La directiva del Comité provincial de la Uneac de Matanzas citó ayer, 12 de septiembre, a la prestigiosa intelectual cubana Alina Bárbara López, para informarle que había sido separada definitivamente, y sin derecho a apelar, de esa organización gremial.
Alina Bárbara es una de las voces críticas que con más lucidez han cuestionado al régimen de la isla durante los últimos años. Sus posiciones de rebeldía cívica ante la represión y la falta de libertades la han llevado a sufrir un intenso acoso por parte del Ministerio del Interior, que incluye medidas arbitrarias como la limitación de su movilidad, agresiones físicas y una grosera campaña de descrédito en los medios estatales.
Una decisión políticamente motivada
La Uneac justifica su decisión de expulsarla con el artículo 40 de su reglamento. Según informa Alina Bárbara, la comunicación de esa medida fue verbal, nunca le entregaron copia escrita del documento e insistieron en que el propósito de la reunión era solo informarle, pues “no querían debatir”.
En el breve intercambio que sostuvo con los funcionarios de la Uneac, supo que las causas de la separación eran: “realizar actividades contra la revolución”, es decir, apoyar las manifestaciones del 11 de julio y hacer publicaciones donde critica a la alta dirigencia del gobierno en medios como La Joven Cuba y CubaxCuba; “incurrir en delitos graves previstos y sancionados por el Código Penal, como desobediencia y atentado”, por los cuales, sin embargo, no ha sido condenada judicialmente, lo que desconoce la presunción de inocencia; y “por violación grave de los estatutos y del reglamento de la Uneac”.
Alina Bábara se pregunta en sus redes sociales “Qué sentido tiene una organización intelectual que tenga que obedecer a estatutos inalterables de una organización política a la que no todos sus miembros pertenecen”, y considera que la decisión de expulsarla es infame y está motivada políticamente.
“Al marcharme les dije que sentía verguenza por ellos. Los demás bajaron la cabeza y no respondieron. Solo el presidente de la Uneac manifestó que no sentía verguenza alguna. 'Debes haberla perdido', fueron mis últimas palabras”.
Alina Bárbara insiste en que seguirá dando la pelea en su país y recuerda una frase del dramaturgo cubano Abelardo Estorino: “Yo creo en lo que está vivo y cambia”.