Cancionero español es un volumen de cuentos sobre el amor y la diversidad, poético y fuerte, sobrio y exaltado al mismo tiempo; un libro de subversiones —justo lo que se propuso Alejandro Langape—, y resulta ser además el depositario de historias que alguna vez quisimos leer pero nadie las había escrito, y si se habían escrito nadie se animó a publicarlas. Cada uno de sus cuentos alude a una canción en específico, de ahí el título del volumen, que es el primero de un tríptico en el cual continúa trabajando el autor.
Valiéndose tanto de una deliciosa facilidad para los diálogos como de pericia en el manejo de la narrativa en primera y tercera persona, Langape nos introduce en la intimidad de caracteres desgarrados por las diferencias —marginados y advenedizos dentro de los tristes lugares comunes de la heteronormatividad— que se esfuerzan por convertir su amor en un ejercicio de resistencia, inmersos en atmósferas asfixiantes donde se promueve la monotonía de lo homogéneo y se castra todo impulso original.
Con estos personajes que ejercen su diversidad casi como un deber existencial, las historias de amor resultan a un tiempo contenidas y desmesuradas; lo primero porque contención es una norma que se impone sabiamente el autor, y desmesuradas porque se trata de pasiones que van contra el sistema de turno, y deben apelar a matices de heroísmo para poder sobrevivir. Dicho esto, no hay que pasar por alto el tono entre regocijado y esperanzador del cuento que cierra el libro —"Un guión para Almodóvar"—, que pareciera recordarnos que los tiempos cambian y los que son diferentes empiezan a tener vislumbres de un mundo cada vez menos ajeno.
En cada historia el autor recrea un universo diferente sin que falte un elemento que hermana a los protagonistas de los nueve cuentos, y es que en esos ambientes corruptos, tradicionalistas o anodinos en los que se desarrollan las tramas, los personajes se aferran por encima de todo a la belleza, y se recortan sobre un variopinto trasfondo cultural que enriquece el imaginario arquetípico en que se apoyan sus leyendas personales.
Gracias a todos estos ingredientes, sumados al erotismo que recorre los textos —a ratos sutil, y a ratos de una poesía brutal—, Cancionero español acaba siendo un libro contundente y feroz, de los que convierten a sus lectores en cómplices y adictos a una literatura que se salta de buena gana las barreras de cualquier pudibundez oficialista.
("A manera de prólogo", Cancionero español, Editorial Primigenios, 2020.)