La Bienal de La Habana es ahora mismo un error en el sistema, algo ilusorio, como si no existiera. Un espejismo. Perdió esa aura de antaño, la de las grandes presentaciones y eventos multitudinarios por todas las calles. Eso dejó de existir, porque la Bienal de La Habana debió haber sido realizada el año pasado, y luego de ser pospuesta para este año por parte del régimen cubano, bajo el pretexto de los estragos del huracán Irma, pasó a convertirse en un jarrón chino, o un vicepresidente, que nadie sabe para qué sirven. Ahora la Bienal es un vagabundo borracho que duerme a los pies de los bancos de 5ta avenida. Sin nadie que la respalde.
La Bienal de La Habana se ha convertido en un daño colateral y es ahora mismo una piñata estropeada. Porque en realidad, el año pasado ya tuvimos una Bienal, la 00, organizada por los artistas Luis Manuel Otero y Yanelys Nuñez, junto a muchos otros, lograron con recursos propios darle vida de forma independiente a uno de los eventos artísticos más importante de todo el Caribe.
La Bienal 00 fue un evento extraordinario. Agrupó a artistas de todas partes que unidos bajo el lema “Ni a favor ni en contra, sino todo lo contrario”, lograron remover La Habana por esos días, y no faltaron las detenciones, las amenazas de la Seguridad del Estado, exposiciones clausuradas, pero, así y todo, la Bienal 00 fue un éxito rotundo.
Eso sucedió por la ruptura y la guerra cultural que están sosteniendo los artistas contra el gobierno a causa del totalitario Decreto Ley 349. Es de suponer que, por eso, aún no se ha publicado el programa artístico, y que solo le estén dando promoción e importancia a espacios con muestras colaterales, que si bien son buenas propuestas, son solo una parte de lo que debería ser a estas alturas la gran fiesta que fue en su momento la Bienal de La Habana.
Varios factores se agrupan en torno al evento con ambiente enrarecido con fecha de arrancada este 12 de Abril. El primero y más significativo es que será la primera Bienal sin ningún Castro en el poder, aunque perpetuamente bajo su sombra, hay que estar claro. Lo segundo es que seguro va a ser la Bienal con el mayor presupuesto aprobado para realizar dicho evento, y lo tercero y no menos importante, es que será en el aniversario 500 de la fundación de la Villa de San Cristóbal de la Habana. ¿Esto última será una casualidad? Pues no, las casualidades no existen. Y si algo ha demostrado el gobierno de Cuba es creatividad.
La Bienal no había comenzado, y ya estaba dando sus primeros traspiés, porque, aunque no lo crean, el arresto del reconocido artista y activista Luis Manuel Otero, así lo comprueba. Dicho artista dio pormenores sobre una de las obras que presentaría de manera independiente en este evento. Se trataba de una carrera homenaje a Daniel Llorente, el hombre que corrió varios metros enarbolando la bandera de los Estados Unidos, por delante de todas las personas que iban a iniciar el desfile oficial del Primero de Mayo del 2016. Luego de dicho acto, Llorente fue juzgado, y pasó un año en el hospital Psiquiátrico de Masorra.
El artista Luis Manuel Otero, reconocido por su obra de carácter performático y con un fuerte contenido social, engalanará esta Bienal, como también lo hará el joven artista Yuniel Delgado Castillo con varias obras monumentales y de un marcado estilo expresionista, o el fotógrafo Leandro Feal.
¿Pero eso solo será la Bienal, eventos colaterales sufragados en su mayoría por los mismos artistas, o será la gran fiesta del arte que esperamos todos?
Quedan muchas interrogantes, como, por ejemplo, el presupuesto recibido por el curador Juan Delgado para la realización del proyecto “Detrás del muro”, que, además, es un proyecto tan pobre y carente de vida que no se sabe cómo lo permiten. Juanito Delgado, más que curador, es un hombre lleno de amigos a los que favorece a pesar de que sean artistas con una obra mala. Pero, ya lo podrán ver en esta Bienal que llega con un año de retraso, nada más y nada menos que bajo la sombra del arte independiente, que a golpe de censura y amenazas y violaciones, ha logrado abrirse paso y se encamina a la Bienal 01, una verdadera fiesta de arte.
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