A lo largo de los años, diversos modelos de guaguas han circulado por las calles de la isla, cada uno con sus propias características y peculiaridades.
Fidel Castro, antes de morir, aclaró explícitamente su deseo de que no se erigieran estatuas en su honor en Cuba, pero no dijo nada del resto del mundo.
“Cuando llegan repentinamente muchos pedidos de pizza al Pentágono, la Casa Blanca o la CIA, algo grave está por suceder y Estados Unidos está en ello".
Como parte del regalo estaba también cambiar el nombre a Ernst Thälmann, en homenaje a quien fue el dirigente principal del Partido Comunista de Alemania.