En la tarde del pasado viernes 21 de mayo tuvo lugar la charla de presentación del libro Un cuarto de siglo con Martí. La Peña del Júcaro 1995-2020, editado por Grupo Ánima (un proyecto para la indagación de la memoria en Cuba llevado a cabo por artistas, investigadores, escritores, críticos y curadores de arte) en colaboración con el sello editorial Homagno, creado por un grupo de amigos martianos dentro y fuera de Cuba.
El encuentro, de una hora de duración aproximadamente, se produjo en la ya popular plataforma online para videoconferencias Zoom, y fue transmitido en vivo a través de las redes sociales de Ánima, donde ha quedado registrado y a disposición del público. En él participaron, desde las ciudades de Camagüey, Portland y Miami, fundadores de la Peña como Rafael Almanza (escritor) y Eudel Cepero (geógrafo, profesor y ecologista), y miembros destacados de la misma como Alenmichel Aguiló (historiador y jurista), Jorge Luis Porrata (poeta, ilustrador y maestro) y Mario Ramírez (poeta), a quien debemos la labor de compilación y edición que dio lugar al libro en cuestión. El mismo reúne, a manera de álbum, una selección de los materiales que conforman el archivo de la Peña del Júcaro Martiano, un evento cultural dedicado a la figura de José Martí que se realiza en la ciudad de Camagüey desde 1995 de forma completamente autogestionada e independiente de las autoridades y del marco institucional oficial en general.
Con Alenmichel Aguiló como moderador, la charla comenzó con una introducción de Rafael Almanza, quien explicó en qué consistían la Peña del Júcaro y el archivo de la misma, destacando la participación de Mario Ramírez tanto en la organización de la primera como en la elaboración del segundo, así como la importancia de su trabajo de investigación, recopilación y coordinación para el álbum que se estaba presentando. Agradeció además a Ánima, y en especial a su coordinador Luis Alberto Mariño, la acogida y el apoyo brindados a este proyecto.
En su intervención, Mario se refirió también al archivo de la Peña, destacando el volumen de información que este contiene y su valor documental. Además aclaró que Un cuarto de siglo con Martí era solo un extracto o resultado parcial de la investigación y divulgación que ha venido realizando en relación con la historia de la Peña en el marco del Grupo Ánima. Por último hizo un recorrido por las diferentes secciones que conforman el libro y que incluyen: un “Recuento” integrado en lo esencial por artículos de su propia autoría acerca de diferentes aspectos como pueden ser los performances, los homenajes y la presentación de obras artísticas en el espacio de la Peña; una sección de “Testimonios” con textos escritos para la ocasión por algunos de sus miembros más antiguos como el propio Rafael Almanza, Jorge Luis Porrata, Axel Li, Eudel Cepero y Alenmichel Aguiló; una selección de reseñas y entrevistas relacionadas con la Peña y publicadas en distintos medios de comunicación; y un apartado con algunas de las ponencias que se conservan de las 29 peñas realizadas hasta ese momento. Por último se incluye un “Archivo” con información gráfica, partituras musicales, poemas, objetos simbólicos y otras creaciones surgidas al calor de la Peña. Mario elogió y agradeció además el exquisito trabajo visual realizado por el diseñador del libro, el joven artista José Luis de Cárdenas.
Eudel Cepero realizó una intervención muy hermosa en esta charla. Relató los sucesos que marcaron impremeditadamente el origen de la Peña en mayo de 1995 como conmemoración del centenario de la caída del Apóstol, y que giraron en torno a la siembra por tres amigos (él mismo, que por aquel entonces estudiaba la relación de Martí con la naturaleza, Rafael Almanza y el músico Louis Aguirre) de tres júcaros en tres lugares representativos de la ciudad: el parque urbano Casino, el jardín del Museo Provincial Ignacio Agramonte y el patio central del convento de La Merced o Casa Diocesana. La elección de este árbol, contó, se relaciona con uno de los testimonios recogidos en el libro de Froilán Escobar Martí a flor de labios, según el cual Martí descansara bajo la sombra de un frondoso júcaro en uno de aquellos días de su periplo final. El árbol sería venerado por los vecinos de la zona, hasta su imprevisto derribo por un terrateniente medio siglo después. Eudel terminó recordando la sensación liberadora que les produjera en aquel entonces la celebración de este homenaje realizado al margen de las autoridades políticas de la ciudad, una iniciativa inaudita en la Cuba de aquel momento y todavía hoy harto complicada.
Jorge Luis Porrata, por su parte, expresó sentimientos de orgullo, satisfacción y agradecimiento por haber contado durante sus años formativos con el acompañamiento de una figura como Rafael Almanza y el espacio de la Peña del Júcaro. Narró sus primeros acercamientos a la misma y su contribución como autor del primer artículo que se escribiera sobre ella, el cual se encuentra recogido en el libro presentado. Destacó además la trascendencia de la Peña, cuyo legado ha marcado la vida y la obra de numerosos artistas, intelectuales, profesionales de todo tipo y ciudadanos en general que han encontrado en ella un espacio de cultura, reflexión y expresión libres.
En una segunda intervención, Almanza se refirió al ambiente de acoso e incertidumbre en el que a menudo se ha celebrado la Peña, especialmente en sus últimas ediciones (en agosto de 2019 la policía política la declaró definitivamente prohibida), y recordó la recientemente creada Orden de Abdala, un reconocimiento para personas de manifiesta vocación martiana. Con ella han sido distinguidas, explicó Almanza, la artista visual Camila Lobón y la intelectual Anamely Ramos, que recientemente han sido objeto de distintos métodos represivos y de campañas de difamación llevadas a cabo en los medios de comunicación oficiales a causa de su activismo por los derechos y las libertades en Cuba.
Vale destacar, como lo hiciera el moderador del evento haciéndose eco del testimonio de Eudel Cepero, la experiencia liberadora que en medio de un contexto totalitario ha significado el espacio de la Peña para tantos, especialmente jóvenes, que han pasado por ella, así como la dinámica interna de alegría fraternal presente en la organización de la misma y que aparece reflejada en el testimonio de Alenmichel Aguiló incluido en el libro.
El evento, que fue concebido y presentado por sus organizadores como la Trigésima Peña del Júcaro Martiano, una nueva modalidad de la Peña, una Peña en el ciberespacio y por ello de alcance ilimitado, culminó con la lectura, en voz de Jorge Luis Porrata, del poema "Patria y Vida", escrito por Rafael Almanza en el año 2002.