“Cuando la gente dice ‘ay, qué linda la infancia, yo quisiera volver a la infancia...’, yo siempre digo ‘yo no quiero volver’, porque pienso en ese momento de mi vida y no me gusta”. Así reconoce valientemente que su niñez y su paso por las escuelas no fue precisamente un paraíso. Se tuvo que sobreponer al acoso, al abuso. Gracias a su fuerza de voluntad llegó a graduarse de una carrera universitaria. Hoy Leidy Vidal García (Ciego de Ávila, Cuba, 1976) tiene varios libros de poesía y ensayo publicados, y es correctora de Ediciones Ávila.
En el audiovisual Una palabra rara (una producción conjunta de las revistas Árbol Invertido y Alas Tensas, ofrece sus recuerdos amargos, pero también su testimonio de una mujer dispuesta a nunca dejarse aplastar por el rebaño, comparte su visión sobre el mundo, sobre la tolerancia y el arte. Asegura que vivir es un desafío, a la vez que nos habla sobre las razones por las que ha padecido maltratos y cómo la experiencia de pensar y sentir diferente ha influido en su literatura.
“He sufrido bulling desde pequeña justamente por esa ansia que tengo de conocer, porque nadie me entendía, y sabes que cuando las personas son diferentes, la reacción de los demás no es tratar de unirlos, sino separarlos más, o sea, te separan diciéndote cosas, ofendiéndote, golpeándote, porque también me golpeaban, no solamente por mi forma diferente de ser en el sentido de que no me gustaba lo mismo que le gustaba a los demás, también porque yo he sido siempre gordita, por ejemplo, o porque era una persona muy sensible y cada vez que me ofendían en vez de ofender yo me echaba a llorar. Entonces era horrible para mí estar en la escuela...”
La entrevista transcurre junto a un lago en las afueras de la ciudad de Ciego de Ávila, un paraje que para ella significó un refugio inusual en los peores momentos, aquí encontraba estímulos a su imaginación:
“Este lugar donde estamos ahora, siempre fue para mí como fuente de fantasía. Yo venía aquí, atravesaba La Turbina por todos los caminitos de tierra que había aquí, y había un lugar por allá que tenía dos rocas, y había un claro de bosque... Yo me metía ahí, subía a las rocas, y ya creía que estaba en un bosque encantado, que iban a aparecer hadas...”
Leidy se graduó como Licenciada en Letras por la Universidad de La Habana (2001), además hizo una maestría en Cultura Latinoamericana por el Instituto Superior de Arte (2008). Ha sido profesora universitaria, y pertenece a la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba.
La ensayista Ileana Álvarez, al referirse al tema del cuerpo en su poesía, señala: “Aquí pretende visualizar una entidad que se ha transformado en materia volátil; la carne, los huesos y la sangre, lo perecedero y corruptible, han quedado en un plano inferior. Es un cuerpo fragmentado, hecho cenizas, transformado en cosa mínima, insignificante y, por esa misma intención de ningunearse, aspira a lo imposible, a la eternidad; cuerpo resurrecto que desdeña lo mundano, las ambiciones terrenales”.
Laureada con numerosos premios provinciales, nacionales e internacionales, Leidy tiene publicados los libros de poesía Otra historia interminable (Ed. Ávila, 2005), Homo Noctis (Ed. Ávila, 2007), Yo soy la omega (Ed. Ávila, 2010), Cristales rotos. Poemas de amor y vida (Ed. Ávila, 2016), y el volumen de ensayo Vida vs crisis. Incesto y literatura (Ed. Matanzas, 2008). Sus textos aparecen en varias antologías y selecciones.
Los testimonios de su vida, y su obra literaria, constituyen un legado para muchas personas que enfrentan a diario la intolerancia y necesitan sobreponerse al aislamiento, en especial para las mujeres que, como ella, tienen una voz propia y quieren hacerse oír.