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Yuniel Delgado Castillo: “La situación del arte en Cuba es deprimente y muchos galeristas lo saben”

"El 349 logra que buenos artistas ―con gran fuerza e inquietudes― sean censurados".

foto de artista yuniel
Artista cubano Yuniel Delgado Castillo.
“No tuvo un artista en la familia. De niño soñaba con ser astronauta y jamás puso los pies en una galería; ni coloreaba mejor que sus compañeros de escuela; ni ganó un concurso de dibujo o coleccionó reproducciones de obras famosas. Y todavía más. Fracasado en su primer intento por matricular en la academia nacional San Alejandro, sus padres se esforzaron por ‘sacarle de la cabeza esa idea loca de ser artista’. Había que tener contactos y amigos en el giro, y él, sin lo uno ni lo otro, sería un fracasado, le sermoneaban. Así que nadie, mucho menos el propio protagonista, hubiera apostado un centavo por lo que finalmente sucedió”. Esto escribió Angel Marqués Dolz para Oncuba news.
Yo solo agregaría que Yuniel Delgado Castillo (La Habana, 1984) es uno de esos artistas al que primero temes, y luego amas. Su obra expresionista,  tiene el poder de descolocar al espectador. No hay manera de que alguien se quede indiferente ante sus piezas. Y eso, más que una virtud, es un don.

 

El arte cubano sufrió la transformación de las nuevas tecnologías al igual que ha pasado en el resto del mundo, sin embargo, hay artistas que aún apuestan por lo tradicional, la pintura; y tú, además de dedicarte a ella, elegiste hacerlo bajo un marcado estilo expresionista. ¿Cuándo supiste que ese sería tu estilo personal?

Decidí pintar así desde que empecé a mostrar interés por la pintura. Comencé como muchos, admirando a los grandes maestros del arte o por lo menos, como digo yo, a los que tuvieron la suerte de ser mostrados como tal. Son grandes artistas con un talento que va más allá de la belleza en sus obras, hay muchos para mencionar; empecé copiando algunas técnicas, aprendiendo solo en mi cuarto. Nunca fui con maestro alguno, nadie me mostró cómo hacer las cosas, ni tenía videos de instrucción, ni libros, solo aquellas imágenes de esas magnificas piezas e imaginaba cómo sería el proceso.

El estilo con el que hoy estoy identificado no lo busqué nunca ni me dije “quiero ser artista expresionista”. No hago esto porque se considere facilista, como muchas personas creen, de hecho estoy seguro que muchos de mis colegas que han cursado estudios en la Academia de San Alejandro pueden asegurar que no es nada fácil y tampoco es para todos. El estilo me eligió a mí, por suerte para mí, ya que va más allá de la simple pintura, la belleza típica, o lo académicamente perfecto a lo que el cerebro humano está acostumbrado hoy en día. Es difícil sí, pero tengo la suerte de que muchos sí comprendan mi trabajo.

El estilo expresionista que realizo va mucho más lejos de la denominación. Yo me siento libre con cada trabajo, nunca realizo ningún boceto previo ni me gusta pensar la idea antes de trabajar, siempre que pinto lo hago con la energía limpia y bien positiva, aunque las obras salgan duras y oscuras; siento que es como una especie de mensaje que debo dar. Actualmente ni yo mismo comprendo por qué pinto así, solo me dejo llevar, y sé que hay una respuesta. Quizás, estas obras están hechas para personas en un futuro cercano.

obra plastica de Yuniel
Obra del artista Yuniel Delgado.

Vivir como emigrante no es nada fácil, sobre todo si uno es artista y decide mantenerse por medio de ello, y tú estuviste alrededor de cinco años residiendo en los Estados Unidos solamente con tu arte. ¿Cómo lograste eso?

No fue fácil para mí desde el principio. Ser cubano tiene ciertas ventajas migratorias en Estados Unidos okey, pero a su vez la palabra “cubano” te lleva a sufrir muchas desventajas, más que en el resto de otros países.

Pasé mucho trabajo, vergüenzas, humillaciones, hambre, sed; pero nunca me desenfoqué de mi objetivo, nunca dejé de pintar, incluso, en un espacio de menos de dos metros de ancho. Fui luchando, manteniéndome positivo y mostrando mi obra todos los días; y esto me fue llevando, poco a poco, a abrir un Estudio grande con la ayuda de Alain Hernández, un gran amigo que confió en mi trabajo desde que me conoció.

Abrir el Estudio en Miami, es la experiencia más enriquecedora y a la vez más triste que he vivido en Estados Unidos. Sobreviví del arte donde muchos ni tan siquiera han podido. Grandes galerías han quebrado allí o engañan a los artistas con que van a vender y no venden nada, solo les cobran por exhibir sus piezas. Yo sobreviví dentro de mi Estudio trabajando sin parar, experimentando y nuevamente, siendo libre.

Descubrí otras técnicas para pintar, y muchas de ellas, por la falta de materiales. El dinero era escaso para vivir y trabajar. Logré poco a poco que mis obras fueran conocidas y muchas personas empezaron a coleccionarlas, aun cuando otros artistas predicaron mi muerte temprana en el arte, principalmente por mi estilo. Claro, es entendible según lo que vi en cuanto a arte, y no me refiero a malos artistas. Hay muy buenos artistas en Miami, pero esto me chocó mucho, en lugar de apoyo recibí lo contrario.

Esto ayudó a que me hiciera más fuerte y hoy en día soy un artista mucho más preparado, no un artista de Miami o Cuba, sino internacional.

Después de lograr notoriedad y de llevar proyectos artísticos con diferentes instituciones, de exhibir en diferentes países, además de que tu obra comenzara a formar parte de colecciones privadas. ¿Por qué decidiste regresar a Cuba?

Mientras viví en Estados Unidos logré exponer en galerías de Nueva York, Miami, Boston y Pensilvania, también pude participar en otros eventos y universidades. Fue una buena experiencia, además que tuve mi Estudio en Miami por más de tres años. Claro, llega un momento en que empiezas a viajar a otros países por dos o tres meses, y es difícil mantener un espacio estando lejos. También, como mencioné antes, la forma en que se ve el arte o los artistas en Miami para mí no tiene sentido, y se trabaja con esta forma de las llamadas “piñitas”.

Todo se trata de fiestas, risas, ropas y demás; yo veo el arte mucho más allá que esto por eso nunca encajé. Regresar a trabajar a Cuba en esos años de alza, por así decirlo, fue una magnifica elección, además que estaba cerca de mi familia y mi hijo que estaba por nacer. Viví, en los comienzos de mi regreso a La Habana, una experiencia de trabajo maravillosa, conociendo a muchos coleccionistas independientes que viajaban a la isla. Mediante una estrategia de mercado pude en corto tiempo comercializar y dar a conocer mi obra. He ido tocando puertas en diferentes galerías, mostrándola y preparando proyectos; pero para todo el mundo soy un desconocido y no me han tomado mucho en cuenta. Creo que no tanto por mi obra, sino porque soy una cara nueva que no se mueve en el grupo de las “piñitas” de artistas en Cuba.

Hasta el momento he realizado cinco exposiciones en diferentes sitios de La Habana, incluyendo dos oppenings en mi Estudio de la Habana Vieja, uno de estos, colateral a la Bienal de la Habana. En este tiempo he analizado y hay cosas que no entiendo sobre “el arte” y “los artistas” de la isla. Muchos críticos halagan el arte que se vive allí, pero no sé por qué siento que se ha olvidado totalmente la historia y la gran fuerza del arte cubano.

Mi experiencia en Cuba, a pesar de seguir apartado y de trabajar a mi propio ritmo, fue muy buena. Realicé obras de formatos de más de diez metros por cuatro, esculturas y murales. En mi opinión he realizado algo que no se ve mucho hoy en día, pero a pocos parecen importarle las obras de “El Repatriado” (así comenzaron a llamarme) que llegó el otro día a abrirse camino.

De igual forma me gustan los retos y hasta ahora solo pintando y siendo sincero con mi trabajo he logrado ser el artista que soy hoy en día.

yuniel delgado en su estudio - taller
Vista del estudio de Yuniel Delgado

Cuba comenzó una etapa de cambios evidentes a finales del 2014, siendo el 2016 como el año cúspide. Sin embargo, todo se fue diluyendo; y con el cambio del gobierno llegó el Decreto 349 que es uno de los peores decretos del mundo en cuanto al arte. ¿Cómo lo viviste a pesar de que intentabas poco a poco insertarte en el panorama artístico nacional?

A partir del 2016 las cosas mejoraron en la isla. Para mí era súper costoso comprar mis materiales desde Miami, llevarlos a Cuba y sufrir los maltratos aduaneros; pero siempre se pueden hacer trucos en el aeropuerto, no es un secreto, y así he tenido que inventar para poder hacer mi trabajo porque en Cuba es imposible comprar un royo de lienzo de calidad.

Por lo menos ya tenemos internet, ¡qué costoso por Dios! Y yo necesito estar conectado casi todo el tiempo. Imagínate todos los días tener que hacerlo en Cuba, es muy duro. En cuanto a este decreto (ríe) siento que lo llevo viviendo desde que soy artista y empecé a realizar mis obras: el no ser aceptado, o que no se me programara en galerías, incluso el casi ni poder exponer mi trabajo de tesis por contener símbolos patrios y, además, el estar censurado desde el 2011.

Hoy he logrado insertarme poco a poco, pero desde muy abajo, pues tengo que comenzar en galerías municipales. En las que nadie quiere exponer y entiendo por qué. Les exigen demasiado a los artistas y nos limitan la creación; las instituciones dedicadas al arte y la cultura no nos aportan nada, y hacen un pésimo trabajo ¿Cuándo van a sacar un decreto para esto?

La situación actual del arte en Cuba es deprimente, y lo más triste es que muchos galeristas lo saben y no hacen nada al respecto. Las obras se han vuelto preciosistas, lejos de la realidad, sin fuerzas, e imitadoras. El 349 logra que buenos artistas ―con gran fuerza e inquietudes― sean censurados, y que tengan menos oportunidades de exponer sus obras. Algo parecido pasó hace mucho. ¡¿Qué diría Antonia Eiriz?! ¡La pobre!

Yuniel en su estudio frente a una obra
Yuniel Delgado trabajando en su estudio - taller

Aplicaste para el concurso de artes visuales Post- it 6 que organiza la galería Galiano pero tu obra fue desestimada ¿Recibiste alguna explicación sobre esto o tú mismo tienes la respuesta?

Intenté entrar en la nómina de artistas de la Galería Galiano, pero una vez más el efecto de la escalera se puso en marcha. Yuniel, “El Repatriado”, es un desconocido aún, necesita pasar por otras galerías antes de ser aceptado en una nómina como la de Galiano. Claro, se me dio una respuesta inteligente: que si tenía Registro del Creador podía participar en Post- it 6 para ir dándome a conocer. Yo nunca quise participar en Post- it, no me gustan los concursos. Recuerdo uno hace mucho en La Habana: hice una escultura académica y expresionista de dos metros de alto y ni me dejaron participar ¿Quién ganó el concurso? Tres ladrillos refractarios con unas flechas dibujadas en tiza blanca, tengo imágenes de aquella experiencia.

Para Post- it propuse tres piezas totalmente diferentes a todo lo seleccionado, pero bueno, los especialistas, o sea, el jurado, es el que elige, y una vez más, en mi opinión, mostraron obras tan insípidas, aburridas, sin sentido y buscando el preciosismo y la técnica del material… que creo que se expuso más el ego que la calidad artística. En fin, no fui aceptado pero no importa porque lo sabía de antemano. Para mí, mi mayor premio lo tengo ya, que es lograr que personas en el mundo admiren mi obra y la coloquen en varios lugares dándole un gran valor.

Las instituciones culturales en Cuba siempre han tenido un peso enorme, y ellas deciden qué grupo de artistas impulsar, es como si fueran una pequeña mafia. ¿Cuál crees tú que sería el camino más provechoso para volver a impulsar el arte cubano, viendo sobre todo los resultados tan pobres de la pasada Bienal de La Habana, en la que también participaste sin recibir ningún presupuesto?

Como ya te he mencionado, en Cuba solo se promueven los artistas de la “piñita”, término que deberíamos usar en el vocabulario actual del arte cubano. Me parece muy antiprofesional e incoherente que “dejemos ir” a tantos artistas (pudiera mencionar varios), con tanto conocimiento y fuerza creativa, a exponer y comercializar su obra en otros países. Cuba se está perdiendo esto debido al mal trabajo de sus instituciones.

Hay en la isla una amplia cantidad de galerías que están mal utilizadas, pero solo se les da la oportunidad a unos pocos, como también se les da mucho protagonismo a los curadores, Influencers, los cuales, con su voz y contacto, son los que llegan a los coleccionistas y galeristas extranjeros que visitan nuestro país; obviamente, estos curadores reciben cientos de correos de jóvenes artistas presentando sus trabajos los cuales son rechazados sin siquiera darles la oportunidad de verlos.

Es increíble, y esto que voy a decir está pasando no solo en las artes plásticas, sino en todas las manifestaciones artísticas y hasta el deporte. En los años ochenta y noventa nuestros artistas eran más poderosos y más consecuentes con la realidad que nos rodeaba, respetando así su valor. En cambio hoy, casi llegando al 2020, nuestro arte ha caído en degradación. Lo cual va en contra de la corriente pues hoy gozamos de algunas libertades que antes carecíamos: como lo es viajar, el internet y mucho más, lo cual demuestra que la involución del arte cubano no es un problema político, ni de bloqueo. Hay buenísimos artistas que lo que buscan es el halago de las personas, pintar lo lindo, lo comercial, algo que nunca ha sido verdaderamente la meta para ningún artista real. Y hoy en día hasta la institución te exige que sea una obra comercial.

También sabemos que gran culpa de esto lo tiene su formación, que están influenciados por las academias, dígase San Alejandro y, sobre todo, la Universidad de las Artes (ISA), que se han enfocado en enseñar más las nuevas tendencias europeas y neoyorquinas, dejando a un lado la vieja pintura de toda la vida y enfatizando más en la “nueva pintura” ―como descaradamente la han llamado―, olvidando así el amplio y basto conocimiento histórico de nuestros grandes maestros vivos y muertos. Por lo tanto, ¿qué podemos esperar para el arte cubano? ¿Qué podemos esperar artistas como yo que luchan incansablemente por hacer un verdadero arte, y por rescatar la profesión y ganarse un espacio entre los artistas cubanos?

Estoy seguro que como yo, muchos comparten la misma opinión, pero pocos se atreven a decirlo. Esta pasada Bienal de La Habana fue un total fracaso, y en especial el proyecto “Detrás del Muro”, que se ha robado el protagonismo, y lo veo incorrecto. Todos sabemos que el presupuesto destinado al mismo solo llega a manos de pocos artistas. Los que me conocen saben que mi proyecto para la Bienal pasó totalmente desapercibido y fue realizado 100% con mi presupuesto, algo de lo que me siento súper orgulloso. En fin, aplaudo a todo el que se va y busca oportunidades en nuevos horizontes, donde no importa la jerarquía, y son aceptados porque sus obras hablan por sí solas, y no se necesiten un pergamino curricular para ser admirados o tenidos en cuenta.

Estás ahora mismo haciendo una residencia artística en Copenhague, Dinamarca, donde harás una muestra personal, luego tendrás una exhibición en Roma, y después participarás en la Bienal de Florencia. Todo esto sin el apoyo de las instituciones de las artes plásticas en Cuba. Cuéntanos un poco al respecto.

La experiencia que estoy viviendo ahora es el mejor premio: estar con mi familia en varios países de Europa, crear mis trabajos aquí, conocer otras personas y abrir otras puertas y claro, solo. Sin que ninguna institución me represente. Nadie tuvo que hablar por mí, solo mi trabajo habló.

No te puedo expresar la enorme felicidad que tengo de que haya sido así. Aquí en Copenhague realizaré una primera exposición personal, también participaré con esta galería en la Bienal de Florencia por primera vez, y realizaré, independientemente de estos eventos, una muestra personal en Roma con dibujos de gran formato sobre la obra de Miguel Ángel. No se puede pedir más para un artista que navega solo.

Estoy agradecido con todo el que confía, apoya y apuesta por mí obra. El año que viene iré a por más. 

Ariel Maceo

El escritor y fotógrafo Ariel Maceo en la revista Árbol Invertido

(La Habana, 1986). Poeta, narrador, fotógrafo freelancer. Egresado del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso. Cursó el posgrado “La literatura cubana del siglo XXI”, organizado por el centro Alejo Carpentier y el Instituto de Literatura y Lingüística. Miembro de la Asociación Hermanos Saiz (AHS). Graduado del primer curso de fotografía integral de la Escuela de Fotografía Creativa de la Habana (EFCH). Codirector del Makin Of de la película Casting del cineasta Eduardo del Llano. Ha participado en más de una docena de exposiciones colectivas fotográficas dentro y fuera de Cuba. Ha publicado poemas, cuentos y fotos en los sitios y revistas digitales Letralía, Revista Negra, Isliada, Literatosis, FullFrame, Cráneo de Pangea, Quinqué, Todo Cuba. Artista colaborador con el Festival Love In de la Habana. Pertenece al grupo internacional artístico #La pared. Pertenece al catálogo internacional de artistas de la revista El Oficio. Segundo premio de poesía y segundo premio de narrativa en encuentros de talleres literarios de La Habana, 2009. Finalista del concurso de fotografía Art Efímero, España, 2013. Finalista del concurso de fotografía De Cero, España, 2015. Ha publicado los poemarios: Último cumpleaños (Bruma Ediciones, Argentina, 2015), ¿Sabes quiénes son los monstruos? (Colección Guantanamera, editorial Samarcanda, España, 2017).

Comentarios:


Mariam Dominguez (no verificado) | Mar, 10/12/2019 - 14:47

Estoy muy feliz por yuniel, poco a poco se ha ido abriendo camino ante la multitud y eso es algo que valoro mucho de él, es una persona decidida y muy familiar, siempre lo ves sumergido en su arte y sus creaciones que para mí sí tienen mucho significado, tengo la dicha de tener unos cuadros de el en mi casa y cada vez que lo observo encuentro un detalle nuevo y eso es algo que me fascina. Me encanto el artículo pienso que habla la realidad del arte cubano y todo lo que tienen que pasar los artistas en mi país que no tiene “palanca“ cómo le decimos nosotros, pero aún así lo van reconociendo y quizás no lo reconozcan tanto En cuba como deberían, pero personas con más vista y que ven más allá que solo una obra entienden que tiene un gran valor sus obras por eso feliz por él de que tenga un reconocimiento internacional que pienso que eso vale mucho para un artista, feliz por ti yuniel sigue así que hoy Yo y muchos de nosotros nos sentimos orgulloso de tenerte como amigo porque sabemos que luchas incansablemente por tu arte 

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