La “Novia de Matanzas”, Carilda Oliver Labra, una de las voces más singulares y unánimemente reconocidas de la poesía hispanoamericana, falleció en su Ciudad de los Puentes, en la madrugada de este miércoles 26 de agosto. Tenía 96 años.
No solo la comunidad poética de Cuba, sino un gran sector de la población en general, se conmovió ante su pérdida. Sus versos han sido hechos suyos por continuas generaciones de lectores, en especial los jóvenes enamorados. Su poesía entre romántica y vanguardista, ha calado en el gusto y la emoción de un amplio público. Pero, no solo en la isla, sino en todos los puntos cardinales de la literatura de habla hispana, repercutió el lamento y el homenaje para quien se había convertido ya en un mito.
En la revista Árbol Invertido, recibimos algunos poemas vía correo electrónico, dedicados a su memoria. Son textos escritos con la emoción y espontaneidad de las primeras horas que siguieron a la triste noticia.
Lorenzo Suárez Crespo:
EVOCACION Y PERMANENCIA
Llegó de otra galaxia, alondra, vuelo,
desde el polen solar de las estrellas
y siguieron las musas tras sus huellas
entre ríos de místico desvelo.
Echó a volar la diosa su pañuelo,
la más bella entre todas las doncellas,
Carilda del amor, de las querellas
en leyendas de mar, de valle y cielo.
Todo en ella es fulgor, hasta sus ojos,
le brotan los sonetos en manojos.
No intentes encontrarla en sitio alguno
que no sea en su Templo a cielo abierto,
allí está su velero, está su puerto,
en Calzada de Tirry ochenta y uno.
(29-Agosto-2018)
Francisco Henríquez:
NO DESPIDO...
Carilda nunca se irá
de nosotros, sigue allí
mirando del Yumurí
la corriente que se va.
Su nombre perdurará
entre ninfas y sirenas
incendiando las arenas
de su radiante bahía
por donde su poesía
inmortaliza su Atenas.
UN NUEVO FARO
Al universo le faltaba un punto
que no pudo llenar la fantasía;
una gran hondonada tan vacía
que jamás ocupó ningún difunto.
Ha quedado resuelto tal asunto
y podemos creer en quien se fía
que podemos honrar la poesía
y nada menoscabe su conjunto.
En las noches, Carilda Oliver Labra
en los juncos crecidos en el Abra,
infinito de luz, su barco enjunca…
contempla su bahía en el amparo
del ingente fulgor de un nuevo faro
¡que no veremos apagarse nunca!
(28-Agosto-2018)
Ivonne Martin:
¿SE HA ROTO LA MONARCA?...
¿Se ha roto la Monarca? ¡No es posible!
Los arquetipos nobles nunca mueren:
las fechas implacables sólo hieren
el rastro del venero inextinguible.
Ya no se escucha el verso inconfundible
que los rosales lánguidos prefieren…
(tal vez callen las flores porque quieren
dar paso al ramillete inmarcesible).
La barca de Afrodita aún navega…
Dormida está: jamás muda ni ciega.
¡No puede haber salido del portal!
¿Acaso no la ven? ¡Allí esta ella:
detrás de cada gato y cada estrella!
¡Carilda de mi Cuba, es inmortal!
María Jesús Lozano Cáceres:
EL CRISTAL DE TUS OJOS...
El cristal de tus ojos, azul cielo,
se cerró avistando el Sacro Monte…
Tu espíritu voló como el sinsonte
que busca sin demora un arroyuelo.
Los adioses se elevan sin desvelo
sobre el arco que marca el horizonte
y dejan que el destino nuevo afronte
con natural estilo su audaz vuelo.
Provista de las alas del Pegaso
nos dejaste “a la una de la tarde”
para volar directa hacia el Parnaso.
Tu corazón de musa, que bien arde,
dejó a orillas del mar, con el ocaso,
“Siete noches, Carilda”... ¡Dios te aguarde!
(29-Agosto-2018)
Odalys Leyva:
¡Qué dolor! El alma grita,
duele su mirada al centro,
parte Carilda al encuentro
de Dios que busca la cita.
Ella por siempre palpita
como un ángel de ternura.
Reinará, no habrá fisura
en su camino de Rosa.
Carilda será la diosa
cubana de la Cultura.
Yasmín Sierra Montes:
EVOCACIÓN DE CARILDA
Has partido, diosa y luz,
a finales del verano,
has partido, pero en vano
te clavarán a la cruz.
Tus ojos a contraluz
reviven el firmamento.
Te marchas en pos del viento
pero habitas en la llama.
Eres soplo, fuerte dama.
Te has ido sin ornamento.
Tus ojos plenos de aurora.
Tu sonrisa, privilegio
y tus versos sortilegio
de la llama que devora.
Te glorifican a esa hora
más profunda y miserable.
¿Recitabas?... Es probable.
Vencedora del latido.
En un dolor repartido
verte partir tan deseable.
(30-Agosto-2018)