La Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, ha enviado un mensaje a los fieles y a todo el pueblo cubano, a raíz de la crisis por el coranavirus COVID-19, decretando la suspensión de todas las celebraciones en templos y comunidades católicas de la Isla.
“Con profundo dolor y de manera excepcional, a partir de la publicación de este Mensaje (decretamos) la suspensión de todas las celebraciones públicas en los templos y comunidades católicas de Cuba, hasta tanto la situación epidemiológica permita la normalización de la vida del País, adhiriéndose así, también, "a las indicaciones de la Santa Sede para las circunstancias que está viviendo el mundo".
Los Obispos expresaron que “los sacerdotes celebrarán en privado, en horarios conocidos por los fieles, la liturgia correspondiente a cada día. En ese momento las campanas serán tocadas para invitar a unirse espiritualmente desde las casas”.
Y especificaron que mantendrán “los templos abiertos el mayor tiempo posible, según lo permitan las condiciones sanitarias requeridas”.
Otras de las medidas que han decidido tomar es la suspensión de las actividades de los Centros de Formación, Bibliotecas diocesanas y parroquiales, Guarderías, Catequesis de niños y adultos, hasta que las condiciones permitan su reapertura.
En la carta advierten que a pesar de la vulnerabilidad ante la pandemia “no se debe perder la serenidad en estos tiempos difíciles” y afirman que “el ‘distanciamiento social’ que debemos practicar para prevenir el contagio, nos ofrece la oportunidad de compartir en familia, orando juntos, y en estos días próximos a la Semana Santa, durante la misma y en los domingos sucesivos, leer y meditar la Palabra de Dios en la Biblia y rezar con los Salmos”.
“La confianza que brota de la fe hecha vida nos ayuda a alejar de nuestras mentes y corazones el miedo, como nos dice el Salmo: “Aunque vaya por un camino oscuro, no tendré miedo, porque el Señor va conmigo” (Sal. 23,4). Sin embargo, estas certezas no nos eximen de la responsabilidad de cumplir las orientaciones y normativas que provengan de las autoridades competentes”, enfatizaron en la misiva las autoridades eclesiásticas.
En el mensaje, la Conferencia de Obispos solicita “a las autoridades del País que (…) cada Obispo pueda transmitir un mensaje radial en los cuatro días centrales de la Semana Santa: Domingo de Ramos, Jueves y Viernes Santos y Domingo de Resurrección, así como en los domingos sucesivos mientras estén suspendidas las celebraciones públicas”.
También expresaron el deseo de que “durante la Semana Santa, sean transmitidas por la televisión, las celebraciones presididas por el Papa Francisco o, también, por el Cardenal Juan de la C. García Rodriguez, Arzobispo de La Habana.”
Hasta el momento esta petición no ha tenido respuesta por parte de las autoridades cubanas.
“La enseñanza evangélica nos pide cuidar la vida, y al mismo tiempo, dar la vida por amor a los demás. Por eso valoramos mucho el testimonio heroico que ofrecen los médicos y el personal sanitario a los infectados por el virus en nuestra patria y en otros lugares del mundo”, comunicaron en la misiva.
En el mensaje se agradece también a todos aquellos “sacerdotes, diáconos, religiosos, voluntarios de Cáritas, ministros extraordinarios de la Comunión, monjas de varias Congregaciones y Hermanos de San Juan de Dios, así como a los empleados de los Hogares de Ancianos que, en esta hora compleja han continuado sirviendo y consolando caritativamente a muchos que sufren en su cuerpo o en su espíritu”.
La carta exhorta y trasmite palabras de confianza, y recuerda “la sabia enseñanza de nuestros mayores que, en situaciones de dificultad, nos animaban diciéndonos: siempre que llueve, escampa’. Ahora pasamos por el momento de la tormenta… ¡ayudémonos a ser sembradores de esperanza y de la confianza en nuestro Padre Dios!"
(Ver aquí el mensaje original de la Conferencia de Obispos de Cuba)