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Del libro "La foto” (inédito)

Mujeres devotas ante la Virgen. Foto: Ferriol Grasso
Imagen: Ferriol Grasso

La foto se consuela

saca su pañuelo y limpia de un borrón

la lágrima.

El ojo ya es piedra y no florece.

 

La foto toca los papeles del corazón

su tinta es un jinete que susurra por los caminos.

 

La foto no vuelve como vuelven los pies

al zapato del siempre.

Su luz es de papel, su ave está herida

por eso, las alas vigilan.

 

La foto habita en los mapas

y traspasa el papel.

Puede ver perfectamente a un árbol.

Cuando llega la noche y la gente sufre

porque no soporta la vida

la foto escucha como un sacerdote

la queja.

 

La foto se alimenta de lugares: eso me dice.

Arranca de su cuerpo todo lo que puede.

Mira al futuro con lentes de acero

así es de difícil la luz que cuela de otro tiempo.

 

La foto se hunde en el océano 

y duerme en cama de piedra.

 

LA FOTO EVITA LO VISIBLE.

Sus líneas son fantasmas

tirando piedras a una pared.

 

"La piedra es flor" piensa la foto

y la flor se aleja de la piedra

para que nadie la corte.

La foto y la flor están heridas

no alumbran ni dejan caer sonidos.

El planeta piensa que no existen.

 

La foto se la ve en las bibliotecas.

Mujer vertical, entiende todo

con ojos encendidos.

 

La foto inventa un diluvio y otras razas.

De tanto crear, le salen flores en las uñas.

Su cuerpo produce un cielo.

 

La foto suena en el interior de los hombres.

Ha dejado un surco de colores,

un corazón que estalla.

 

Los árboles piensan que la foto es hada apasionada.

 

La foto entra donde viven el amigo y el enemigo

aunque su cuerpo ya es de cristal

COMPRENDE LA AVIDEZ DE UN RÍO

que suena en sus ojos.

 

La foto se sorprende ante el humo que sale de su corazón.

Cierra la casa y apaga las lámparas: la aventura la llama.

 

LA FOTO SE PARECE A LA INQUIETUD DE UNA LLAVE SIN PUERTA.

Cada imagen es un salto aplaudiendo

un hombre sin lengua.

 

La foto se desdobla

como si tuviera arena en los ojos.

No levanta la voz aunque su canto es elocuente:

un hilo de agua escucha su historia.

 

La foto ya conoce el ruido de la "Divinidad que devora"

y recibe la visita inesperada de la iluminación.

LE BASTA SABER QUE EXISTEN MOVIMIENTOS EN LA ATMÓSFERA

con cuerpos invisibles que le permiten ser ella.

 

La foto baila en el silencio de la noche.

Se desliza por el agua:

su distancia es una idea que cae.

 

La foto ha llegado a puerto

a su debido tiempo.

 

LA FOTO PARECE UN GLOBO O UN POETA VOLANDO.

Maya Islas

Poeta Maya Islas en revista Árbol Invertido

(Cabaiguán, Cuba, 1947). Reside en Los Estados Unidos desde 1965. Licenciada con Maestría en Psicología General. Ha publicado, entre otros, los libros: Sola... Desnuda... Sin nombre (1974), Sombras-Papel (1978), Altazora (1989), Merla (1991), Nueve manuscritos inéditos (1991-2001), Lifting the Tempest at Breakfast (2001), y Quemando luces (Ed. Betania, Madrid, 2004). Ha obtenido, entre otros reconocimientos, el Cintas Fellowship en Literatura, 1990-1991, y el premio Latino en Literatura, Nueva York (1993).

Comentarios:


felix rizo (no verificado) | Mié, 27/04/2016 - 23:25

como siempre, hermosas imagenes como ningunas.

Anónimo (no verificado) | Jue, 28/04/2016 - 01:17

@#1 gracias, Felix. Siempre con tu alma generosa y corazón puro.

Olga T. (no verificado) | Sáb, 30/04/2016 - 17:07

Muy buen poema, desnudo de hermetismos. Directo y transparente a la vez.

Magali alabau (no verificado) | Dom, 01/05/2016 - 08:22

Querida Maya, he disfrutado tus poemas, felicidades y éxito con tu nuevo libro

Shely Ll Bresso (no verificado) | Vie, 29/10/2021 - 05:36

Un gusto leer su poema.

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