Isabel Díaz Ayuso gana arrolladoramente en la comunidad de Madrid. Su programa era apenas una palabra: "Libertad".
Algo curioso. Cuba, ha aparecido en la meta de estas elecciones a través de ciertas alusiones.
Rocío Monasterio, líder de Vox en la campaña, ha presumido de conocer por su origen cubano los daños potenciales de una ideología comunista.
Sobre las cabezas de la multitud que festejaba la victoria, frente a la sede del Partido Popular, ondeaban banderas de Venezuela y Cuba, entre muchas de España. Quiso reparar en ello Ayuso, la noche de este 4 de mayo, mientras repetía insistentemente la palabra clave de su campaña, cuando celebró que estaba ante "madrileños de Cuba y madrileños de Venezuela y...", personas llegadas desde todas partes del mundo, como expresión de una identidad abierta y cosmopolita.
Sin embargo, la alegría de los votantes vencedores, parece multiplicarse con otra noticia que deja el final del día.
Pablo Iglesias, líder del partido Unidas Podemos, ha tomado el micrófono delante de las cámaras para dimitir. Renuncia, ante el fracaso de unos resultados en que la suma de las tres agrupaciones de izquierda juntas (58) lograron menos escaños que la lista de Díaz Ayuso sola (65). El Partido Popular ni siquiera necesitaría pactar con Vox para gobernar.
Y se va Iglesias. En su despedida ha reconocido que dejó de ser útil, y citó entre sus últimas notas melancólicas nada menos que la canción "El necio" del trovador cubano Silvio Rodríguez: "caminando fui lo que fui...", dijo.
A oídos cubanos, pudiera parecer algo muy paradójico, tomando en cuenta que "El Necio" de Rodríguez reflejaba allá el sujeto de una clase política y generacional negada a los cambios, aferrada al pasado ("yo me muero como viví..."), lo que se explica por romantizar una necedad "revolucionaria" tan "chic" como no permitir, en la Cuba del siglo XXI, pluralidad de partidos, ni mucho menos elecciones libres.
Pero, el escenario manda. Donde ocurren los cambios, en Democracia, la victimización y la momificación de los líderes jamás tiene que ser una carga insufrible para los oídos de los demás: o pasas el examen del voto o tienes que seguir realmente con la música a otra parte, caminando, paseando a tu mascota, abrir paso.
Guiños muy diferenciados, de Iglesias y de Ayuso, a dos Cubas también distintas.
Quien se marcha es aquel político que según las encuestas genera mayor rechazo entre la población española, y así lo reconoció al aceptar la caída del telón. Quizás su insatisfactoria expectativa sobre los gustos de sus oyentes tenga algo que ver con sus nostalgias por una Cuba del pasado, no por la música caribeña, sino la nostalgia de quien fue rápido al escoger, en una entrevista reciente, entre Libertad y Comunismo, lo segundo.
Hola y adiós.