DE REGRESO POR EL MISMO CAMINO
El hombre
no consiente más que la presencia de una mujer
una chalupa y un par de remos
aunque naufrago se convierta en el mar
una mujer
tal vez desnuda que atraviese la luz
ensordezca a la ciudad con sus gestos
y al final sea su cuerpo el cálido estanque de su angustia.
El hombre simula su desalentado paso
el grito las lágrimas
la eterna vocación de chivo expiatorio
y tira del carrito
y da vueltas alrededor del parque
de una ciudad habitada por oscuras aves
una ciudad herida en su historia
en el centro de una patria repleta de mártires
decapitados por un ángel.
Las coordenadas de un odio impreciso
la complicidad del valor monetario
las contemplaciones
y el agárrate del mástil si puede
también se hicieron imprescindibles
y el hombre no tuvo a más
que dejarse caer de la cuerda como un loco incurable.
El hombre está solo
perdido sobre la faz de una tierra
que nadie reconoce
nadie.
INCIERTA QUIETUD DEL PRESENTE
La vida es una duda lanzada al camino
también puede ser el hastío
la mascarada de un pueblo
perdido en un mercado insalubre
dijo el padre.
La vida es mucho más
por ejemplo
fornicar a la intemperie
blasfemar sin más compañía que la soledad
que el misterio oligárquico
de cuantos te quieren imponer sus designios
dijo la madre.
Oh la vida
tamaña porquería
dijo el hijo.
El padre la madre
y el hijo sobre un carrusel.
Todo gira alrededor de una mano poderosa
el cimiento de una oración tirada al fuego
el traspatio de una patria innombrable
y el padre la madre
y el hijo sin más hallazgo que su propia mierda
lo viril de un discurso aprisionando la multitud.
El carrusel gira y junto a él
el padre la madre
y el hijo rezan una oración indescifrable
se tiran a morir.
Desde abajo una multitud
rememora un pasado que nada lo diferencia del presente.
PEREGRINACIÓN POST-MORTEM
Las órdenes indicaron el final
el comerse la negrura de la noche
la venganza ilusoria del político carroñero
el detenerse en el lugar justo para morir.
Los nombres fueron quedándose atrás
nombres monstruosos sin apellidos
sobre una cuna que nadie quiere mecer
nadie que escuche las ordenes
el eco del disparo sin otra voluntad
que matar matar una extremidad poderosa
sin otro nombre que pueblo.
Las órdenes permanecen intactas
mientras
el pueblo sigue caminando sin reconocer sus nombres.
DISPOSICIONES ADJUNTAS
Alguien sin rostro intenta salir de la ciudad
no quiere que vean cómo se come las uñas
se le cae el pelo se aventura
a bajarse los pantalones sinceramente
a cagarse sobre los preceptos de una patria
que a todos asfixia nada
deja hacer a los súbditos que la sostienen.
Muchos intentan salir
no ven el templo colmado de promesas
e intentan salir romper los cerrojos
las sombras que destilan las puertas
los puertos tendidos desde las oficinas
una y otra vez para no regresar.
Otros no intentan nada
sólo juntan sus espaldas
el cálido esplendor de un matutino maledicente.
Bendecidos los que intentan
a ellos pertenece la luz
el testimonio perpetuo de la eternidad.
UN DÍA SOBRE OTRO…
Otra ciudad y otro pueblo aparecen
simulando la antiquísima paz de sus antepasados.
Pocos entienden la simulación
el porqué de tanto silencio
tanta confusión mezclada con la escoria
con el desorden bélico de un loco frente al mar.
La ciudad simula hundirse
el pueblo sonríe se ajusta
la camisa de fuerza y sonríe
incluso sin importarle
la distancia del loco que prepara el lazo
el desconcierto de vivir entre devociones
y una hermandad sólo reconocida por los peces.
La simulación es la única verdad
la probable derrota al compás de un lazo que pende del cielo.
La ciudad simula un sueño eterno.
El pueblo yace en un sarcófago
sin orificios para otro amanecer.
(Poemas del libro inédito “Digo lo que callo”)