Michel busca, espera a Nonardo en una ciudad que pudiera ser la de sus sueños. Cree verlo pasar en un tranvía rojo. ¿Ambos han viajado desde Cuba a Praga? Se presenta en esta ciudad su novela que recibió el Premio Frank Kafka 2017. Dice en la portada del libro que el autor es Nonardo. Pero, Michel sabe que es su historia. Fue a él a quien realmente le sucedieron los días más terribles que se esconden detrás de esta trama divertida —humillaciones, abusos, soledad— desde que quería ser una niña en una ciudad machista como La Habana de los años ochenta.
A diferencia de Nonardo, casi nadie conoce a Michel. El otro se viste de mujer, gana los concursos y publica los libros, incluso filma y posa en sus propios videos, dibuja, hace exposiciones y performances provocadores que dejan una estela de rumores a través de La Habana. Michel, por el contrario, es tímido, le cuesta hablar. ¿Nonardo le ha robado sus vivencias? ¿Por qué? ¿Por qué Michel se lo permite, y, además, lo quiere, sueña con él, con su risa sin remordimientos ni amarguras, y sigue buscándolo?
Ha llegado la hora de lanzar la novela premiada, Amores ejemplares (Éditions Fra, 2017), en el Café Fra Éditions. Bajo la noche fría de Praga se va formando poco a poco un círculo de calor típicamente cubano, autor(a) en el centro.
“El tema del otro yo —reafirma su presentador, el destacado novelista español David Llorente— está ahí claramente en el libro”
¿Es él, Nonardo? ¿Hombre o mujer? Le hacen preguntas, quieren conocer anécdotas más íntimas detrás de “su” historia de ficción, y, por supuesto, tratándose de alguien tan simpático que viene de Cuba, quieren reír. Sin embargo, esta vez también habla Michel, se puede llorar y reír al mismo tiempo. Son testimonios de un país, de una Revolución, de generaciones impactadas por el proyecto de construcción de un “hombre nuevo”.
Aprovechamos nuestra coincidencia en Praga para entrevistar a Michel y sacarlo del anonimato. No es el mejor día de su vida, acaba de enterarse sobre la muerte de una tía muy querida en la isla. Pero, se sobrepone a la tristeza, otra cosa no ha hecho siempre, y comparte con nosotros cómo apareció Nonardo, por qué decidió traerlo desde la nada y confiarle la autoría de sus creaciones.
Pudiéramos estar ante un juego de exorcismo complejo, contradictorio, pero él lo hace parecer más sencillo incluso de lo que es —“yo necesitaba un nombre que no fuese Michel para hacer mis trabajos, porque si buscas en Google hay muchos Michel...—, como si quisiera apartar con un gesto, con una de sus manos grandes, cualquier sombra dañina del pasado.
Narrar la otredad se ha convertido en su arte de sanación. Le preguntamos a uno por Nonardo y al otro por Michel. Contra las burdas discriminaciones, contra el rigor mortis, contra el culto al autoritarismo, su voz es más que de hombre o mujer, más que de homosexual o travesti. Nos confiesa, invitándonos a descansar del largo esfuerzo que significan todas las ideologías, todos los dogmas: “Es... un ser humano”.
Debido al carácter transgresor de su obra, lo que se suma al “techo de cristal” en una sociedad patriarcal, le cuesta el doble alcanzar “reputación” en los circuitos oficiales o elitistas del arte. Igual de difícil es romper el cerco de pobreza y marginación a que se condena al discriminado desde que nace. Pero, su imaginación, su creatividad no acepta límites.
Con el audiovisual “Michel y Nonardo” (2018), intentamos acercarnos a una de las personalidades más interesantes, polifacéticas y alternativas, en la cultura cubana actual.