Este viernes se presenta en Madrid, como parte de la segunda jornada del Foro Intemperie 2, organizado por las revistas cubanas Alas Tensas y Árbol Invertido, el libro de ensayos La immagini infamanti. Arte, burocracia, peregrinaje y violencia en Cuba, del artista e investigador cubano Herny Eric Hernández, quien se centró en analizar “cómo la censura y la necesidad de infundir el miedo es consustancial a la existencia de la sociedad totalitaria”.
Ante la proximidad del lanzamiento del libro, publicado por el sello Ediciones Deslinde, el intelectual cubanoresidente en México conversa con Árbol Invertido sobre las interioridades del volumen y la situación del arte independiente cubano en la actualidad.
Este libro de ensayos relacionados con el arte y el totalitarismo se inscribe en investigaciones que llevas realizando en los últimos años. ¿Qué particularidades del momento actual del arte cubano en relación con el poder podemos encontrar en él?
Una particularidad, que a la vez es un estadio crónico, es que la política cultural sigue estando atravesada por esa condición sine qua non que es la violencia divina, esa violencia represiva que llaman revolucionaria. Lo que provoca el temor de las élites culturales a decidirse a ser frontal respecto a la burocracia cultural y por supuesto al castrismo en tanto sistema totalitario
Son las élites y su producción simbólica, sea artística, académica, periodística o de cualquier otra índole, las que en su mayoría continúan hoy día deseando reformar y conservar dicho totalitarismo
Con esto quiero decir, por ejemplo, que somos los menos quienes nos indignamos y hacemos ver, abierta y públicamente, que en Cuba no hay una democracia y que eso tiene que cambiar. O, yendo al contexto de las artes visuales, te das cuenta que a la mayoría de los artistas no les preocupa lo que ha sucedido con el Movimiento San Isidro o lo que viene sucediendo con las víctimas del 11J.
De hecho, tengo claro que a esa mayoría les parece bien y puede que celebre que artistas como Luis Manuel sean condenados a prisión, porque así "no ponen mala la jugada".
Nada nuevo, porque algo similar hicieron los artistas a finales de la década de los 80's con Juan Sí y el Grupo ART-DE. Los amigos totalitarios que discuto en el capítulo dos del libro - o sea, las actitudes victimarias de Abdel Hernández, Rubén Torres Llorca, Antonio Eligio (Tonel) Fernández y Consuelo Castañeda - siguen encarnadas en otros colegas del contexto del arte cubano, dentro y fuera de Cuba.
En algún momento comentaste que una frase del artista Léster Álvarez, "el contexto del arte cubano es muy hostil y muy ingrato", es el preámbulo de este libro. ¿Qué podemos encontrar en los ensayos en relación con esta afirmación?
Los capítulos ponen en discusión dicha hostilidad y las formas de violencia que la componen, que van desde dejar de hablar a un amigo artista estigmatizado por la burocracia cultural una vez que lo censura, como hicieron los artistas René Francisco Rodríguez y Eduardo Ponjuán con Juan Sí González en su día, hasta la regañeta que le diera Coco Fusco al artista Julio Llópiz-Casal, para hacer ver que tenía razón en cuanto al mal uso del término totalitarismo para nombrar lo que es Cuba o lo que en ella acontece, porque resultaba molesto o inconcebible para la izquierda newyorkina.
Podría decirse que estas hostilidades son las más insignificantes o "fresas", pero sus sutilezas psico-pedagógicas son las que hacen más duradero el calado de la violencia, sobre todo esa que coacciona la producción simbólica.
¿Ha podido sobrevivir el arte cubano independiente a la represión del régimen en los últimos años? ¿Qué mecanismos han utilizado los creadores para ello?
La solidaridad ha sido el gesto que ha salvado a los artistas, activistas y periodistas independientes, o hablando con sensatez, que exponen un discurso autónomo con relación al discurso burocrático. Porque un espacio puede tener una gestión independiente, pero su discurso puede seguir sujeto a los marcos de permisibilidad burocrática. Pensemos en Galería Taller Gorría, por ejemplo. Y con esto te adelanto que es un asunto, el de las relaciones entre la gestión independiente y la autonomía discursiva, discutido por los autores que conforman la antología que editamos Tania Bruguera y yo para el proyecto de INSTAR en Documenta 15.
El sentimiento de solidaridad y de denuncia constante y frontal, ha sido el mecanismo que ha hecho frente a otro mecanismo, institucional y practicado en el mundo cultural, el mecanismo victimario. Y regreso nuevamente al capítulo del amigo totalitario: los amigos de Juan Sí y el grupo ART-DE, no dijeron no a la represión que se les vino encima, antes bien, colaboraron tanto como los funcionarios totalitarios a estigmatizarlos.
Este viernes 24 de febrero a las 16:00, hora local de Madrid, tendrá lugar la presentación del libro La immagini infamanti. Arte, Burocracia, Peregrinaje y Violencia en Cuba (Ediciones Deslinde, Madrid, 2023), de Henry Eric Hernández, como parte del programa de actividades del Foro Intemperie. 2, en el Espacio Muelle 36, ubicado en la Calle Hilarión Eslava 36 (bajo derecha). La presentación contará con la participación del autor (vía virtual) y de los escritores cubanos Ileana Álvarez y Francis Sánchez, quienes estuvieron encargados de la edición del volumen.
En este enlace puede consultar el programa completo del Foro Intemperie 2.
