LA EXTRANJERA
Llegué a ser otra
en la media luz de la taberna...
En la penumbra cotidiana.
Habían tergiversado mi imagen hasta hacerla rodar en la tarima
como una flamante cabeza de reina recién segada...
Fui la eterna extranjera, vista y acosada
como un magnífico y artificioso caballo de Troya:
Y entre la infamia, y la caza de brujas
me transformé: pero no de oruga en mariposa;
sino de luciérnaga, en ausencia:
de mariposa, en fantasma...
Quién volteó la cabeza
por ese recodo abandonado. Ese pórtico umbrío.
Ese patio olvidado entre el cadáver y la hierba: nadie...
De la distancia. Del olvido.
De la inmisericordia surgió mi vocación.
Juntaría un Judas con otro y un exilio con otro y un suplicio con otro
/y un vaso con otro
y un vacío con otro, hasta crear un verso oscuro, como yo:
Oscuro y misterioso, como las algas marinas...
LANZANDO MI IMAGEN AL ESPEJO
¿Quién eres tú?...
De dónde vienes
vociferando dialectos oscurísimos
y promesas pequeñas, eternas, y terribles...
Quién eres tú; lanzando mi imagen al espejo
convirtiéndome en el perro de las siete cabezas...
De dónde vienes...;
de qué isla remota, de cuál mar
fecundado
por los genitales del cielo, o del infierno...
Inmensa como un mito.
Inaccesible.
Te desconozco
lanzando puertas y puñales al viento
exiliándote de tu propio cuerpo;
de ti misma;
convirtiéndote en ninfa desterrada
eternizándote en un bosque:
jamás, visitado por los hombres...,
jamás visitado, por los ángeles...:
volteándote en las mil y una noches, eternamente desvelada
y maldiciendo la hora,
y la aurora
del olímpico reloj que guinda del cielo...
Recién llegada a la fiesta donde la muerte
recién termina de cenar; fuma
y orina; y sacude sus aliviados genitales, al viento...
Quién eres tú,
emergiendo del fondo de los puertos
y los morros
y las capillas;
chorreando ira marina; sueños
desmoronados en la arena:
vociferando
el murmullo
de las sirenas...;
emergiendo de las profundidades del mar;
como una niña
maldiciendo y temblando:
toma mi mano;
y que el dios liberador de los perjurios
y las persecuciones
y las penas:
nos ilumine
de infierno a infierno: y nos guíe;
de ciudad, en ciudad...
CALÍOPE
No podrán alienarte...:
No podrán deshacer tu sonrisa.
Suprimir tus sueños... Silenciarte.
Enarbolarte en el foro
de los impíos, como un disidente avasallado
o una bruja
improvisada
en el infierno del siglo veintiuno...
Llévame en tu carroza de papel;
para amar y seducir, y desafiar al mundo...
Tú serás mi adalid engendrando alegorías exactas:
gladiolos intactos,
rozagantes
bajo el vacío solar.
Bajo las cúpulas ahogadas:
Bajo los negros capiteles de un mundo evaporado...
Llévame en tu carroza de papel;
para amar y desafiar, y seducir al mundo...
Surge entre las algas marinas
ligera y majestuosa como un delfín.
Devuélveme a mi suelo natal:
Mancillado paraíso de las ninfas isleñas,
donde merodea ingenuamente soberano;
señorialmente íntegro el Caballero de París...:
Libérame
NIEBLA DE JUNIO
Y para eso entró el sol al Bulevar de los Pinos...
Para eso entró el sol agonizando entre los dientes y las
/canibalescas persianas
del mes de junio...:
Hundiéndome en el vientre su bruma, recién anclada:
Tenías razón...:
Ese lunar maravilloso no le anunciaba al mundo, el paraíso
sino el espléndido jardín del espanto; y del fuego:
Los paladines de la aurora serían exterminados:
/ultrajados....
Cada héroe por valiente y por justo, se secará en una
/prisión oscura...:
Tenías razón...
Hoy desperté a las afueras del siglo, en otra aldea y en otra
/dimensión:
no sé quién fui...
Desperté; bajo una niebla asfixiante:
Bajo el humo crujiente de una hoguera...
Vi el mundo..., o el espectro del mundo:
Las calles rectas esfumándose en el aura sin luz;
y la danza, inagotable
de una paloma oscura.
Así entró el sol;
al Bulevar de los Pinos...
Así chifló el viento: sobre las torres de arena.
Así, se deslizaron los ayeres
entre tu lengua y mi lengua,
y la menta dulcísima que bajaran
del África lentos barcos de carga, soñolientos.
Desperté; bajo una niebla asfixiante...
En mis ojos, se reflejaban todavía los seres del Edén;
las criaturas de Adán, Sísifo, Ulises:
y la infinita heroína alucinada que atraviesa aún
los campos de Francia
sin temor a los monstruos;
ni a la hoguera...:
Así entró el sol; al Bulevar de los Pinos...
Así chifló el viento: sobre las torres de arena.
TE DEVUELVO TU IMAGEN
(Noviembre 2014)
Yo digo lo que piensas porque somos una mismísima criatura.
Tú hablas por mí, y anuncias la emoción del día, o el espanto del día.
Vas delante de mí, y detrás de mí.
Eres mi guía, mi sombra, mi porvenir, y mi recuerdo.
Somos uno.
Somos una mismísima criatura mancillada: ¿Me reconoces? ...:
Mi generación fue exterminada; ¿y tú?...
¿No has visto el rostro impasible de la nueva especie?...
Hay monstruos bellísimos alzando proclamas diabólicas
desde los campanarios de Notre Dame;
desde el Palacio de la Revolución de La Habana;
desde el politizado Vaticano de Roma,
desde los claustros inmaculados de Harvard:
¿No has visto en la pantalla del infierno sus flameantes consignas?...
Hoy han asomado su capucha de verdugo, en mi casa
y han inmolado a los más valientes de mis hijos...
James Foley... Por ti centellean aún entre los árboles magníficos
las cintas doradas de New Hampshire...
Steven Sotloff... Por ti resplandecen los cirios
del Templo de Beth Am; las banderas a media asta de la Ciudad del Sol...
David Haines...: Por ti redoblan en el mundo las campanas de Kansas...
Vas delante de mí, y detrás de mí
Eres mi guía, mi sombra, mi porvenir, y mi recuerdo
Yo digo lo que piensas porque somos una misma
mirada, una mismísima
criatura, una mismísima
palabra escandalizada, un
mismísimo cuerpo inquieto y desolado ante las prodigiosas manifestaciones de nuestro siglo,
de todos los siglos.
Dame tu mano, abrázame.
Nos encontramos bajo un noviembre helado como un apocalipsis
Dame tu mano, aliéntame:
nos encontramos bajo los vientos fuertes. Bajo la arena seca y finísima del Sahara:
En un hueco.
En una celda oscura.
Entre la famélica jauría de un centenar de perros devoradores, y hambrientos.
En el imperio sin alma de Kim Yong Un.
En la misma esquina donde cayeron las tres mil almas de las Torres Gemelas
En el mismo suburbio donde Assad asfixiara a los hijos de los hijos, de sus hijos,
con gas sarín...
Nos encontramos bajo un noviembre helado como un apocalipsis. En Caracas...
En el mismo recinto donde la Bestia desnudara y apaleara a los ángeles,
bajo los ojos incrédulos y el silencio cómplice del mundo...:
Caín sórdido asesinando a Abel:
Cada día para mí es un espejo de lo innombrable, de lo inesperado...
Cada día para ti es ese sueño oscuro que sueñas en mis sueños:
Somos uno.
Somos una mismísima criatura mancillada:
¿Me reconoces?...
Te devuelvo tu imagen:
Te devuelvo tu aullido de vagabundo desmenuzado por caníbales
Te devuelvo tu aullido de caminante sorprendido bajo los puentes soleados,
bajo las rampas,
bajo la jungla soleada de South Beach....
Te devuelvo tus ojos asombrados; y tu sonrisa tristísima, y circense...