La vida es algo serio, pero también puede ser ridículo. La "carrera de la vida" puede estar llena de sendas pedregosas y espinadas pero también de suaves y frescas veredas. En Ridiculum Vitae (Ed. Guantanamera, España), Erich Estremera muestra los diferentes caminos por los que ha andado, que ha conocido a través de otros —amigos o enemigos—, que espera y sueña conocer, pero mirándolos desde esa maravillosa ironía de la que hace gala en no pocas de sus creaciones.
La patria y las ideas que se relacionan con ella, la emigración, las inevitables decepciones, el amor y su hermano/rival el odio, el gozo y la angustia, la fortaleza y los malestares, dudas y certezas, se entrecruzan cual si se tratara de encrucijadas o laberintos en los que es necesario tener aguzados todos los sentidos para no extraviar el paso/la salida/la meta.
No falta, tampoco, en esta poesía insólita, la visión cínica de la muerte cuando se juega a hacerla, justamente, ridícula; los seres a los que el poeta muestra muriendo, decidiendo morir, o matando, no son personajes de tragedia sino más bien de comedia —tal vez podríamos llegar a decir que de comedia clásica, por aquello de servir como ejemplo al público a la que vez que provocar risas—, aunque en este caso más bien asomen sonrisas y movimientos de cabeza que afirman: "¡Eso es tan cierto!"
Los tres cuadernos en que se divide el poemario llevan títulos que explican de algún modo los textos que encierran.
«Mitologías personales» incluye, pues, poemas entonados, en su mayoría, desde la primera persona, desde un Yo observador y participante que grita, llora y ríe, y cuyos sueños y decepciones, justamente por ser tan humanos como los de cualquiera, pareciera que todos podamos compartir, de algún modo, desde nuestro propio Yo.
«Cúmulos, nimbos y otras perforaciones» es como esa comida que miramos con cierta extrañeza, pensando que tal vez nos sabrá amarga, y que luego de saboreada y digerida resulta un suculento manjar exótico. Los poemas contenidos en esta «cena de Tántalo» (porque las hambres, los recuerdos, las nostalgias, son sus platos principales), nos enfrentan a nuestros demonios interiores. La última estrofa es ya un augurio de lo que vendrá a continuación:
Esa es mi idea de la muerte:
miles de brazos sujetando en alto
el filo de un poema.
"Odiosincracia", pues, contiene aquellos textos que, al leerlos, nos hacen imaginar alguna cámara oculta, o un ojo de buey, a través de los cuales se pueden ver desfilar personajes grotescos que cargan con sus muertes, sin que se salve ninguno de ser escarnecido, ni siquiera el propio poeta.
Elija un número
entre el uno y el siete mil millones
— (pausa con música medida) —.
Estimado cliente, su reserva ha quedado registrada.
Gracias por preferir nuestro seguro de vida
y recuerde:
la muerte no admite devoluciones.
Versiones particulares de frases y palabras, dan fe de ese afán lúdico con el que Erich pretende hacer más dulces a sus lectores las amargas reflexiones a las que a veces nos conduce la vida. Siendo así, la lectura de Ridiculum vitae produce la sensación de adentrarnos en un mundo detrás del espejo en el cual no es posible dilucidar qué es más real, si lo uno o su imagen.
Erich Estremera Gutiérrez (Ciego de Ávila, Cuba, 1979). Poeta. Ha obtenido los premios de Poesía "Eliécer Lazo", "Mangle rojo"» y "Poesía de primavera", todos en 2007. Ediciones Ávila publicó sus poemarios Granos de cebada (2008) y Fuegos fatuos (2010). Actualmente reside en Islas Canarias, España.