Fueron los artífices de la campaña contra el Decreto 349. Pero, una vez que entendieron que la campaña contra dicho Decreto era finita, decidieron mantenerse trabajando por el cambio necesario en Cuba, y se constituyeron en el Movimiento San Isidro.
Recientemente, un año después de ese enorme paso, dos miembros del Movimiento San Isidro fueron encerrados por los órganos de represión del régimen de La Habana.
El pasado siete de agosto, René Rodríguez Cepeda, actor, activista, y productor del Movimiento San Isidro, fue detenido por la policía en el momento que se presentó en la estación de 10 de Octubre cumpliendo con una citación oficial por un supuesto delito de hurto.
Días antes él había alertado que estaba siendo amenazado y acosado por la policía política y, por tal razón, tomaba la decisión de pedir la baja de su puesto de trabajo.
Rodríguez Cepeda fue puesto en libertad el día nueve, luego de pagar una fianza de mil pesos, pero, antes de abandonar la estación de policía, las autoridades le informaron que debía regresar al día siguiente para participar de un careo con la parte que lo acusaba de hurto.
Lo que sucedió fue que, a pesar de que la supuesta víctima retiró la demanda contra este joven artista, la policía política decidió seguir adelante y acusarlo. Hay que entender que este es un método que acostumbra el régimen. Son innumerables los casos de activistas y opositores que han sido encarcelados a través de la fabricación de delitos.
René Rodríguez Cepeda tuvo que presentarse este lunes en horas de la mañana en la misma estación de policía para que se le comunicara si iba a ser instruido por hurto o no. Hemos tenido la buena noticia de que, al menos por ahora, parece que hasta aquí llegará este desatino, pues le devolvieron el dinero de la fianza.
En conversación para Árbol Invertido, René insistió en su inocencia y en que está siendo perseguido sólo por su activismo en favor de los derechos culturales para él y todos los cubanos.
Por otro lado, desde el pasado sábado y hasta este mismo lunes, Luis Manuel Otero Alcántara, otro joven artista y miembro del Movimiento San Isidro, estuvo detenido por la Policía Nacional Revolucionaria, con paradero desconocido.
El día nueve de este mes, Otero Alcántara, luego de realizar en el Museo de la Disidencia el performance Réquiem por la patria, dio inicio a la obra Drapeau, la cual consiste en llevar una bandera cubana sobre su cuerpo durante un mes. Pero, Drapeau es más que este acto, es una manera de sacar el arte a las calles, ocupar el espacio público y mandar el mensaje de que los símbolos patrios son de todos los cubanos y no del régimen que por más de 60 años ha ostentado el poder en la isla.
La iniciativa de Otero Alcántara, se ha extendido con el reto “La bandera es de todos” lanzado por el Movimiento San Isidro en las redes sociales: compartir imágenes con la bandera cubana, como un reclamo de que este símbolo pertenece a todos.
Recordemos que el día 13 de julio de este año, la Asamblea del Poder Popular aprobó la Ley de Símbolos nacionales de la República de Cuba, un esperpento jurídico con que se pretende secuestrar los símbolos patrios, lo que ha recibido críticas de disímiles sectores de la población, incluyendo artistas y activistas en favor de los derechos culturales.
Aquí, hay que entender que el régimen desde su ideología se ha empeñado en todo momento en hacer una relectura de la historia y del significado que hay detrás de cada uno de los símbolos que forman parte inseparable de la identidad nacional.
¿Comete un delito Luis Manuel al pasearse por la capital de todos los cubanos cargando sobre sus hombros la bandera de la estrella solitaria?
Más allá de la interpretación o valoración que quiera darle cada cual a la obra de los artistas del Movimiento San Isidro, lo que sí nadie puede negar es que están siendo perseguidos por disentir de la política cultural oficial. Están bajo ataque por defender la libertad de creación, un derecho inalienable que forma parte de la naturaleza del género humano.