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Desde un lugar así

Jarra vacía sobre tumba abandonada
Jarra vacía sobre tumba abandonada | Imagen: Francis Sánchez
Imagen: Francis Sánchez

Ciudad

Te voy a abandonar

Ciudad desierto 

y sé que voy a extrañarte.

Estaré un día en una plaza grande

recordando tus bancos sin árboles

y tu arquitectura absurda.

Los bardos le han cantado siempre

a sus paredes cunas;

pero tú fuiste un muro,

Ciudad de arcilla.

No puedo permitirme 

el temor a la nostalgia.

Necesito poner a salvo de ti

los años que me quedan. 

Tengo que escapar

del hoyo negro que forman tus ladrillos.

Aunque quizás,

en el futuro,

sea capaz de dar mi brazo de fumar

por el inmediato deseo 

de volver a verte.

Pero entonces,

caminar tus calles

será solo producto de mis elecciones

y no la opción obligada, 

a la que fui condenado

por el inmenso orgullo

de responder a un gentilicio

CUBANO.

 

Perdón y Travesía

A mi madre, la mejor de todas. A las madres cubanas.

Los ojos ahogados lanzan un par de lágrimas que fueron concebidas cual cascadas; pero son reducidas a solo gotas por los cojones de un cubano decidido. Mi generación ha cumplido con creces su cuota de años perdidos, y no hay lugar al repaso o a la toma de medidas. Después del primer salto solo queda darle el pecho a las fronteras. Esquivando cocodrilos, esos que avergüenzan la raza, pues también son latinos; pero adictos los malditos a la carne de mi Patria. A más de uno se han comido de los míos, que salieron para ayudar a sus madres con el peso y ahora llevan ellas la más triste de las cargas, vivir una vida sin sus hijos. La geografía se expande para dificultar el avance. Pero nunca nos abandona el ingenio. Ya conocemos el hambre, hacemos bromas con la sed y cuando has nacido en dictadura a burlar el uniforme lo aprendemos desde niños. Hacemos gala de la estirpe. A degüello contra balas, al combate corremos si las impone el destino. No tememos al fracaso, ni a la loza en blanco ni a las trampas del bandido. Pero el miedo nos destroza y descuartiza nuestras almas, al posible dolor que dejamos si escucharan nuestro grito. Perdón Mamá —por favor—, si me quedo en el camino.

 

El Ático

Siempre quise un Ático.

Siempre soñé con un Ático en New York.

Un Ático Clásico Refugio Bohemio.

Con una lámpara antigua que regala

una luz, atmósfera increíble.

Desordenado... por supuesto;

pero espacioso.

Sería mi Búnker Poético.

El lugar perfecto para Amasar mi Obra.

Una pequeña biblioteca cargada de Clásicos.

Una mesita del tamaño perfecto.

Un escritorio viejo que parece Mágico.

Con unas ventanas a cada lado

que funcionan como extractores de humo.

Que viene como anillo al dedo por el incendio perenne.

El vaso siempre amigo y compañero...

(No me gustan las Copas).

Mis Plantas... Mis bellas Plantas!!!

Mi preciosa Caja Fuerte,

una indestructible Caja de Zapatos.

Y mi mesita de "Operaciones".

El Sofá, siempre víctima de mi pereza,

siempre dispuesto y redimido.

Hoy estoy escribiendo estos versos desde un lugar así.

Soplando el humo por una de esas ventanas.

Pensando en Casa.

Raúl Suñet

Forest Hills. NY

 

S/T

Puedo ver la maldad,

pero no la entiendo,

no hablo su idioma 

aunque reconozco fácil su silueta.

Y me ha hecho su víctima

por mi fe en el hombre,

no por mi ignorancia.

No soy de cobrar cuentas 

pues nunca he prestado 

más que el Alma 

y pago al contado 

lo mismo el Oro que el Abrazo.

Mi lema es "No fallo".

Y no perdono faltas

incluso aunque pueda olvidarlas.

Mi juez no es de mano temblorosa

al empuñar el martillo,

y tiene un nombre espantoso,

pero justo..."Espejo".

Aprendí 

después de mi tercera década 

la palabra "Dinero"

y el aprendizaje en esa materia 

es lo más difícil 

a lo que me he enfrentado jamás.

Quizás, igualado en dificultad 

solo por el apartado "Hambre"

que carcome mis huesos 

y empuja fuerte para convertirme 

en algo que no sería Yo,

aunque aún no lo logra.

Fui expulsado 

de mi paradisíaco infierno 

por la filosofía estúpida 

de Ancianos que por jugar a ser Reyes

me obligaron a cargar cadenas,

y me alejé de mis "Todo"

para acercarles el Pan.

No conozco aún el Odio 

incluso cuando he asistido

a clases avanzadas.

Sigo creyendo que no existe nada como "Destino"

y que las decisiones malas o buenas 

no son más que Decisiones 

y el camino solo es 

por donde pasaste o pasarás 

y no otro.

Salí del vientre del ser humano 

más Bello que existe 

y la sangre y la vida 

me regalaron Madres 

a las que solo les faltó 

el dolor de arrojarme al mundo.

He sido Feliz... y lo seré...

aunque no sea mi presente estado.

No tendré prole que herede 

mis virtudes o defectos 

a no ser que pueda regodearme 

con el título de 

"Mejor Padre del mundo"

y para ello necesito una matriz 

Estable, Nítida, Limpia...

Pero la Estabilidad 

no es una de mis palabras de culto.

Mis sueños van cayendo 

mientras chocan 

con la realidad y los años; 

pero se levantan, 

incluso sin ojos ni brazos ni piernas.

Creo, a veces, 

que solo los impulsa 

la inercia por tantas ganas.

No creo en Dios 

pero en Amar al prójimo 

como a mí mismo 

me pueden medir 

con la misma vara 

que al más devoto.

No me queda muy claro 

el hecho de que moriré algún día,

pero sucederá, supongo,

y no estaré de acuerdo.

Raúl Suñet

Poeta cubano Raúl Suñet

Raúl Suñet (Las Tunas, Cuba, 1982 - Estados Unidos, 2018). Poeta. Ganó el premio de poesía de la jornada literaria “Portus al Sur” con su cuaderno “Mejores uvas”, que mereció además la beca de creación en poesía.

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