Aunque puede resultar difícil distinguirlos, la característica esencial de los troles en Twitter es que no tienen la intención de solucionar los problemas.
Videos manipulados con esta tecnología han alcanzado altos niveles de viralización, lo que ha servido para desinformar grandes segmentos poblacionales.
La propagación de información falsa tiene como objetivo de manipular la opinión pública, muchas veces con intereses electorales, políticos o lucrativos.
Contrario a la primera postura de rechazo al magnate, este 25 de abril el consejo de administración de Twitter aceptó de manera unánime el traspaso a Musk.