Según el sistema europeo de vigilancia espacial Copernicus, febrero de 2024 ha registrado una temperatura promedio global de 13,54 grados Celsius. Este valor, el más alto desde que existen registros, fue 0,12 grados mayor que el récord del febrero más cálido, establecido en 2016, evidenciando así el impacto del cambio climático.
"El continuo calentamiento del sistema climático conduce inevitablemente a nuevos extremos de temperatura”, afirma Carlo Buontempo, director de Copernicus, quien llamó la atención sobre la racha de altas temperaturas en los últimos meses, “El clima responde a las concentraciones reales de gases de efecto invernadero en la atmósfera”.
Desde marzo de 2023 hasta febrero de 2024, se experimentó asimismo la temperatura global más alta jamás registrada, con un incremento de 0,68 °C sobre el promedio de 1991-2020 y 1,56 °C por encima del promedio de la era preindustrial.
Según la página ecologista 26 Planeta, “La extensión del hielo del Ártico en febrero estuvo un 2% por debajo del promedio, marcando una ligera mejora en comparación con años recientes”. Aun así, “sigue siendo considerablemente inferior a los niveles observados en las décadas de 1980 y 1990”.
Con respecto al pasado año 2023, durante el cual se quebraron varios récords de altas temperaturas, las cifras hablan por sí solas. En el hemisferio norte, por ejemplo, donde el verano tiene lugar en los meses de junio, julio y agosto, las temperaturas alcanzaron niveles sin precedentes.
En Europa, la temperatura media superó en 4,2 grados celsius a la media histórica, en Norteamérica en 5,3, en Asia en 5,7 y lo más sorprendente de todos: en Siberia se superó la media en 6,1 grados.