El artista y activista cubano Luis Manuel Otero Alcántara ha comenzado una nueva huelga de hambre y sed este domingo 25 de abril, después de sufrir 26 días ininterrumpidos de acoso policial a su vivienda, sede del Movimiento San Isidro (MSI), arrestos domiciliarios, detenciones arbitrarias y la incautación y destrucción de varias de sus obras. Su determinación, sus propias declaraciones de intención y la hostilidad demostrada por el gobierno, hace pensar con zozobra que esta vez su vida está en grave peligro.
Desde su perfil en Facebook, la curadora de arte y miembro del MSI, Anamely Ramos, dio cuenta de la noticia: “Seré breve: Luis entró en huelga de hambre y sed. Está en su casa, solo, y rodeado por la Seguridad del Estado”.
La activista Yenisleydis Borroto Vega, conocida como AfrikReina, también se hizo eco de la huelga desde la red social, al dejar claro que “Luis no está sólo, seremos muchos en las calles en solidaridad con él. DSE (Seguridad del Estado), PCC (Partido Comunista), midan las consecuencias. No digan que no se les advirtió. Continúen generando odio sin tener bolsillos para el vuelto”.
El pasado 16 de abril, en un operativo del DSE fueron sustraídas varias obras de Otero Alcántara, entre las cuales figuraban varios cuadros de gran tamaño y el garrote vil con el que había empezado un nuevo performance contra el poder totalitario en Cuba. Algunas de las pinturas fueron destruidas frente a la vivienda del artista, en Damas 955, en La Habana Vieja.
Luego de ocho días consecutivos saliendo a la calle para reclamar la devolución de sus obras y de exigir la reparación del perjuicio ocasionado, así como una disculpa pública de las autoridades de la isla, Luis Manuel decidió entrar en una nueva huelga de hambre, ante la impasibilidad del régimen y el agravamiento de las amenazas hacia su persona.
“Estaba saliendo todos los días y ayer metieron en su calabozo a dos delincuentes que lo amenazaron y ofendieron durante horas. Luis prefiere quedarse en su casa y desde ahí lanzar su grito. Es un grito de auxilio, pero también de determinación y sentido personal”, declaró Anamely Ramos en su post.
Durante cada una de sus salidas a la calle, el artista apenas ha podido rebasar el cerco policial en los alrededores de su residencia, y ha sido detenido en todas las ocasiones, siendo conducido a diferentes estaciones habaneras. Desde la celda, esbirros del régimen le han proferido varias amenazas que el propio Otero Alcántara ha alcanzado a denunciar en transmisiones directas desde su perfil en Facebook, al ser liberado.
En la última oportunidad, tal como refiere Ramos, dos supuestos presidiarios le dijeron que amanecería "con la boca llena de hormigas", en una especie de thriller o saga mafiosa cuando el país vive aparentemente una nueva era política, con la salida del último Castro del poder, y el replanteamiento de los principales cargos de la dirección del país en el reciente VIII Congreso del Partido Comunista de Cuba.
Precisamente durante el marco de la realización de este evento, Luis Manuel llevó a cabo su temerario performance con el garrote vil, en el que invitaba a sus "verdugos" de la dictadura cubana a poner fin a su vida.
“Voy a seguir, voy a seguir, voy a seguir… Lo único que me dejaría dentro de mi casa es que se cumplan mis demandas. No voy a emigrar ni a claudicar en mi lucha por los derechos”, aseguró el joven artista en un audio compartido el pasado viernes en sus redes sociales.
En esa misma grabación manifestó su voluntad de seguir luchando contra las arbitrariedades del régimen y exigiendo sus demandas, que incluyen la indemnización por valor de 500 mil dólares por los daños a las obras destruidas en la invasión a su domicilio, el cese de la persecución y del aparato policial-militar que vigila su casa, además de una disculpa pública del “líder de la dictadura", Miguel Díaz-Canel.
Otero Alcántara, principal coordinador del MSI, protagonizó en compañía de otros activistas una huelga de hambre y sed el pasado noviembre, para exigir la liberación del rapero Denis Solís.
La protesta pacífica de los que empezaron a conocerse en la prensa internacional como "los acuartelados de San Isidro", duró una semana, hasta ser interrumpida violentamente el 26 de noviembre, en una maniobra conjunta de las fuerzas represivas del Ministerio del Interior cubano. La secuela de esas jornadas fue entonces la manifestación, al día siguiente, de centenares de artistas con numerosas demandas frente a la sede del Ministerio de Cultura en la capital.
En un audio subido a su perfil de Facebook se le escucha decir emocionado: "Un artista no puede vivir en una dictadura... La dictadura no te deja ser persona... Hasta que no se caiga la dictadura no voy a comer, no voy a tomar agua, está dicho... Espero que lo que hayamos hecho, lo que he hecho hasta ahora mismo sirva a las nuevas generaciones, a los nuevos opositores para que sean más libres ellos, y Cuba sea más libre... No voy a aceptar que nadie me convenza... Si vivo fuera de Cuba estoy muerto. Si dejo de pintar estoy muerto, si no reclamo mis derechos estoy muerto... Prefiero irme poco a poco...Toda la muerte mía recaiga sobre un régimen. Muchos cubanos son unos zombis, yo no quiero ser un zombi. Yo soy un artista feliz y me voy a morir siendo feliz...Estamos súper conectados."
Tras 24 horas sin beber agua y en reciente conversación telefónica con Luis Manuel a través de la activista Yanelys Nuñez, Luis comenta que sigue sin acceso a Internet y que se le impide a familiares y amigos entrar a su casa.
Imágenes publicadas en Twitter muestran los alrededores de la casa de Luis con mucha policía y agentes vestidos de civil, algo que preocupa a Luis Manuel porque según ha dicho, San Isidro, se siente aterrorizado.