¿Puede surgir, cobrar fuerza y tener éxito en Cuba un movimiento de lucha no violenta? El activista Omar López Montenegro considera que sí y su libro Lucha estratégica no violenta: 100 consejos prácticos, como ya anuncia el título, es un manual sobre esta forma pacífica de enfrentar al poder, que requiere tanto valor o más que empuñar las armas.
Los más de 30 años de experiencia del autor como estudioso y practicante de la acción no violenta no pueden recogerse en apenas 230 páginas. Tampoco pretende López Montenegro inspirar a los lectores mediante un tratado teórico y filosófico. ¿Para qué, cuando en la historia abundan ejemplos exitosos de esta forma de lucha estratégica y pocas cosas resultan tan inspiradoras como el éxito?
Sobre este texto, que merece ser más difundido entre los activistas cubanos y que su autor define como "una caja de herramientas" para que puedan escoger ante una situación determinada cuál les sería más útil, conversa el también presidente del Centro Latinoamericano para la Noviolencia con Árbol Invertido.
Las acciones exitosas que aparecen en el libro fueron protagonizadas por activistas que se encontraban en los respectivos países (EEUU, Polonia, Serbia). En el caso cubano, una gran parte de los activistas está en el exilio o en la cárcel. ¿Cómo podrían realizarse acciones como las descritas en el libro en este contexto? ¿Qué poder de convocatoria podría tener un activista desde el exterior? ¿Qué papel debe desempeñar el exilio en un movimiento de lucha no violenta?
Los ejemplos de acciones que aparecen en mis libros siempre han requerido acciones desde el exterior y desde el interior. Cualquier campaña de acción no violenta tiene un componente que está fuera del lugar donde se producen los hechos.
El movimiento pro derechos civiles en Estados Unidos no hubiera alcanzado el momentum tan extraordinario que alcanzó, sin acciones de solidaridad del exterior, además premios internacionales como los muchos que recibió Martin Luther King, y otros participantes en el movimiento.
En el caso de Cuba hay un alto número de activistas y opositores que están en el exilio o en la cárcel. Pero hay muchos activistas que están en la calle. Está la doctora Alina Bárbara López Hernández.
Siempre es posible, a pesar de la represión, hacer cosas. El proyecto Varela logró movilizar a miles de personas.
El poder de convocatoria que podría tener un activista desde el exterior es limitado. De hecho, no es aconsejable y yo diría que en cierto sentido no es ni siquiera ético que tú convoques a manifestaciones si tú estás en el exterior. Tú puedes apoyar una convocatoria que se producen dentro de Cuba. Y entonces sí tiene un efecto de caja de resonancia. Este es el poder de convocatoria de un activista desde el exterior, amplificar y replicar las convocatorias que se hacen dentro de Cuba.
Esta simbiosis entre el poder de amplificar, de buscar recursos, que tienen los exilios está en relación directa con la capacidad de los movimientos dentro de Cuba de articular y reclutar gente en torno de una demanda.
Ejemplo clásico, Solidaridad en Polonia. Se sabe que en Nueva York existía un pequeño comité que se llamaba el Comité de Apoyo a Solidaridad, que lo manejaban Eric Chenoweth y Irene Lazota. Este movimiento recaudaba fondos y ayuda material para el sindicato Solidaridad en Polonia. En uno de los viajes de Lech Walesa, cuando finalmente pudo salir, recaudó 1.000.000 de dólares en un día en Chicago. Pero finalmente, las circunstancias en Cuba no constituyen una excepción a las reglas comunes de acción estratégica no violenta.
¿Qué papel debe desempeñar la prensa independiente, que no implique convertirse en simple vocera o subordinada de la sociedad civil, la oposición y el exilio?
La prensa independiente está jugando el papel que le corresponde. El primer papel que jugó por su propia naturaleza, al surgir, fue el de reflejar lo que sucedía en Cuba, que no reflejaba la prensa oficialista y ya ahí hay un campo extraordinario para trabajar, que ha seguido trabajando la prensa independiente.
Recuerdo en este punto a la persona que tal vez fue la primera que se dedicó a hacer trabajo de prensa independiente en Cuba. No tenía una agencia de prensa ni formación periodística, pero fue la primera la persona que salió a hacer entrevistas en la calle y reportar y enviarlas a la emisora La Voz, de la Fundación (Nacional Cubanoamericana), y después también a Radio Martí. Esta persona se llama Pablo Reyes Martínez. Falleció en el exilio, fue preso político en Cuba y salió por la gestión del Papa Juan Pablo II.
Cada vez que terminaba una entrevista o un pequeño reportaje decía: "La oposición es una escuela de democracia." Era como un motto que repetía constantemente cada vez que transmitía una entrevista.
Menciono esto porque también es otro papel que ha estado jugando, yo diría muy exitosamente, la prensa independiente dentro de Cuba: ser esa escuela de democracia, ser capaz de brindar opiniones, incluso alternativas en los artículos de opinión, aunque con estas opiniones a veces no estén de acuerdo los líderes de la oposición dentro de Cuba.
Usted habla de la constante incorporación al movimiento de nuevos sectores, incluso de grupos marginados, como los grupos religiosos, etc. En el caso de Cuba, ¿cómo podrían integrarse en un mismo movimiento prodemocrático de lucha no violenta, por ejemplo, miembros de la comunidad LGBTI, que protagonizaron una importante marcha alternativa en mayo de 2019, y las iglesias cristianas que con tanto fervor se opusieron al reconocimiento del matrimonio igualitario, en 2022?
Creo que en esta pregunta radica, en cierto sentido, la clave de cómo articular un movimiento. No vamos a decir congeniar, porque en muchos casos no se puede congeniar puntos de vistas diametralmente opuestos, o que en muchos casos provocan hasta confrontaciones, no violentas, pero confrontaciones entre los diferentes grupos, como surgió en el caso de los religiosos y el tema del Código de las Familias en Cuba.
En este caso, lo importante es la visión del mañana, una agenda común tanto para estos grupos religiosos o los grupos de organizaciones LGBT no alineados con el Gobierno. El punto común es el reconocimiento legal de todas las organizaciones de sociedad civil. Es una agenda común para todos. En el Código de las Familias, el régimen aprobó el matrimonio entre personas del mismo sexo, pero sigue sin reconocer a las organizaciones LGBTI que no simpatizan con el régimen o que no están afiliadas con el régimen. De hecho, prácticamente el CENESEX (Centro Nacional de Educación Sexual) es lo único que se reconoce.
El tema sigue siendo el mismo para las organizaciones LGBTI y para estas organizaciones religiosas. Es decir, no hay un pleno reconocimiento. No se pueden registrar legalmente todas las pequeñas iglesias que se quieran registrar en Cuba como se registran en cualquier lugar del mundo.
Este tema es tan clave que abre las puertas a otro, como las organizaciones políticas o partidos políticos, etcétera. Es una punta de lanza, pero es un punto en común, porque todavía no está resuelto.
Cuando la marcha tiene un poder en números extraordinario, no hay manera detenerla y el régimen astutamente se adapta a la situación.
Usted considera importante dar publicidad a la protesta antes de que se lleve a cabo. ¿No es eso contraproducente en el contexto de represión de Cuba? En 2021, la marcha del 15N, (convocada inicialmente para el 22 de noviembre), tuvo mucha publicidad. Fue frustrada por el régimen. Muchas personas que habían anunciado su participación fueron encarceladas antes. Otras amanecieron cercadas por la Policía o por vecinos que les hicieron actos de repudio. Los pocos que lograron manifestarse en solitario fueron arrestados.
La marcha tuvo mucha publicidad, pero no fue frustrada por eso. El Gobierno de alguna manera u otra siempre sabe. Tiene espías, agentes, colaboradores. Además, la realidad es que cuando tienes un evento en el cual se supone que van a participar miles de personas, no hay manera de evitar que todo llegué a oídos del Gobierno.
Yo creo que el 15N fracasó porque el liderazgo no estaba preparado y no había concebido un plan alternativo. Yo diría que hasta pensaban que, como se trataba de algo diferente, el régimen la iba a permitir.
Los regímenes dictatoriales no permiten las marchas. Simplemente, cuando la marcha tiene un poder en números extraordinario, no hay manera detenerla y el régimen astutamente se adapta a la situación. Dice, "Okay", pues vamos a filmar, vamos a ver a quiénes castigamos como ejemplo, etcétera. El poder en números hace que el costo de evitar la marcha sea mucho más alto que el de dejar que se produzca.
El 15N fracasó porque esa participación masiva no estaba garantizada. No había ningún trabajo previo que garantizara que iban a asistir muchas personas. Se confió en una convocatoria en las redes sociales.
Se cree que, si se pone en las redes, la gente va. O que, si me pusieron 5.000 likes, tengo 5.000 participantes. No. Eso se garantiza hablando con las personas, estableciendo protocolos.
Factor fundamental aquí es la capacidad de movilizar y cómo se moviliza. ¿Cómo se movilizó el 11 de julio? A través de los grupos de WhatsApp, enviando mensajes. Recordemos la sucesión de eventos, la marcha en San Antonio de los Baños.
Este muchacho que está preso comenzó a compartir en grupos de WhatsApp y a postear en Facebook Live lo que estaba pasando en San Antonio. La gente empezó a utilizar sus mecanismos de comunicación y empezaron a surgir la las marchas en otras ciudades. Se generó una oleada de entusiasmo colectivo. ¿Por qué no continuó? Precisamente porque no había una planificación previa, un pensamiento estratégico, fue una cosa puramente espontánea.
Pero el 15N no fracasó solo como marcha, sino como evento que pudiera de alguna manera iniciar un proceso de capitalización de la fuerza de cambio en Cuba. Tiene mucho que ver con su liderazgo y su más alto liderazgo.
Existen muchísimos casos que demuestran que cuando tienes un poder lo suficientemente grande en números y una planificación estratégica, es mucho más conveniente que lo anuncies, porque, como expliqué, no lo pueden mantener en secreto.
La marcha final sobre Serbia, que trajo gente de todas las provincias, fue anunciada públicamente y eran caravanas de bulldozer, tractores, campesinos, todo el mundo por las carreteras. Todo eso se puede ver en el documental Derrocando a un dictador.
Las acciones de manifestaciones no violentas implican y utilizan el argumento o la vía electoral. Es una de las herramientas del arsenal de no violencia.
La oposición cubana ha hecho varios intentos de aprovechar las pequeñas grietas que deja el sistema electoral para intentar ocupar cargos de delegado del poder popular a nivel comunitario. Lo más lejos que se ha conseguido llegar es obtener dos nominaciones en 2015. El régimen no ha tenido escrúpulos en violar sus propias leyes en aras de impedir el avance de la oposición. ¿Las acciones de desobediencia civil y protesta no violenta del movimiento implicarían la renuncia a la vía electoral? ¿Pueden ambas vías combinarse para lograr el objetivo del avance hacia la democracia?
Las acciones de desobediencia civil y protesta no violenta no solo no implican la renuncia a la vía electoral, sino que la incluyen. Todo el movimiento de resistencia en Serbia fue para conseguir un resultado electoral. En la oposición existían diferentes partidos, pero para ganar necesitaban votos. ¿Quién tenía los votos? Otpor (Resistencia). Pues Otpor reunió a los partidos políticos: "pónganse de acuerdo y escojan un candidato. Nosotros vamos a apoyar a un candidato". Así sale la candidatura de Vladimir Kostunica, que es el que gana las elecciones. (Slobodan) Milosevic no las reconoce. Entonces viene la movilización nacional para hacer valer el voto.
Las acciones de manifestaciones no violentas implican y utilizan el argumento o la vía electoral. Es una de las herramientas del arsenal de no violencia.
Imagínese que soy una joven descontenta con el sistema político y económico impuesto en Cuba, y la miseria que ha generado, además de la falta de libertades. Por tanto, me estoy preparando para emigrar. Convénzame de quedarme y formar parte de un movimiento de lucha no violenta para lograr cambios en el país.
Todo el mundo marcha buscando un futuro mejor en otro lugar. En algunos casos, la gente marcha forzada por la circunstancia, la represión, el acoso. Pero yo diría que lo más importante en estos momentos es que el régimen está más débil que nunca. En estos momentos vive más de la percepción del poder que tiene como del poder real que tiene. El poder no viene de las armas de fuego. Viene de la obediencia de la gente, que ejecuta las órdenes. Pero creo que el 11 de julio abrió una ventana de esperanza extraordinaria. Rompió mitos y esquemas.
La decisión que debes tomar es si vas a construir ese futuro mejor fuera con todos los contrapesos y los pesos que llevas o si quieres construirlo dentro. La gente que sale en muchos casos vuelve a reencontrarse con esa parte de sí mismo que se quedó en el país donde se fue. Uno nunca se va a sentir completo hasta que pueda reencontrarse en libertad con el lugar a donde uno pertenece.
Cuando una lee su libro, se da cuenta de que conoce una buena parte de esos ejemplos exitosos de movimientos de lucha no violenta. La oposición y la sociedad civil también tienen que conocerlos. ¿Por qué no ha surgido en Cuba hasta el momento un movimiento de ese tipo?
Yo diría que en Cuba han surgido movimientos de ese tipo, lo que no han alcanzado tal vez el carácter masivo. El proyecto Varela fue un movimiento de ese tipo. La respuesta del régimen que, por cierto, implica de por sí una victoria del proyecto, fue cambiar la Constitución para poner que el socialismo es irrevocable. Es decir, lo hizo reaccionar, esto es importante.
Los movimientos toman la iniciativa y entonces, el régimen tiene que reaccionar a lo que hacen los movimientos. Pero esto necesita hacerse de una manera sostenida y coordinada a través del tiempo y en todo el territorio nacional. Pero en Cuba han surgido movimientos de ese tipo.
El régimen está más débil que nunca. En estos momentos vive más de la percepción del poder que tiene como del poder real que tiene.
La confianza de Omar López Montenegro en la lucha no violenta quizás nace del hecho de que él mismo pudo disfrutar de una quizás pequeña y simbólica, pero importante victoria, obtenida mediante esa forma de lucha, cuando era un estudiante de preuniversitario y, aunque ahora pueda parecer increíble, tenía un afro. Es uno de los ejemplos de éxito de lucha estratégica no violenta dentro de Cuba que ofrece a Árbol Invertido.
Probablemente por eso, mira con optimismo la protesta estudiantil universitaria generada por el tarifazo del monopolio estatal de las telecomunicaciones de Cuba, ETECSA, aunque el régimen haya logrado apagarla tan rápidamente … en apariencia.
Un movimiento –porque fue un verdadero movimiento todavía sin estar estructurado, sin tener una visión estratégica del conflicto en sí, pero el hecho de que hubiera sucedido y de que encontró réplicas en diferentes universidades– ya marca un precedente extraordinario. Así que es una gran victoria. El régimen tuvo que responder, que lo colocó a la defensiva y esto es una gran realidad. El régimen tuvo que responder y tuvo que verse forzado a realizar maniobras como esta comisión (el grupo multidisciplinario integrado por 30 estudiantes elegidos por la Federación Estudiantil Universitaria para supuestamente representar a toda la comunidad estudiantil universitaria cubana).
En cualquier situación, en cualquier conflicto, hay momentos de descanso, por decirlo de alguna manera. Hay repliegues tácticos.
Hay un compás de espera, una calma chicha, diría yo. Estamos hablando de cientos de estudiantes y yo me atrevería a decir, yendo hacia abajo en esa pirámide, miles que no aparecen en las redes, pero que en un momento determinado se vieron representados en este intento de crear una identidad alternativa, que es el punto que viene. Es decir, los estudiantes deben tener claro ya que dentro de los cánones institucionales no van a ser escuchados sus reclamos.
El tarifazo ya es un hecho y si la gente está descontenta con el tarifazo, especialmente los estudiantes, no creo que vayan simplemente a decir: "Bueno, ya va, ya perdimos y esto se acabó." No es tan simple, como no fue tan simple que se articulara ese movimiento.