temor creíble de persecución o tortura, luego de la deportación.

De acuerdo con un comunicado de los Servicios de Inmigración y Nacionalidad de los Estados Unidos, los oficiales de asilo solo realizarán una entrevista para evaluar el caso migratorio (o la solicitud de asilo) cuando, estando sujeto a un proceso de deportación inmediata, le dice al Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza que:

  • Desea solicitar asilo político.
  • Teme persecución o tortura.
  • Teme regresar a su país.

En el año fiscal desde octubre de 2020 hasta octubre de 2021, como tú y tus compañeros de viaje, han sido devueltos a las autoridades cubanas la mayoría de los migrantes irregulares.

Final 5to

Asilo político

Bandera norteamericana. Fuente: inmigracionyvisas.com
Fuente: inmigracionyvisas.com

Solicitar asilo político ante el oficial de Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza fue el principal motivo por el que se refirió tu caso a un juez de inmigración para una vista a fondo de tu situación; amparada en un temor creíble de persecución o tortura, según la Ley de Inmigración y Nacionalidad.

De acuerdo con un comunicado de los Servicios de Inmigración y Nacionalidad de los Estados Unidos, “debe solicitar asilo y exención de remoción ante el Juez de Inmigración. La carga de la prueba recaerá en usted para demostrar que es elegible para asilo u otra protección en los Estados Unidos”.

Para aprobar esta solicitud de asilo, debes demostrar que las razones que te llevaron a migrar de forma ilegal son políticas, o fundamentadas por el peligro que correrías, en caso de regresar a Cuba.

Con estas razones, solo “no se le concederá asilo o exención de remoción si:

  • Ha perseguido a otros por cuestiones de raza, religión, nacionalidad, membresía en un grupo social en particular, u opiniones políticas.
  • Ha sido convicto de un crimen mayor en particular.
  • Hay razones de peso para creer que usted cometió crímenes no políticos mayores fuera de Estados Unidos.
  • Ha estado involucrado o pudiera estar involucrado en actividad terrorista.
  • Estuvo viviendo en otro país por un largo período de tiempo; o,
  • Si hay causas justificables para creer que usted es una amenaza para la seguridad de los Estados Unidos”.

Tu viaje termina, has llegado a tierra norteamericana con posibilidades reales de conseguir la residencia. ¡Mucha suerte!

Final 6to

FIN DEL VIAJE

Ynariel

Ynariel

(La Habana, Cuba). Escritor, periodista y actor de teatro. Ex-colaborador del festival de cine "La Muestra Joven". Ambientalista y promotor del veganismo en Cuba.

Encargado de #CubaChequea, sección de verificación de Árbol Invertido. Para enviar opiniones o sugerencias: cubachequea@arbolinvertido.com

Comentarios:


Sabrina (no verificado) | Lun, 18/10/2021 - 22:00

Pero qué bueno está esto. Genial

Rosa María Suárez (no verificado) | Lun, 18/10/2021 - 22:01

Excelente trabajo periodístico, mis felicitaciones al autor y al medio. Jugué mal, jugué con dolor.

Anónimo (no verificado) | Lun, 18/10/2021 - 22:11

Simplemente tremendo!!!!!!!!!!!

Saul (no verificado) | Lun, 18/10/2021 - 22:17

Esto estâ buenísimo. Y qué triste la vida de los cubanos.

Anónimo (no verificado) | Jue, 21/10/2021 - 00:40

esto es lo que el pueblo de Cuba necesita.

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