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Poesía cubana | "Dos Gardenias" y otros poemas

"Soy el extraño/ el que navega en la nada,/ soy cuando no soy/ y sin embargo hoy he visto/ la soledad como una campana".

Foto de dos gardenias
Gardenias.

Dos gardenias


Por qué se robaron el país?
Por qué nos dejaron
esta nimia tristeza
de andar como zombies
por el mundo?
Quien les dio el derecho
de decir que Cuba no es isla
sino entelequia flotante,
mero corcho en las caribes aguas?
Y no se sienten culpables,
piensan que es la felicidad,
ese quedarse quieto, yerto,
mientras la muerte llega
y es que ya nada es nuestro,
he escuchado Dos gardenias
y en las alas de la canción
volví a la Habana
y era una ciudad ilusoria
que nunca fue,
construida en la sordidez
de nuestros sueños rotos
y la isla ya vacía oscila
en el vaporoso mar de sargazos
y nosotros oscilamos con ella
y ya somos de corcho,
única forma del retorno.


Quién no desea
ser pez por un rato
y sentir que se muere
mientras la tarde agoniza
y luego renace hecho luna,
hecho sal y arena.
Volveremos a levantar Cartago,
seremos Aníbal a ratos,
infantes de la noche
seremos peces de la lluvia,
agua nosotros mismos
en un mundo sediento y al revés
y Volveremos a edificar a Tebas
la de las siete puertas
y peces al fin
y peces al fin
y peces
y...


Soy el extraño
el que navega en la nada,
soy cuando no soy
y sin embargo hoy he visto
la soledad como una campana
que tañe sobre tu cuerpo
y me he negado a llevarte,
Los oscuros dioses
me condenarán
con sus voces destempladas,
y tú nunca sabrás
que te he concedido un día,
apenas una vida humana,
vívela,
mañana vendré a buscarte
y no habrá consuelo,
solo pena y olvido,
yaceremos juntos
donde el silencio es selva,
pero hoy vive la fiesta de tu cuerpo
sé insaciable y poderoso.


Cerrado ya como esa puerta
detrás de la cual la entraña vive,
está tu tiempo en el mundo, arbolito,
el aire que mueve tus hojas
es ahora un aire muerto como tú
y en tus ramas anida un pájaro
pura osamenta
y este que te canta murió ayer
o fue antier?, arbolito mío,
luz de llanto,
ya no estarás más bajo las candilejas,
esperando una redención que no llega,
vuelves al polvo,
al tiempo morado de los dioses,
y en tu silencio dorado
una salamandra habita.


Rata muerta

Vestida con el terciopelo de su piel,
Despiadada en su secreta belleza,
la ves?
estar muerto es jugar
a estar muerto para siempre,
ser eterno como los castillos
que arma la espuma
y que nos vean como vemos
tú y yo la rata
que aprendió a ser bella
cuando ya es demasiado tarde.
Quieta en su gris perfección,
la rata muerta
deseaba decirnos algo,
y nosotros pasamos de ella,
la dejamos atrás,
cadáver destinado a la basura,
mera alimaña,
que ahora no es nada
porque que puede ser menos
que una rata muerta?
A ver, alumno,
Conteste la pregunta,
póngase de pie y haciendo
acopio de paciencia,
responda:
Ella vivió bajo las estrellas,
bajo la luz de la luna fue,
levantó tal vez su cabeza
de ojos inquietos,
al escuchar una música,
la palabra humana,
sintió al ver por primera vez
a sus cachorros,
algo semejante a la ternura,
ahora está muerta
y quieta ya para siempre
tenemos un derroche
de tiempo para olvidarla.


Ay, babe, quiero ser fuertote de circo
para que tú me vayas a ver,
saltando la cerca,
detrás de la cual te espera
el guardia trapecista,
el león funámbulo
la garrapata bailarina,
el ojo que ve con la pupila muerta
y la llave que echó
a andar al mundo
y que ahora la mujer barbuda
guarda en su escote,
Pero tú no tendrás miedo,
al fin al cabo conoces
al artista principal
de toda esta mierda
que llaman circo
y que transcurre
por completo en mi cabeza,
Oh, babe,
deja atrás la última puerta,
allí donde se reúnen la serpiente araña,
el mago de sombrero de colores
y la mujer que un día fue pájaro
y ya lo olvidó,
acércate y pregúntale
por las más extrañas geografías
al loro sabio que desde la jaula
te mira con sus ojos tristes
de Albert Einstein,
Y dónde está el fuertote?,
será tu pregunta
y la tarotista,
mujer de nieblas,
desplegará las cartas
y serán como una vela en el silencio
de la noche.


Es mejor decir
la tarde cae
vigorosa y plena
o allá lejos
y hace tiempo
o el tigre saltó
y murió
porque todas esas palabras
caben en tu nombre:
colibrí
y sí, digo yo
y me siento a esperar
que su alteza de nuevo pase
y haya un pedregoso suspiro,
el arrebato de un anacoreta,
o tal vez solo el instante
escondido tras tu vuelo.
Sabes, colibrí,
te nombro
y ligero me vuelvo,
algo de pájaro
cubre mis huesos
y dueño ya soy del vuelo.


Qué puede haber más hermoso, babe,
que el jodido cielo azul
sobre tu cabeza podrida de ideas,
babe,
tu cabeza donde siempre todo llega tarde,
babe,
A la orilla del río de los corazones tristes
donde hasta los sapos muerden
y solo hay una luz que sopla pretendiendo ser el viento, babe,
esa luz que ahora es el ángel muerto
como en una canción de Silvio R,,
llena de ángeles y de corazones rotos
y es que empieza la guerra
pero como un tumulto silencioso
que nos sobrepasa
y hace que cada silencio, babe,
sea palabra,
sea grito,
sea viento mañanero
y empanadas los otros días
mientras lees el periódico
y te rascas donde no debes, babe,
y él te mira y ya te olvidó mientras te ve, babe,
y las cosas son así:
los ángeles no saben morir
por eso viven demasiado, babe,
demasiado.


Nunca pensé que iba a nacer,
Nunca pensé que tendría esta edad
Nunca pensé que a la vuelta de los días
un ave leve, grácil como lo que es,
un ave que de tan leve parece un pájaro
no de luz, sino sombrío,
me susurraría al oído:
sabes que te tienes que morir?
y yo callando
y tú callando
y el ave pura luz de sombra
como en una canción de Roberto Carlos
que cuando se hunde en tu oído
tiene la fuerza de un Zeppelin
la prestancia de un perro asustado, babe,
de un perro asustado.


Pájaros

Veo pájaros de nieve
tan cerca de mi cara
que es imposible
que sean pájaros o nieve,
sin embargo ahí están
siendo avisos de algo,
de lo innombrable?
Veo pájaros de nieve,
serás tú de nieve el pájaro
o es esa voz que a hablar
no aprendió
y se expresa callando?
Veo pájaros de nieve
y sobre la colina cae lento el sol.


Si me lo piden con buenos modos
dejo de ser la salvaje, huraña, bestia que soy
y espero a la orilla del río a los extraños seres
que olvidaron crecer
en la última estación de las lluvias,
Eso si me lo piden con buenos modos,
qué puedo pedirte yo a ti
que hace tanto olvidaste crecer
Y ahora eres el musgo dispar,
húmeda silueta,
sombra siempre abierta,
sortilegio que despide su rumor
a la orilla del triste Páramo,
qué podemos regalarte ya,
si a cada segundo penetras más
en ese olvido al que descenderemos mudos,
estamos hechos del eco de tus canciones
y del quebradizo silencio de tus huesos, Amy,
eterna novia de todos y de todas,
y para qué seguir:
se rayó el disco


Marcial Gala: "Contar a Cuba siempre ha sido un reto para mí"

Marcial Gala, narrador cubano
El narrador cubano Marcial Gala | Imagen: Marcial Gala / Facebook

El escritor cubano Marcial Gala, residente en Argentina desde 2016, nos comparte en esta ocasión varios poemas de su libro inédito Cabos sueltos. Gracias a una sólida carrera literaria que sustenta su éxito, sobre todo en la narrativa, género que más ha cultivado, Gala ha sido traducido al inglés, portugués, italiano, polaco, francés, alemán y árabe.

"Contar a Cuba siempre ha sido un reto para mí", confiesa el autor en una entrevista concedida el medio Coolt, "Ese 'cómo se jodió Cuba', parafraseando a Vargas Llosa, nos interesa mucho". Sobre los temas que aborda en su obra, continúa el escritor: "Me interesa mucho el tema del mal, la relación hombre-mujer, negro-blanco, y saber qué somos, qué hacemos en este mundo".

Armando Valdés-Zamora comenta en Diario de Cuba: "La originalidad del estilo de Gala se basa en la forma de transcribir los conflictos de la sociedad cubana". En otra entrevista concedida al diario OnCuba, Marcial Gala señala los principales beneficios de haber sido traducido y publicado en otros países: 

Que hayan llegado a un amplio público, tan cercano al nuestro como lo es el de América y el de Europa y sentir que a pesar del racismo que condena al negro latinoamericano escritor a ser una quinta rueda del carro, en otros horizontes no existe la “cerrazón cultural” que a veces hay en nuestra América.

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Marcial Gala

Marcial Gala, escritor cubano.

(La Habana, 1963) Escritor cubano, ganador de los premios Ñ CLARÍN y finalista del Pen América, Lambda y de los libreros de Canadá por Llámenme Casandra, premio Alejo Carpentier y de la crítica en Cuba por La catedral de los negros. Actualmente colabora en el periódico Clarín con una columna quincenal llamada "Pasiones argentinas". Sus libros han sido traducidos a más de diez lenguas con reseñas elogiosas en The New York Times, O Globo, Le Monde, Le Monde diplomatique, Liberation y otros. Ha publicado mas de diez libros.

Vive en Argentina, donde se desempeña además como profesor de clínicas literarias. Ha publicado en Alfaguara, Corregidor, Letras cubanas en español y, en otros idiomas, en Farrar, Straauss Girox, Zulma, Quetzal, OGlobo, Sellerio, entre otras editoriales.

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