El árbol se ha metido en mis manos,
La savia ha subido a mis brazos,
El árbol ha crecido en mi pecho
Para abajo.
Ezra Pound
Mi madre sembró un nuevo árbol a la sombra del mío.
Lo ha introducido sin ningún cuidado en la tierra,
libre de plagas.
El árbol anterior ha sido cortado,
creció con mi edad, deforme.
Mi madre no supo podarme a tiempo
y mis ramas se extendieron sin conocer reglas,
ni las delicadas formas de sus tijeras.
El Pino y yo fuimos ahondando nuestras raíces,
contrarios al sol, en busca de soledad y de silencio.
Un arbolillo crece junto al mío,
burlándose del desmembramiento,
de su tiempo prolongado de libertad.
Mi madre va a descuidar también su nuevo árbol
que lentamente igualará la sombra de mi cuerpo, recién podado.
Mi madre no supo podarme
y crecí dentro del árbol, sofoqué su corazón dentro del mío,
volamos juntos en la inexactitud de la madera,
nos confesamos amores al oído
y fuimos cómplices de la luna, el desarraigo.