Lo primero es comprender que una pandemia no es más que una epidemia que se ha extendido al menos por dos continentes diferentes, cuyos contagios son comunitarios y no importados. En el caso de este nuevo coronavirus se decretó pandemia el 11 de marzo de 2020, cuando ya, además de en China, se conocían casos de transmisión en 114 países, de los cuales aproximadamente la tercera parte ya había declarado transmisión comunitaria.
A lo largo de la historia ha habido al menos una veintena de pandemias conocidas con contrastantes cifras de mortalidad y modos de transmisión, que han provocado notables cambios en todos los aspectos de nuestra vida, así como nos han hecho repensar nuestras costumbres, las maneras de relacionarnos, prevenir y combatir las enfermedades. Al día de hoy sigue siendo la viruela la que más muertes ha causado, con 300 millones.
Esta enfermedad, provocada por Variola virus se cree que apareció alrededor del año 10,000 a. C. y se expandió por todos los lugares del mundo. Hasta donde se conoce solo afecta a humanos y se transmite mediante fluidos corporales y contacto directo. En la antigüedad se cree que llegó a ser tan mortal que solo la sobrevivía la tercera parte de los infectados.
La viruela provocaba altas fiebres y deshidratación, además de pústulas que dejaban marcas de por vida a los sobrevivientes. Un dato curioso es que la primera vacuna de la que se tiene conocimiento fue creada en 1976 por el británico Edward Jenner para esta enfermedad, que afortunadamente desde el año 1980 se considera completamente erradicada.
Luego de la viruela ha sido el sarampión la pandemia más mortífera, con más de 200 millones de fallecidos en los últimos 3000 años. Esta enfermedad provoca marcas rojizas en la piel, fiebres muy altas y malestares. Es un paramixovirus que se contagia de forma directa por el aire. Se calcula que era 7 veces más contagiosa que el SARS-CoV-2, siendo esto lo más peligroso de dicha enfermedad.
En 1963 fue producida por primera vez la vacuna contra esta dolencia, disminuyendo así en un 99% los infectados. En la actualidad aún no se ha podido erradicar del todo, y con las nuevas tendencias antivacunas se han producido casos en países donde se pensaba eliminada.
La gripe española, de la cual se ha hablado mucho recientemente por sus aparentes semejanzas con el nuevo coronavirus, produjo la tercera pandemia más mortífera de las que se tenga registro. A diferencia de la viruela y el sarampión, que causaron millones de muertes en miles de años, esta gripe causó entre 50 y 100 millones de muertes en solo dos años.
Entre 1918 y 1920 esta gripe terminó con la vida de más del 5% de la población mundial. Curiosamente el gentilicio de española no está dado porque haya surgido ahí, sino porque fue el primer país en producir una cobertura de prensa sobre ella, ya que en otros sitios a raíz de la I Guerra Mundial se omitió durante un largo tiempo de los medios informativos.
Alrededor de 75 millones de muertes se cree que provocó la peste negra, una pandemia muy asociada a la Edad Media que provocaba grandes y desagradables ampollas en la piel. Esta enfermedad estaba causada por la bacteria Yersina Pestis, por lo tanto, en este caso no hablamos de un virus.
La Yersina Pestis se transmitía principalmente mediante pulgas y ratas, que abundaban en las ciudades europeas del siglo XIV. En su momento provocó importantes cambios en la sociedad de la época, pues las vidas que se llevó en 7 años tardarían dos siglos en recuperarse, por lo que al terminar esta epidemia los sobrevivientes se organizarían de un modo diferente.
El Virus de la Inmunodeficiencia Humana, también conocido como SIDA, ha sido la quinta pandemia mundial más letal hasta la actualidad, que marcó una parte importante de la historia reciente del mundo, con más de 25 millones de muertes hasta la actualidad.
En el caso de esta enfermedad su causante es un retrovirus que impide que nuestro sistema inmunitario funcione correctamente, por lo tanto el VIH no produce las muertes directamente, sino que deja al organismo en una situación de indefensión que hace a cualquier enfermedad muy peligrosa.
Su método de transmisión se reduce al contacto directo con mucosas o sangre de personas infectadas, por lo que es más fácil de controlar. Ha sido además muy estudiado, y aunque no se ha encontrado una cura todavía los tratamientos antirretrovirales han alcanzado tal calidad que ya no se considera al VIH una enfermedad mortal sino crónica.
Otras grandes pandemias han sido la Peste de Justiniano, es la primera epidemia de peste de la que se tenga noticia, para algunos historiadores tuvo relación con el fin del Imperio Bizantino y el inicio de la Edad Media, al final de la enfermedad la capital imperial había perdido casi el 40% de su población, y en todo el imperio se había cobrado la vida de 4 millones de personas. La Gripe Asiática (H2N2) y la Gripe de Hong Kong (H3N2) también llegaron a catalogarse de este modo a mitad del siglo XX, llegando la primera al millón de muertes.
El SARS-CoV-2, surgido en Wuhan, China, a finales de 2019 es la última pandemia conocida hasta el momento, se ha extendido por todos los continentes menos por la Antártida, llegando en la actualidad a más de cinco millones de infectados, y con una cifra de muertes que supera los 330 000. Los graves cambios que provocará esta pandemia están aún por calibrarse en toda su magnitud en un mundo globalizado como el que vivimos, pero desde ya se advierte el impacto tremendo que ha tenido en la sanidad, la economía, la sociedad en su conjunto, pues a pesar de la experiencia de otras epidemias, no estábamos preparados para enfrentar un virus de tan altas tasas de contagio y letalidad.