Hace unos meses el deporte femenino español y, más concretamente, el fútbol, copaba los titulares de prensa con el triunfo de la Roja en la edición mundialista que acogieran Australia y Nueva Zelanda y el revuelo provocado en torno al presidente de la Federación Española Luis Rubiales y su beso no consentido a la futbolista Jennifer Hermoso.
Asimismo, se dieron otros escabrosos episodios como la marcha forzada del seleccionador Ángel Vilda, la convocatoria a una huelga de la liga femenina en la primera jornada y todo tipo de declaraciones y comunicados que ponían el dedo en la llaga: la enorme brecha existente entre el trato que reciben las mujeres deportistas y sus colegas de profesión hombres.
En fin, que parecía que el fútbol para los grandes medios dejaba de ser cosa de machirulos y que en lo adelante lo que sucediera con ellas también sería noticia más allá de reseñar conflictos o comentar la presencia de Hermoso en las campanadas de Televisión Española. Pero aquel enorme interés informativo parece haber cedido o, al menos, resultar bastante selectivo. Prueba de ello es la sala de prensa vacía del Real Madrid que presentaba a dos nuevas integrantes de su plantilla, en triste contraste con lo que suele ocurrir cuando aparecen los Bellingham de turno.
Género y deporte. Búsqueda de la inclusión real y equitativa en un medio marcado por las masculinidades más aferradas al heteropatriarcado. De estos temas buscamos hablar con alguien que los conoce de primera mano por su doble condición de periodista y entrenador con categoría nacional, alguien que acumula vasta experiencia trabajando con niños y jóvenes que sueñan con balones y goles. Su nombre es Miguel Pérez Duque, pero se le conoce como Miki Duque y los dejamos con sus respuestas a nuestro cuestionario.
Aejandro Langape (AL): Miki, recuerdo que años atrás los gritos de "nenaza" acompañaban a Guti en sus desplazamientos con el Real Madrid por los campos futbolísticos de España y que a muchos sentó mal la "metrosexualidad" que trajo a La Liga David Beckham, “porque el fútbol era y siempre sería cosa de hombres”. Hoy, España es campeona mundial de fútbol femenino y tiene otros títulos en sus vitrinas en las categorías juveniles y de cadetes y no es raro que chicos y chicas lleven con orgullo camisetas con los nombres de Alexia Putellas y Aitana Bonmatí. ¿Realmente han cambiado tanto las cosas desde aquellos insultos a Guti, o los títulos de las chicas a nivel de selecciones nacionales y del Barcelona en la Champions femenina son apenas un espejismo?
Miki Duque (MD): Sí, las cosas han cambiado muchísimo. Para empezar, ya hace unos años que la Liga persigue ese tipo de insultos (y otros, como los racistas) y por lo tanto cada vez se oyen menos. Lo que antes hacía una mayoría ahora es algo excepcional. Sobre todo por la cuestión social. Ahora, la mayoría de la gente señala al homófobo o al racista de turno en el momento y, claro, eso hace que muchos se lo piensen y no se atrevan.
AL: ¿Cómo empieza el despegue del fútbol femenino español?
MD: El despegue del fútbol femenino español seguramente empieza en 2015, con la primera participación de la Selección Femenina en el Mundial de Canadá.
En 2019, en el segundo Mundial femenino de la selección española, en Francia, se da otro paso al conseguir la primera victoria y caer por la mínima y compitiendo hasta el final contra Estados Unidos, la mejor selección de la historia. Durante casi todo el partido el marcador fue de empate a 1 y las americanas (que acabaron siendo campeonas una vez más) sólo pudieron ganar de penalti a un cuarto de hora del final.
Después de esto y justo antes de la Eurocopa de Inglaterra, España derrotó a Holanda, vigente subcampeona de Europa, en un amistoso por 1-0.
Hace un año, España cae en cuartos de final en la Eurocopa de Inglaterra precisamente ante la anfitriona, igualmente por la mínima, 2-1. España fue ganando desde el inicio de la segunda parte hasta el minuto 85 y, después de eso, las locales marcaron el segundo en el minuto 6 de descuento. Además, las inglesas acabaron siendo campeonas.
Y tras estas dos eliminaciones por la mínima y ante las futuras campeonas de los últimos dos grandes torneos, a finales de 2022 España derrotó por primera vez en su historia a Estados Unidos por 2-0.
Así que con estos precedentes que hacían ver que algo grande podía estar cerca, llegamos a este Mundial.
España ganó dos de sus tres partidos en la fase de grupos por goleada, y pese a que tuvo un borrón al caer igualmente goleada ante Japón, después superó todas las eliminatorias siendo claramente mejores que sus rivales y acabó siendo campeona de manera brillante.
AL: Real Madrid vs FC Barcelona era un clásico que hasta hace muy poco no podía disfrutarse en la competición liguera femenina española. ¿Por qué crees que el club de la capital tardó tanto en tener una sección femenina?
MD: Pues es muy simple: porque al principio el fútbol femenino no daba beneficios, o directamente daba pérdidas, y el presidente del (Real) Madrid (Florentino Pérez) se rige sobre todo por términos económicos. A raíz del crecimiento de la modalidad, se decidieron a tener un equipo. Eso sí, le compraron la plaza al Tacón, no es que crearan un equipo de la nada.
AL: ¿Crees que en general los grandes clubes españoles manejan con igual cuidado que a los chicos a las niñas que llegan a probarse?
MD: Creo que actualmente sí. Como mínimo los grandes clubes tratan a las niñas igual que a los niños.
AL: Es común ver en categorías inferiores equipos mixtos, o sea, compuestos por chicos y chicas. ¿Existen diferentes metodologías a la hora de entrenar a niños y niñas? ¿Hay vestuarios separados para chicos y chicas en prebenjamines y benjamines?
Yo mismo he entrenado a varias niñas y no hay diferencias. En cualquier caso, lo que debe hacer un entrenador es tratarlas con naturalidad, jugando al fútbol son una más, sólo es cuestión de ponerse dos botas, jugar con un balón y ponerle pasión.
En cuanto a vestuarios separados, no los hay. Lo que se hace en esa situación es dejar a las niñas cambiarse primero y después entran los niños, que seguro que son mayoría.
AL: La adolescencia es sumamente complicada para todos, pero imagino que para una chica que quiere jugar al fútbol en el patio de su colegio lo es mucho más. ¿Qué debe hacer un entrenador para que esas chicas que aún son miradas desde la sospecha por entornos familiares, amigos, compañeros, profesores, se sientan a gusto y superen la presión?
MD: En los colegios no sabría decirte, o al menos no me atrevo a asegurarlo, pero en los campos de fútbol, ya sea en equipos o en academias, esa situación actualmente, al menos en España, se lleva con total naturalidad, tanto por parte de las propias niñas como de sus compañeros niños, los entrenadores y los familiares.
AL: No son pocos los casos de violencia en las gradas mientras se disputan partidos de alevines, benjamines. Y me refiero a actitudes provocadas por padres exaltados, esos que siguen pensando que el fútbol admite empujones, golpes, patadas, que, a fin de cuentas, es un deporte de y para hombres. ¿Cómo cambiar eso? ¿Cómo lograr que chicos y chicas no imiten estos modelos de masculinidades tóxicas?
MD: Esto sí que es un problema grave y serio. No sabría bien qué decirte... Evidentemente, lo ideal sería que no pasara nada de eso, pero se sabe que sigue pasando. La solución pasa por tomar medidas contundentes con todos esos padres hooligans, pero eso creo que depende más de los propios clubes que de las federaciones. Por suerte, yo estoy en un club ejemplar en ese aspecto, en el que se les dejan las cosas claras a los padres desde el primer momento y no he tenido ningún problema.
Y creo que lo que menos nos tiene que preocupar son los chicos y las chicas. Muchas veces me he encontrado con padres hooligans cuyos hijos tenían un comportamiento ejemplar. Sé que puede sonar raro y sorprender, a mí el primero, las primeras veces que lo he vivido, pero te aseguro que es algo de lo más habitual. Al final, los chicos y las chicas sólo quieren divertirse por encima de todo.
AL: "Un simple besito", "demasiada alharaca por nada". Eso dicen en muchos corrillos sobre lo sucedido entre Luis Rubiales y Jenny Hermoso. He leído tus opiniones al respecto y me parecen de las más mesuradas y objetivas. Ahora bien, ¿qué necesita el fútbol femenino en España para evitar que se repitan estos desagradables episodios?
MD: Mira, sin querer perder mucho tiempo en este asunto del que ya estamos hartos en España, te puedo asegurar que el famoso beso es lo menos grave que ha hecho Rubiales. Es más, incluso desde la perspectiva del machismo, ha hecho cosas mucho peores. El beso fue lo más mediático, pero ni de lejos lo más importante. Por suerte, aunque debió ser cesado o dimitir mucho antes, ya está fuera.
El fútbol femenino necesita una renovación en la federación que en este mismo momento se está produciendo. Una limpieza de la gente que estaba con Rubiales. Es lo único que falta, que haya paz interna. La materia prima sobra, Campeonas del Mundo absolutas, Sub 20 y Sub 17, poco más que decir.
AL: Todos recordamos el gesto obsceno de Emiliano Martínez, “El Dibu” al recibir su premio como mejor arquero en el Mundial Catar 2022 y todos hemos visto un comportamiento similar de Luis Rubiales en el palco durante la final mundialista. Parecerían gestos aislados estos "excesos de testículos", pero hace poco, en Segunda División, Víctor Mollejo repetía el tocamiento de genitales para celebrar su gol con el Zaragoza. Más allá de las disculpas pedidas por los implicados en estos incidentes, queda la celebración falocéntrica como símbolo de un deporte que, paradójicamente, en Estados Unidos, la histórica potencia, se consideró femenino. ¿Qué hacer ante estos desbordes de machismo? ¿Qué hacer cuando Hugo Gatti manda a fregar platos a una comentarista? ¿Qué hacer cuándo se critica a una periodista por destacar la belleza física de un futbolista y se normaliza que las cámaras se regodeen mostrando en las gradas a chicas guapas y ligeras de ropa apoyando a sus clubes o selecciones?
MD: La verdad es que me parecen casos muy diferentes. El Dibu hizo una celebración obscena al recoger el trofeo, muy evitable. Rubiales, sin duda el peor, hizo ese gesto en el palco de autoridades, el lugar en el que hay que ser más respetuoso y comedido, para más inri al lado de la Reina de España. Mollejo hizo el gesto en caliente durante un partido de fútbol, además de ser el que pidió las disculpas más sinceras.
El Dibu es un tipo excesivamente "canchero", que dirían en Argentina. Lo volvería a hacer. Rubiales es un impresentable que se comportó como un hooligan. Ha hecho cosas peores. Víctor Mollejo es un buen chaval que se calentó en exceso en un momento, pero lo disculpo totalmente.
En cualquier caso, me parece que son gestos más de mala educación que de machismo.
Lo de Gatti es muy simple: es un tipo de otra época que no ha sabido evolucionar. ¿Qué hacer? Si fuera mi programa lo mandaría a pedir disculpas inmediatamente o lo expulsaría. De hecho, Irene Junquera es una buena periodista que ha evolucionado después de su paso por El Chiringuito.
Cuando una periodista hace eso y se la critica me parece perfecto, es una crítica merecida. Si es periodista deportiva, que se dedique a hablar de deporte. Sobre todo para que no pierda credibilidad.
En España tenemos un problema grave con eso: hay periodistas deportivas que son muy buenas, como por ejemplo Mónica Marchante, y otras que son muy malas, como, por ejemplo, Sara Carbonero, que están ahí por una mera cuestión de imagen. Claro, estas últimas (sobre todo en la cadena La Sexta) son elegidas por la razón de que el deporte tiene un público mayoritariamente masculino, así que la elección es pura e interesadamente machista... pero también porque ellas se prestan a eso. El problema es que luego ponen bajo sospecha a otras que puedan ser llamativas físicamente y al mismo tiempo grandes profesionales, como por ejemplo Helena Condis... Al final, pagan justas por pecadoras.
Lo de las cámaras es cuestión de los realizadores, es parte del show, no son imágenes robadas, no le veo problema. Al final volvemos a lo anterior. Las mujeres que se visten de esa manera para ir a un campo de fútbol y luego son grabadas o sacadas en imagen, son precisamente las que contribuyen al machismo de esa idea de que el fútbol es para hombres o de que no les puede gustar a mujeres. Digamos que ellas mismas se venden como reclamos sexuales, aunque sea a nivel visual...y vuelven a pagar justas por pecadoras.
AL: Si ahora mismo tuvieras que dar la última charla motivacional a un grupo de chicas a las que entrenas y que saldrán a la cancha a disputar un partido crucial, ¿qué les dirías?
MD: Pues les diría que el fútbol no es de hombres ni de mujeres, es de quien lo ame, lo viva con pasión y se esfuerce por mejorar. Les diría que el mejor jugador que han visto es Messi, que mide 1.70, así que no importa ser más pequeño o menos fuerte físicamente. Y les diría que tienen que dar lo mejor de sí porque cuando sus abuelas eran jóvenes no les permitieron jugar. Cuando sus madres eran jóvenes podían, pero las miraban mal, incluso las insultaban. Así que ellas ahora tienen que salir ahí y dar lo mejor de cada una, por sus abuelas, por sus madres y por ellas mismas.