"El 349 no es el Mal, el Mal es la política cultural cubana y el Mal es el Sistema cubano", concluye Yanelys Núñez, curadora de arte. Ella ha liderado en los últimos meses la campaña de artistas en Cuba contra el Decreto 349, ley dirigida a controlar aún más toda forma de expresión independiente. Por su trabajo, por sus manifestaciones en contra de esa política cultural, un grupo de artistas cubanos que decidieron desafiar a las autoridades sufren constante represión.
Ante la última escalada de acoso, Núñez ha tomado una decisión que nunca estuvo entre sus opciones: pedir protección internacional a las autoridades españolas. Pero, ella no es la única.
También ha solicitado refugio, en la ciudad de Madrid, el escritor y artista Michel Perea (nombre artístico: Nonardo), en su caso después de ser secuestrado y violentado psicológicamente.
Su condición homosexual le costó a Michel sufrir bullying desde que era un niño y que tuviera que abandonar las escuelas a temprana edad. Sin embargo, ha sido por su trabajo artístico contestatario, y por su oposición al Decreto 349, que ha experimentado las peores formas de acoso y represalia, a manos de la policía política.
Antes de la fecha de vuelo para asistir a un curso de video en el extranjero, le pusieron una capucha negra y se lo llevaron, con la cabeza metida entre las piernas, hacia una casa en un lugar remoto en las afueras de La Habana, donde, entre chantajes y amenazas, lo conminaron a convertirse en un agente al servicio de la Seguridad del Estado, o, de lo contrario, sufriría las consecuencias.
Yanelys y Michel cuentan sus historias en una entrevista-video publicada por Diario de Cuba.
Sus trayectorias, y esta decisión que les obligaron a tomar, al precio de abandonar la patria y alejarse de su familia, se convierten en nuevas pruebas de un estrecho camino al infierno que atraviesa a la sociedad cubana. Un camino intolerable que muchas personas en la isla (en especial, artistas afiliados a instituciones paraestatales) pretenden ignorar, por no pronunciarse ni solidarizarse con las víctimas, en busca de una ficticia armonía, pero que todos saben que está ahí, que empieza donde cada uno se encuentra parado, y que para recorrerlo basta con atreverse un día a desafiar el régimen autoritario que les exige "portarse bien", lo "políticamente correcto".
Yanelys Núñez y Michel Perea (Nonardo), a pesar de todo, no cedieron al chantaje. Decidieron no mirar para otro lado mientras ocurren abusos como los que ellos mismos han sufrido, y, con su obra y sus testimonios, defienden "el derecho de los cubanos a tener derechos".