Durante el Festival Vista de Miami, auspiciado en esta VII edición por la Fundación por los Derechos Humanos en Cuba, el Instituto La Rosa Blanca, Rafael Marrero & Company, DRC Art Studio y la logia “Osvaldo Ramírez García #3”, el proyecto Puente a la Vista entregó las placas acreditativas a los ganadores de los premios Dulce María Loynaz y Reinaldo Arenas 2017 por la parte exiliada, los escritores Armando de Armas, José Hugo Fernández y Julio Antonio Molinete.
Durante el evento celebrado en el Miami Hispanic Cultural Arts Center el pasado 9 de diciembre, el autor de la novela ganadora, Armando de Armas, donó el monto en metálico de su premio al proyecto Puente a La Vista, que abre espacios para la creación independiente en ambas orillas.
Entrevistado por el periodista Luis Felipe Rojas para Martí Noticias, de Armas hizo un llamado a la comunidad de empresarios cubanos radicados en el sur de la Florida para que colaboren con proyectos como éste.
“Creo que es importante que los empresarios, los hombres que gracias a la cultura de la libertad han podido prosperar y crear negocios y empleos, tengan presente que es importante que haya también creadores, artistas, que defiendan esa libertad”, señaló el narrador premiado.
Coordinadores del proyecto Puente a la Vista explicaron a Neo Club Press que un acto similar tendrá lugar en Cuba, con la entrega oficial de los premios a los co-ganadores Nelton Pérez (poesía) y Rolando Ferrer Espinosa (narrativa).
A continuación las palabras de Jorge Olivera Castillo, presentador del acto y jurado del premio Dulce María Loynaz:
Convocado por el proyecto Puente a la Vista, en colaboración con el Club de Escritores Independientes de Cuba y Neo Club Ediciones, esta segunda edición de los premios de Narrativa “Reinaldo Arenas” y de Poesía “Dulce María Loynaz” —instituidos con el objetivo de promocionar a los escritores cubanos más allá de sus afiliaciones, credos o lugar de residencia— quiere subrayar su compromiso con la libertad creativa y su apoyo a todos aquellos que desarrollan su obra en el ámbito cubano, donde la represión contra intelectuales y periodistas continúa siendo cotidiana. La literatura cubana es una, tanto fuera como dentro de Cuba, y este es uno de los ejes fundamentales sobre los que gira el proyecto.
En esta edición de los premios Dulce María Loynaz y Reinaldo Arenas, en la que se recibieron más de 200 libros de autores cubanos residentes en una veintena de países, resultaron co-ganadores, en poesía, Nelton Pérez y Julio Antonio Molinete, y en narrativa Rolando Ferrer, Armando de Armas y José Hugo Fernández.
El jurado de poesía fue integrado por los poetas Jorge Olivera, Rafael Vilches y Victor Manuel Domínguez, mientras que el jurado de narrativa estuvo compuesto por los escritores y críticos Luis Leonel León, Ángel Santiesteban y Manuel Gayol Mecías.
En este festival tenemos el privilegio de contar con la presencia de los ganadores de estos dos premios por la parte exiliada: Armando de Armas (El guardián en la batalla), José Hugo Fernández (Nanas para dormir a los bobos) y Julio Antonio Molinete (Brújula quebrada).
Sobre las obras ganadoras, han dicho los jurados:
En el poemario de Julio Antonio Molinete palpamos la circularidad del recuerdo, los puntos cardinales de la evasión, el dolor profundo y sostenido en cada tramo de la esperanza, las notas a relieve de un náufrago que sobrevive sobre su poesía.
Los relatos de José Hugo Fernández entran en el juego del umbral: una zona que se mueve entre lo real-corpóreo y lo real-imaginario. Más que ser entendidos como narrativa, deslumbran por una prosa diáfana que nos acerca al misterio.
En la novela de Armando de Armas asistimos a una lucha titánica entre la nostalgia y la realidad, un desgarramiento intenso dado en pocas páginas, como si el exorcismo de El guardián se convirtiera en un vómito de luz.