Ciudad
Te voy a abandonar
Ciudad desierto
y sé que voy a extrañarte.
Estaré un día en una plaza grande
recordando tus bancos sin árboles
y tu arquitectura absurda.
Los bardos le han cantado siempre
a sus paredes cunas;
pero tú fuiste un muro,
Ciudad de arcilla.
No puedo permitirme
el temor a la nostalgia.
Necesito poner a salvo de ti
los años que me quedan.
Tengo que escapar
del hoyo negro que forman tus ladrillos.
Aunque quizás,
en el futuro,
sea capaz de dar mi brazo de fumar
por el inmediato deseo
de volver a verte.
Pero entonces,
caminar tus calles
será solo producto de mis elecciones
y no la opción obligada,
a la que fui condenado
por el inmenso orgullo
de responder a un gentilicio
CUBANO.
Perdón y Travesía
A mi madre, la mejor de todas. A las madres cubanas.
Los ojos ahogados lanzan un par de lágrimas que fueron concebidas cual cascadas; pero son reducidas a solo gotas por los cojones de un cubano decidido. Mi generación ha cumplido con creces su cuota de años perdidos, y no hay lugar al repaso o a la toma de medidas. Después del primer salto solo queda darle el pecho a las fronteras. Esquivando cocodrilos, esos que avergüenzan la raza, pues también son latinos; pero adictos los malditos a la carne de mi Patria. A más de uno se han comido de los míos, que salieron para ayudar a sus madres con el peso y ahora llevan ellas la más triste de las cargas, vivir una vida sin sus hijos. La geografía se expande para dificultar el avance. Pero nunca nos abandona el ingenio. Ya conocemos el hambre, hacemos bromas con la sed y cuando has nacido en dictadura a burlar el uniforme lo aprendemos desde niños. Hacemos gala de la estirpe. A degüello contra balas, al combate corremos si las impone el destino. No tememos al fracaso, ni a la loza en blanco ni a las trampas del bandido. Pero el miedo nos destroza y descuartiza nuestras almas, al posible dolor que dejamos si escucharan nuestro grito. Perdón Mamá —por favor—, si me quedo en el camino.
El Ático
Siempre quise un Ático.
Siempre soñé con un Ático en New York.
Un Ático Clásico Refugio Bohemio.
Con una lámpara antigua que regala
una luz, atmósfera increíble.
Desordenado... por supuesto;
pero espacioso.
Sería mi Búnker Poético.
El lugar perfecto para Amasar mi Obra.
Una pequeña biblioteca cargada de Clásicos.
Una mesita del tamaño perfecto.
Un escritorio viejo que parece Mágico.
Con unas ventanas a cada lado
que funcionan como extractores de humo.
Que viene como anillo al dedo por el incendio perenne.
El vaso siempre amigo y compañero...
(No me gustan las Copas).
Mis Plantas... Mis bellas Plantas!!!
Mi preciosa Caja Fuerte,
una indestructible Caja de Zapatos.
Y mi mesita de "Operaciones".
El Sofá, siempre víctima de mi pereza,
siempre dispuesto y redimido.
Hoy estoy escribiendo estos versos desde un lugar así.
Soplando el humo por una de esas ventanas.
Pensando en Casa.
Raúl Suñet
Forest Hills. NY
S/T
Puedo ver la maldad,
pero no la entiendo,
no hablo su idioma
aunque reconozco fácil su silueta.
Y me ha hecho su víctima
por mi fe en el hombre,
no por mi ignorancia.
No soy de cobrar cuentas
pues nunca he prestado
más que el Alma
y pago al contado
lo mismo el Oro que el Abrazo.
Mi lema es "No fallo".
Y no perdono faltas
incluso aunque pueda olvidarlas.
Mi juez no es de mano temblorosa
al empuñar el martillo,
y tiene un nombre espantoso,
pero justo..."Espejo".
Aprendí
después de mi tercera década
la palabra "Dinero"
y el aprendizaje en esa materia
es lo más difícil
a lo que me he enfrentado jamás.
Quizás, igualado en dificultad
solo por el apartado "Hambre"
que carcome mis huesos
y empuja fuerte para convertirme
en algo que no sería Yo,
aunque aún no lo logra.
Fui expulsado
de mi paradisíaco infierno
por la filosofía estúpida
de Ancianos que por jugar a ser Reyes
me obligaron a cargar cadenas,
y me alejé de mis "Todo"
para acercarles el Pan.
No conozco aún el Odio
incluso cuando he asistido
a clases avanzadas.
Sigo creyendo que no existe nada como "Destino"
y que las decisiones malas o buenas
no son más que Decisiones
y el camino solo es
por donde pasaste o pasarás
y no otro.
Salí del vientre del ser humano
más Bello que existe
y la sangre y la vida
me regalaron Madres
a las que solo les faltó
el dolor de arrojarme al mundo.
He sido Feliz... y lo seré...
aunque no sea mi presente estado.
No tendré prole que herede
mis virtudes o defectos
a no ser que pueda regodearme
con el título de
"Mejor Padre del mundo"
y para ello necesito una matriz
Estable, Nítida, Limpia...
Pero la Estabilidad
no es una de mis palabras de culto.
Mis sueños van cayendo
mientras chocan
con la realidad y los años;
pero se levantan,
incluso sin ojos ni brazos ni piernas.
Creo, a veces,
que solo los impulsa
la inercia por tantas ganas.
No creo en Dios
pero en Amar al prójimo
como a mí mismo
me pueden medir
con la misma vara
que al más devoto.
No me queda muy claro
el hecho de que moriré algún día,
pero sucederá, supongo,
y no estaré de acuerdo.