Muy rápido pasamos por alto aquellas disciplinas básicas de nuestra formación obligatoria. ¿Recuerda alguien que a través del corte transversal de un árbol es posible saber los años que vivió? Los anillos concéntricos que allí se dibujan se corresponden con el tiempo que le tomó crecer, hasta cesar sus funciones vitales. Un registro del tiempo tan exacto y minucioso, que incluso es posible conocer los años en que se benefició de más lluvias. Un arca viviente, un tesorero de las más imperceptibles variaciones del medioambiente en décadas, siglos, o milenios, según viva.
En los últimos meses y días, un alarmante vandalismo ha asolado el arbolado público de La Habana, aunque también existen denuncias del mismo fenómeno en otras ciudades de la isla. Numerosos grupos en las redes sociales exigen respuestas para las atrocidades que se cometen a diario en este sentido, sin encontrar argumentos oficiales alguno, lo que ha dado pie a lógicas especulaciones ciudadanas. Entre las más recurrentes:
- Pésimo manejo de técnicas fitosanitarias para la poda sistemática, que en modo alguno es poda, ni sistemática.
- Preservación del tendido eléctrico aéreo, mayoritario en las redes urbanas nacionales.
- Cuidado de las redes sanitarias (abasto, aguas negras, alcantarillado), o eléctricas, en caso de que fuesen soterradas.
- Excesiva y anticipada prevención de caídas durante temporadas ciclónicas u otros desastres naturales.
- Por provocar "molestias" a los vecinos aquejados de la presencia arbórea.
- Que "alguien" (instancias estatales, o ciudadanos corruptos en complicidad con las mismas) está necesitado de madera económica, fácil de acarrear.
- Por seguridad nacional, para mayor visibilidad de cámaras de vigilancia u otros procedimientos de espionaje público.
Demoró mucho para que alguna entidad oficial diera alguna respuesta, mientras continúa el sabotaje al descubierto del patrimonio forestal de la capital. Justificados o no, los comentarios en las redes sociales apelan a un solo aspecto difícil de encubrir: las "podas" y talas han sido efectuadas con recursos que no están a la mano de cualquier ciudadano. Los cortes perfectos han sido realizados con motosierras especializadas, y la transportación ejecutada con suma diligencia y efectividad.
Según algunos grupos y usuarios de Facebook, por la presión y seguimiento realizado al caso de dos robustos almendros talados en calle 19 e/ 6 y 8, frente a una escuela primaria en la barriada del Vedado, "algunos funcionarios se personaron en el lugar del crimen". La publicación de la periodista del diario Tribuna de La Habana, Raquel Sierra Liriano, titulada "Un arbolicidio a pleno sol", del 11 de abril del año en curso, denuncia el arrasamiento del arbolado frente a la entrada de los únicos órganos de prensa lícitos en Cuba. Probablemente por causa de las insistentes presiones en las redes sociales, y por lo obvio del desmadre, un post del grupo de Facebook, "Habana Verde", asegura que el "Gobierno Provincial de La Habana toma medidas en respuesta a la poda y tala ilegal de árboles en la ciudad".
El mal está hecho. Habrá que esperar décadas para que el arbolado urbano se recupere de esta cruzada silenciosa, que ha estado operando clandestinamente a la vista de todos, así como de atroces manejos y negligencias que han debilitado nuestro medioambiente, el entramado verde de la ciudad.