La revista Árbol Invertido conversa con Yanelis Núñez Leyva, en una casa estrecha y sin terminar de construir en la parte más antigua de La Habana, el municipio La Habana Vieja, donde ella y Luis Manuel Otero Alcántara suelen organizar sus principales eventos, que por lo general son motivo de polémica o censura. Ambos están inmersos en la preparación de la Bienal 00 de La Habana. Una bienal de arte alternativo, convocada de manera independiente para artistas de Cuba y el mundo, y que se anuncia del 5 al 15 de mayo.
“Ahora mismo, el Museo de Arte Políticamente Incómodo, espacio anexo al Museo de la Disidencia en Cuba, junto con otros amigos, artistas y estudiosos del arte, tanto críticos como teóricos, estamos organizando la Bienal 00. Esto nace a consecuencia de que las instituciones, el Ministerio de Cultura y el Centro Wilfredo Lam pospusieron para el año 2019 la decimotercera Bienal de La Habana”.
Yanelis es graduada de Historia del Arte (2012) en la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana. Tras graduarse empezó a laborar en la galería Espacio Abierto perteneciente a la revista Revolución y Cultura, pero de allí fue expulsada: “Por estar vinculada al proyecto Museo de la Disidencia en Cuba”.
Iniciativa ambiciosa, la Bienal 00 surgió en respuesta al anuncio, hecho en 2017, de que la XIII Bienal de La Habana no se celebraría como estaba previsto, entre octubre y noviembre de 2018. La muestra de arte contemporáneo es uno de los sucesos culturales de mayor impacto internacional que tienen lugar en Cuba, y se celebra cada dos años desde 1984. Pero en esta ocasión se decidió, a altos niveles, posponerla para el año 2019, entre otras medidas de austeridad adoptadas tras el paso de dos huracanes que causaron grandes estragos en la economía de la isla.
“La mayoría de los artistas cubanos se preparan durante tres años para este evento que es el más importante, desde el punto de vista cultural, en Cuba. Y ante la molestia de estos artistas, y de personas vinculadas al mundo del arte, es que Luis Manuel y yo nos damos a la tarea de convocar y de realizar un evento a partir de la colaboración con los artistas a nivel nacional e internacional”.
Constituye un gran desafío organizar una muestra sustitutiva sin ningún apoyo de instituciones gubernamentales. Para lograrlo, Yanelis y Luis Manuel planean acudir al espacio virtual, el uso de la web, y buscan la colaboración de otros artistas a lo largo del país.
“La Bienal pretende utilizar los espacios independientes, aunque no margina y tiene abierta la convocatoria para las instituciones que quieran participar. Nosotros no estamos en contra de la institución, nosotros lo que queremos realizar la Bienal de La Habana porque creemos que ahora mismo Cuba necesita del arte más que nunca. Ante la crisis económica por los problemas que dejó el huracán Irma, ante todos los problemas que ha causado la nueva política del presidente Trump, ante todos los problemas que está pasando Cuba, yo creo que el arte ahora mismo puede ser una sanación para el pueblo cubano. Al final, la proyección que tiene la Bienal es hacia la comunidad; queremos que se extienda por toda Cuba y también que los artistas internacionales se acerquen al proyecto, ya hemos recibido propuestas de varias personas no solo de Latinoamérica sino también de Europa, de gente que está interesada en participar y apoyar al evento con lo que pueda.”
Muchas interrogantes van abriéndose, entonces, mientras se acerca la fecha prevista para inaugurar la Bienal 00 (este 5 de mayo de 2018). ¿Podrán lograrlo, o quedará este proyecto sólo en las buenas intenciones? ¿Qué artistas cubanos, residentes dentro y fuera de la isla, querrán sumarse? Aparte del espacio virtual en Internet, ¿cuáles lugares de La Habana, y de otras ciudades cubanas, podrán ser “tomados” por el arte independiente?
“Lo que nos interesa, por lo menos con esta propuesta, es que sea un espacio inclusivo. No vamos a marginar a nadie por su postura política o por su postura estética, es un espacio inclusivo donde se priorizarán las redes sociales, que al final es el espacio más democrático que tenemos, y aunque en Cuba no hay tanto acceso a él, se puede crear un espacio de diálogo interesante desde el punto de vista de los intelectuales que se acerquen a las redes sociales durante este período, pero también queremos utilizar los espacios públicos susceptibles de ser tomados, que no sean violentados realmente, sino trabajar con la comunidad desde el respeto y tratar, de algún modo, de que todos se sientan identificados con este proyecto cultural”.
Por último, Yanelis dibuja con una frase el camino de ilusiones y voluntades que han puesto en la organización de la Bienal 00: “Va por ahí, a favor de la cultura cubana”.