El incremento continuo de casos de SARS-CoV-2 en Cuba y la aparición de diferentes episodios de contagios a nivel local obligaron al gobierno cubano a declarar desde el martes 7 de abril la fase de transmisión autóctona limitada del nuevo coronavirus.
Por esta razón el pasado miércoles Manuel Marrero, Primer Ministro cubano, anunció nuevas regulaciones entre las que se encuentra una pausa temporal de los pagos de las facturas de electricidad, agua y gas, con el consiguiente cierre de las oficinas dedicadas a ello. También fue suspendido momentáneamente el pago de multas y se anunció una prórroga sobre las que están próximas a expirar.
Las medidas más fuertes tardaron un día más en aparecer, y fue en el programa televisivo Mesa Redonda del 9 de abril cuando el Ministro de Transporte Eduardo Rodríguez Dávila decretó la paralización del servicio de transporte público urbano.
Es decir, tanto los ómnibus, ruteros y taxis estatales como los bici taxis y automóviles privados, conocidos popularmente por el nombre de almendrones, deberán suspender sus servicios. A los transportistas privados se les cancelará la licencia quedando liberados del pago de impuestos hasta nuevo aviso.
Esta disposición también abarca las zonas rurales, donde se impedirá el transporte intermunicipal, así como el traslado de pasajeros en transporte de carga.
A pesar de las llamadas al confinamiento y el distanciamiento social el Ministro reconoció que en los últimos días ha aumentado la movilidad en las ciudades, así como el habitual hacinamiento en los medios de transporte públicos.
El sábado 11 de abril entrarán en vigor estas medidas, que también incluyen el establecimiento de un límite de ocupación de hasta el 50% de su capacidad en los vehículos autorizados a circular. Para las personas que demuestren la necesidad de moverse por razones de fuerza mayor se creará un mecanismo que los autorice puntualmente.
Rodríguez Dávila hizo énfasis además en la obligatoriedad del uso de hipoclorito para la limpieza de las manos de los pasajeros antes de abordar cualquier medio de transporte colectivo, así como el uso del nasobuco.
Por su parte, la ministra de Comercio Interior, Betsy Díaz Velázquez anunció en el mismo programa disposiciones enfocadas en evitar las aglomeraciones, el acaparamiento y las indisciplinas que ocurren diariamente en los centros de venta de productos tanto higiénicos como alimenticios, debido al gran desabastecimiento que sufre el país.
En este sentido se decidió reacondicionar diferentes unidades comerciales para vender alimentos y productos de higiene y aseo con el propósito de aumentar los centros de venta y así disminuir las aglomeraciones. También se decretó el cierre de los centros comerciales de mayor tamaño, como son Cuatro Caminos, Carlos III, La Puntilla, El Náutico, 3ra y 70, La Época y 5ta y 42.
En relación con los servicios gastronómicos, tanto estatales como privados, se limitó hasta las 8:00 pm el horario de apertura y se prohibió la prestación de servicios en mesas, barras, mostradores o en el interior de los locales, quedando únicamente la modalidad de ventas para llevar.
Finalmente Díaz Vázquez anunció que los servicios de peluquería y cosmética solo se podrán mantener en espacios que cumplan con las condiciones higiénicas requeridas, aunque llama la atención de que esto quedará a decisión de quienes prestan esos servicios.
La eficacia de las medidas solo podrá ser comprobada con el tiempo, y deben ser acompañadas por la mayor disciplina ciudadana, pues de lo contrario seguirán siendo insuficientes para disminuir los contagios que según los pronósticos presentados por Raúl Guinovart Díaz, decano de la Facultad de Matemática y Computación de la Universidad de La Habana, podrían ascender, en el peor de los casos, a 4000 en solo 30 días.
De cualquier forma, se calcula que el mes de abril será de un aumento constante en la cantidad de casos, llegado al pico en la primera quincena de mayo.
En el último parte emitido por las autoridades con las cifras del día 9 de abril se confirmaron un total 564 casos positivos, 15 fallecidos y 1867 personas ingresadas en observación. Desde sus hogares se mantienen en vigilancia otros 9761 sospechosos. Hasta el día de hoy se han realizado 12023 test en todo el país.