En el artículo “Queda mucha paja en la artesanía avileña”, aparecido en el periódico Invasor del pasado 8 de octubre, el periodista José Aurelio Paz, al referirse al XVI Salón Provincial de Artesanía Artística “Eduardo Martínez”, lo cataloga, con sobradas razones, como “la peor edición de la historia del certamen más importante de ese gremio en Ciego de Ávila”. A su vez el también periodista y presidente del jurado Jorge Rivas habló en el catálogo de “proyectos triviales, algunos con marcado sentido del kitsch, en los que no solo se pone en tela de juicio la brillantez del Salón, sino, sobre todo, las cualidades profesionales de sus autores”.
Este XVI Salón fue abierto recientemente en la ciudad de Ciego de Ávila. El Gran Premio recayó en Edel González por su escultura en técnica mixta “Zarabanda”.
Abigarrado, perecedero, repetitivo, desigual, son los principales adjetivos con los que se ha catalogado el conjunto expuesto, lo cual demuestra a las claras la inexistencia de una curaduría. Fundamentalmente por tal razón quedó frustrado el ejercicio de la crítica, al encontrarse con serias dificultades a la hora de establecer un contrapunteo entre las obras, dado el escaso relieve artístico y la demasiada aglomeración.
La sobriedad, la poda inmediata de lo superfluo, hubiesen asegurado un fruto de mejores resonancias. La verdadera creación, sin lugar a dudas, luce en nuestros predios desestimulada, y en ello tiene gran responsabilidad la costumbre tan en boga de colocar lo mediocre al mismo nivel de lo valioso. Entresacar las pepitas de oro del cauce arenoso, poner en ejercicio métodos existentes de probada validez y rigurosidad para la selección y organización de una muestra de artes plásticas, devienen acciones sin las cuales prevalecerá la paja en la artesanía avileña.
(Foto: “Sueños y luces”, de Carlos Andrés Quintana, “Gran Mención” del XIV Salón Provincial de Artesanía, 2014)