Me enteré por mi vecina
que ya hay tremendo meollo
en la tienda de la esquina
porque van a sacar pollo.
Y ahora les voy a contar
una noticia asombrosa:
en la cola está Pilar
con sus zapatos de rosa.
Llegó la Caperucita
y como yo soy tan bobo
me dejé colar al lobo
y también a la abuelita.
¡Qué manera de haber gente!
Pero hay una "que apretó":
llegó la bella durmiente
y en la cola se durmió.
Luego llegó el jorobado
de Nôtre Dame, afligido
pa' comprar autorizado
con su carné de impedido.
También estaba en la cola
Blanca Nieves dando gritos,
decía: "No vengo sola,
le marqué a siete enanitos".
Ricitos de oro llegó
y con mucha sutileza
ya coló a Nené Traviesa
y casi nadie la vió.
Llegó Pinocho feliz
porque ha inventado un truco
para meter la nariz
en su extraño nasobuco.
"Cucarachita Martina,
solo tienes un centavo,
no puedes comprar, mi china
ni un picadillo de pavo".
Esta cola está muy lenta.
¡Por favor, señores, basta!
Ya se coló Cenicienta
con el hada y la madrastra.
Llegaron los tres cerditos
a poner malo el ambiente,
colaron a Pulgarcito
y hasta al príncipe valiente.
Un dálmata marcó atrás
y a todo el mundo advirtió:
aquí nadie se coló,
yo marqué para cien más.
Entre gentes y mascotas
la cola seguía aumentando
y dijo el gato con botas:
"Caballero, estoy rotando".
Y se alborotó la cola
cuando con tremendo alarde,
casi muerta, llegó Lola
como a las tres de la tarde.
Esto no avanza un comino,
tengo un hambre que no veo.
Se coló el Patico feo,
Almendrita y Aladino.
Llegó la pantera rosa
y con tremenda arrogancia
se paró y dijo: "¡Qué cosa,
hay que mantener distancia!
¡Yo no pienso alcanzar ná
y le ronca los..."botones"!
Ya se coló Alí Babá
con los cuarenta ladrones.
Sí llegan más personajes
y continúa este rollo,
aunque me cuele o me faje
yo no voy a alcanzar pollo.