La historia del coronavirus en Cuba comenzó con polémica, pues justo el día en que era declarado Pandemia por la Organización Mundial de Salud, la empresa turística estatal Havanatur exhortaba en Twitter a los potenciales turistas a visitar Cuba.
“Siendo bañados por los rayos del sol todo el año y tomando las medidas pertinentes tenemos más fortalezas ante el COVID19. Desde el Caribe es Cuba destino seguro. Visítala con Havanatur” decía uno de los polémicos tweets, borrados posteriormente. Tan solo dos días después, el miércoles 11 de marzo, el gobierno cubano anunciaba los primeros tres casos positivos en la isla.
Enseguida, alertados por lo que estaba sucediendo en países como España e Italia, muchos ciudadanos se valieron de las redes sociales para exigir el cierre de las fronteras, como en efecto estaban haciendo otros países afectados durante esas fechas. En un primer momento la respuesta de las autoridades fue que se haría, pero cuando el protocolo indicara.
El día 16 de marzo, cuando solo se conocían 5 casos de infectados por COVID-19 en Cuba el Ministerio de Relaciones Exteriores publicó una nota en el periódico Granma anunciando que permitirían el atraque y posterior desplazamiento de los tripulantes del crucero MS Braemar hacia sus países de origen. Hablamos 682 tripulantes, 5 de ellos infectados por el nuevo coronavirus.
Este hecho contó tanto con el apoyo de un sector de la población como con las críticas de otro. El gobierno cubano lo utilizó, como de costumbre, para intentar limpiar su imagen. Y entre el revuelo en las redes que causo todo esto y el anuncio dos días después del primer fallecimiento en territorio nacional, las demandas por el cierre de fronteras tomaron mucha más fuerza, a lo que el gobierno respondería a través de la Mesa Redonda el 20 de marzo.
Entre las regulaciones que se anunciaron esa tarde, las cuales entrarían en vigor el martes 24 de marzo, se encontraba por fin la regulación de las fronteras y el asilamiento por 14 días de las personas que ingresaran al país. También se organizaría la salida de los 60 mil extranjeros que se encontraban en ese momento en la isla y se suspenderían los campismos, discotecas, cines y teatros, así como los servicios gastronómicos serian reducidos en un 50%.
Diez días después del primer caso el MINSAP informaba de un total de 25 pacientes infectados, 716 ingresados para vigilancia clínico epidemiológica en centros de aislamiento y 28, 139 personas en vigilancia desde sus casas.
Por otra parte en las redes sociales muchas personas comenzaban a exigir la suspensión de las clases en todos los niveles de enseñanza. Las alarmas aumentaron luego de que la Escuela Internacional de la Habana, donde estudian principalmente hijos de diplomáticos y extranjeros cancelara todas sus actividades.
Desde algunos sectores del oficialismo se tildó a quienes suscribían esta petición de alarmistas, o de provocar desorden, pero cada día que pasaba, junto con el crecimiento de los infectados, aumentaban los padres que dejaban de enviar a sus hijos a clases. También estudiantes universitarios plantearon preocupaciones en sus centros de enseñanza.
Fue en la tarde del 23 de marzo cuando nuevamente en el programa La Mesa Redonda compareció Manuel Marrero, recientemente nombrado Primer Ministro, para anunciar el mayor grupo de medidas tomadas hasta el momento. Entre ellas se encontró el cierre de las escuelas durante 30 días así como la prohibición de salida del país a todos los ciudadanos cubanos y la cuarentena obligatoria para los turistas que aún no habían abandonado la isla.
También se decretó la suspensión de todo tipo de servicios enfocados al turismo como la renta de automóviles y las excursiones, se anunciaron zonas de aislamiento y se canceló el transporte interprovincial, entre otras cuestiones que entrarían en vigor el miércoles 25.
En este programa televisivo por primera vez se exigió a la población solo salir de casa por cuestiones imprescindibles y se advirtió sobre un posible repunte de los casos en los próximos días. En efecto, la mañana siguiente se anunciarían 59 casos positivos por coronavirus en Cuba.
Ante el aislamiento cada vez mayor que fue acatando la población surgieron nuevas demandas. Una de las más constantes era la petición al monopolio de las comunicaciones en Cuba, ETECSA, rebajas en las tarifasde telefonía móvil y navegación por internet. Finalmente el 4 de abril la compañía reaccionó reduciendo el costo de estos servicios al 50% durante el horario de la madrugada.
El viernes 28 de marzo, cuando se contaban 139 positivos por COVID-19 el Ministro de Salud Pública, José Ángel Portal Miranda anunció el primer episodio de transmisión comunitaria, en este caso en la provincia de Matanzas. Según fuentes oficiales se trataba de un trabajador del turismo en Varadero, que habría transmitido esta infección a familiares y amigos.
En la mañana del 31 de marzo el doctor Francisco Duran García, director nacional de Epidemiología del MINSAP anunció que se habían recibido 100 mil test rápidos de China y que se comenzarían a aplicar a los pacientes en aislamiento. Además, en la edición nocturna del Noticiero estatal se anunciaron nuevas medidas como la suspensión del próximo desfile del 1 de mayo.
Al inicio del mes de abril las cifras mantenían un aumento constante, pero sin provocar grandes alarmas. El día 2, cuando el mundo llego al millón de infecciones Cuba contaba con 269 pacientes positivos por el COVID-19, de los cuales 6 fallecidos, y un total de 3241 persona ingresadas con sospechas. También esa mañana se anunciaba el cierre del Consejo Popular El Carmelo, en el Vedado, al tener la mayor tasa de contagios por localidad: 8 casos.
En los últimos días desde las autoridades se ha recalcado la necesidad de evitar las aglomeraciones, para lo cual se habilitaron 148 puntos para la venta de cloro además de la adopción de medidas para regular la venta de productos de primera necesidad, lo que todavía no ha surtido efectos vivibles debido a la gran crisis económica y de desabastecimiento que sufre la isla.
El día 7 de abril se estableció la fase de transmisión autóctona limitada. En el último parte hasta el momento, que recoge los datos de ese día, se anuncia que se han realizado 9410 muestras, de las cuales 457 han resultado positivas y que hay 1732 personas ingresadas en vigilancia. Hasta el momento han ocurrido 12 fallecimientos y 27 personas han recibido el alta médica.