Una joven cubana se ha propuesto dar a conocer el cine que se hace en la isla, sobre todo el menos conocido, al público de Sudamérica. Con el objetivo de generar nuevos espacios de exhibición y distribución para la filmografía cubana, la muestra independiente que ella organiza desde hace tres años, "Cine Joven Cubano en el Sur", se presentó los días 8 y 9 de febrero en la ciudad balneario La Paloma, ubicada en el departamento de Rocha, Uruguay.
Esta muestra ha sido una nueva extensión de la principal jornada de proyecciones del evento que tiene lugar en las capitales de Argentina y Uruguay cada noviembre.
María Nela Lebeque es graduada de Historia del Arte en la Universidad de La Habana, pero vive en Uruguay desde hace cinco años. Comenzó a desarrollar este proyecto por iniciativa personal tras percatarse de que la cinematografía cubana más contemporánea era desconocida en su nuevo país de residencia y en casi toda la región.
Sobre la más reciente réplica de la muestra que se ha extendido ahora al departamento de Rocha, María Nela comenta en declaraciones exclusivas para ÁRBOL INVERTIDO:
“Desde el inicio del proyecto buscamos descentralizarlo, llevarlo fuera de las capitales de ambos países, ya que es una manera de llegar a más personas que no tienen la posibilidad de acercarse a nuestra cultura. Por eso, cuando el colectivo Caracola Proyecta Cine Gratis nos invitó a La Paloma, enseguida aceptamos”.
María Nela, en Cuba, había trabajado en la Muestra Joven del ICAIC (Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos), por lo que anualmente hace coincidir su visita a la patria con cada nueva celebración de este evento, lo que le permite recoger material de forma directa y mantenerse en contacto con autores residentes en la isla, aunque sean extranjeros.
“En 'Cine Joven Cubano del Sur' contamos con un segmento para realizadores foráneos, pensando que tenemos una Escuela Internacional de Cine donde hay mucho trabajo, donde se cuentan historias del país. Nuestro interés va más allá de la ciudadanía del propio director, porque la mayoría de las veces, en estos casos, el equipo de producción es cubano”.
Otra manera de obtener información de proyectos y películas es a través de plataformas como freeway y festhome, donde ha realizado convocatorias abiertas con el objetivo de acceder también a la cinematografía de la diáspora.
“Me interesa romper esa idea de que el cine cubano es solo aquel que se produce por la gente que vive o que nació en Cuba. Durante estos años he querido traer películas que, aunque no se exhiban en la isla, sí se filman allá, y también aquellas de los que viven fuera del país”.
El proyecto de María Nela cuenta con algunos pocos antecedentes y quizás uno que llama la atención es el curado por Yaimelys Acosta en 2012, en el Centro Cultural Rojas, donde organizó la 1ra Muestra de cine independiente cubano en Argentina. Lo interesante de esta otra iniciativa es que presentó a autores como Jorge Molina, Miguel Coyula y Eduardo del Llano, a los que en varias ocasiones se ha censurado en Cuba, cuyas películas no suelen contar con los espacios de visibilidad adecuados.
En Cuba, donde existe un marco de condiciones restrictivas, entre ellas el decreto el 373, que tratan de erigir al ICAIC en único órgano regulador de la actividad audiovisual y cinematográfica, resulta casi imposible articular proyectos fuera del control estatal, debido a la persecución del gobierno y sus instituciones. Un caso de disidencia en este sentido es el evento Cine Independiente-Cine Pendiente, promovido por el Instituto de Artivismo Hannah Arendt (INSTAR) que dirige la artista Tania Bruguera. Por eso, el trabajo que lleva a cabo María Nela se convierte en una acción necesaria y generosa que agradecen en primera instancia los jóvenes realizadores de la isla.
Buscando aumentar la repercusión del evento, "Cine Joven Cubano en el Sur" llegó en este mes de febrero también al Museo de La Paloma con una selección de lo exhibido en noviembre de 2019 durante la tercera edición, y con entrada libre, algo que los organizadores han intentado mantener siempre.
"La curaduría parte de temas universales: niñez, adolescencia, migración, género, racialidad, masculinidades, feminidades, etc., y esto ha ayudado a conectar con el público. En esta presentación tuvimos además la ayuda del Municipio de La Paloma, del espacio la Cantina Mexicana, de sus vecinos (especialmente Beatriz y Álvaro que nos hospedaron) y esto es importante mencionarlo, porque nuestro proyecto de cine se hace sin fondos. Establecer espacios de exhibición solo se logra a partir de generar muchos vínculos y que los locales nos apoyen”.