Es el único escritor o artista invitado residente en la isla que ha podido llegar a Miami para participar en el XI Festival Vista. Dice que como "por un milagro" salió, cuando todo hacía indicar que no lograría cruzar Inmigración o que lo bajarían del avión en el último momento. Así, el poeta José Alberto Velázquez López consigue por primera vez poner un pie fuera de su patria. Nunca antes tuvo ocasión de hacerlo, a pesar de su calidad literaria y de contar con una obra reconocida y respetada, en su país y más allá de las fronteras nacionales.
Otros dos invitados, no tuvieron la misma suerte.
Desde Cuba se supo que el rapero y activista de la sociedad civil cubana Osvaldo Navarro Veloz (NavyPro) fue secuestrado, según la denuncia de Marthadela Tamayo, el jueves 12 en La Habana, por la policía política, cuando un oficial apareció en su casa temprano en la mañana, le ocupó el carnet de identidad y se lo llevó detenido diciéndole por las claras que sabían adónde pretendía viajar y que no se lo permitirían.
También se le prohibió viajar al narrador y ensayista José Gabriel Barrenechea, residente en Villa Clara. Debía participar en el panel ‘La cultura independiente y el Decreto 349’, presentando su libro de relatos Tubullar Bells, pero, según sus declaraciones para Puente a la Vista, se lo impidieron cuando intentaba abordar el avión en el aeropuerto de La Habana.
Este sábado 14 de diciembre, en el Museo de la Diáspora Cubana, sede del XI Festival Vista, por fin supimos qué motivo especial ha llevado a José Alberto a visitar Miami. Recoger la placa que lo acredita como ganador del concurso de poesía "Dulce María Loynaz" 2019. Hasta el mismo momento de la premiación, los organizadores del certamen habían mantenido en estricto secreto el resultado de las deliberaciones del jurado.
Desde ÁRBOL INVERTIDO, tan pronto lo supimos, nos hemos puesto en contacto con el poeta para tomar sus primeras impresiones.
Le preguntamos por su obra ganadora.
"Mi poemario 'Pop rural', con el que acabo de obtener el premio ‘Dulce María Loynaz’, es un libro donde ya tengo el control de mi discurso social y poético. En él analizo las distorsiones que han llevado a Cuba a la neurosis colectiva, al paroxismo del ridículo aceptado como modo de vida. Ya no hay decepción, solo asco".
Nacido en 1978, sus 41 años de vida han transcurrido por completo en Las Parras, un pueblecito del municipio Majibacoa, en la provincia Las Tunas. Desde los títulos de sus primeros libros, como En busca del cielo perdido, y Yo desierto, ambos publicados en 2006, se sugiere su lugar existencial en medio de la atmósfera cubana, su choque con otra "maldita circunstancia" antes del agua externa incluso, acentuada por la residencia en el interior remoto de una sociedad y una geografía política.
"Uno en Cuba tiene que estar luchando todo el tiempo contra el odio. En todas las áreas de la realidad hay provocadores profesionales o intuitivos que se encargan de hacer visibles para mal a cualquier persona que destaque en lo que sea. Mientras fui joven me dejé provocar. Ellos tienen su mecánica. Hacen las cosas de una manera en que terminas pareciendo el culpable de tus miserias".
Sus disconformidades, su pensamiento explícito en su obra literaria, en sus entrevistas o a viva voz, su negación a formar parte del juego del éxito en Cuba, entre escasas oportunidades normadas por el control estatal, lo fueron convirtiendo en un autor cada vez más inadaptado.
"Todo el mundo sabe que 'ellos' poseen el monopolio de cada estructura física e inmaterial en Cuba. Así que, a los que no entremos por el aro, nos joden.
Gracias a su trabajo tenaz, el presente año ha marcado cierta diferencia para el escritor. Ganó también el "Premio Kafka de Novelas de Gaveta", con su libro Cierra los ojos, no respires (Ediciones InCUBAdora, Praga, 2019).
En ÁRBOL INVERTIDO contamos con colaboraciones de José Alberto López desde hace mucho tiempo, publicamos su poesía y también ha sido entrevistado ("Poseo la temeridad de los desahuciados"), textos que invitamos a leer a propósito del actual reconocimiento, pruebas de lo que afirmó Amir Valle en la revista otroLunes, que estamos ante un "autor raro" y "uno de los mejores, de los más dotados de su generación".
Por último, ÁRBOL INVERTIDO le pregunta sobre sus expectativas con su libro "Pop Rural", ganador del concurso "Dulce María Loynaz" en 2019. No escondemos que es como si quisiéramos saber qué le puede deparar este primer viaje fuera de la isla, y ese otro tránsito que significa la edición de su obra ganadora en la colección de Neo Club Ediciones.
"Espero poder conseguir nuevos lectores. Espero perdonar a través de él a todos los que me jodieron durante cuarenta y un años. Pero no más. Basta. Que Dios bendiga a Cuba".