"...Recogiste las amarras / de tus sueños imposibles / y aceptaste / que es el amor lo eterno / y que de esa tela / densa y áspera, / acariciada por tus manos, / está hecho el corazón incierto / de los hombres de Morroa...".
"Cuéntame tus historias / inventadas en el frío / por el miedo a la tempestad / y a las nubes cayendo. / Cuéntame, pequeña, / los escalones rotos, / las flores de sangre / en tu pecho dormido".