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“Caballeresca militancia”. Opiniones sobre Rafael Almanza

Rafael Almanza junto a colaboradores jóvenes.
Imagen: Rafael Almanza
Rafael Almanza junto a colaboradores jóvenes. | Imagen: Francis Sánchez

Otro poeta discursivo y experimental que vale la pena destacar es el poeta, crítico, ensayista, economista y curador camagüeyano Rafael Almanza (1957). Los poemarios de Almanza han sido recogidos y estructurados en diversas colecciones, algunas de carácter continuo como El Amor Universal denominada por el autor “canto vitalicio”. […]

De acuerdo al autor de “La poesía tiene derecho a defenderse” lo experimental no tiene por qué constituir un género o un modo aparte y separado de la lírica tradicional. Como crítico Almanza apunta a una línea innovadora y antitética con respecto a los proyectos de antiescritura de los 90 del grupo Diáspora(s). Una línea que también difiere del experimentalismo de Sarduy y de la poesía visual de Francis Sánchez:

La poesía tiene derecho a defenderse con los dones poéticos de la imagen sin que para eso tenga que abandonar los de la poesía. El poema visual, el poema objeto, el poema video, el libro iluminado para la pantalla o la extensión al performance son algunas de las armas de la delicadeza de mi batalla por la poesía. Ninguna de esas excepciones del poema pretenden eliminar la lectura silenciosa de los textos […] Pero ahora la imagen y el sonido al alcance de todos permiten entrar en otro período de la expresión poética que no anula las conquistas anteriores sino que las expande y refuerza.

En opinión de Carlos Manresa la experimentación no va reñida con la tradición y este es el caso del poeta Almanza:

Yo creo que cuando hay poética ya hay experimentación. Lo que me llama la atención de la poesía de Almanza es que él no trata de deshacerse de la tradición, sino que más bien le incorpora a la tradición las nuevas técnicas poéticas o maneras de producir poesía. Así, encontramos el himno Iconos como objeto Iconostasio, pero escrito en endecasílabos; encontramos el himno Desde el sueño que, en lo textual, más visual no puede ser, pero con la estrofa sáfico-adónica del renacimiento y otras cosas. En fin, encontramos HymNos, con su discurso particular como un todo artístico, en el que figura un himno ágrafo o fotográfico (12 fotos), pero en HymNos hay también más de 3000 endecasílabos y un himno con 102 sonetos.

Pero además de la poesía mencionada que constituye una trayectoria vital en sí misma, hay que mencionar su obra más reciente —poesía objetual, instalaciones, poesía visual, video-poesía y poesía fractal—. Sus poemas objetos son recreaciones de HymNos “Iconostasio” “Vórtice” (poema-video), “Desde el Sueño” “Lámpara” (“Blasones”, “Iconos, Iconostasio”), “De las consignas” (“Luces de Neón 1”, “Luces de Neón 2”). Algunas muestras de la poesía visual y los videos de Almanza han sido exhibidas por el curador Lester Álvarez en la exposición Teatro Universal, Centro de Desarrollo de las Artes Visuales, La Habana, 2014.

Las recientes instalaciones y videopoemas de Almanza pertenecen a un género, medio y formato radicalmente diferente al de su escritura impresa. En estos nuevos medios el autor concede una mayor intermedialidad entre lector y obra, entre poema objeto, autor y sujeto-lector, la cual difiere del espacio en dos dimensiones del papel. Estas obras todavía presentan una continuidad temática espiritual y estética comparable a su obra impresa. Los poemas recrean la misma cosmovisión a través de los distintos medios. Como indicaría Manresa, su poesía vive libre entre tradición y vanguardia y se resiste a ser clasificada. […]

En este acercamiento a lo experimental hemos visto también la temática de lo sagrado y lo espiritual en la poesía de Rafael Almanza que actúa como subtexto en todos sus libros.

Laura López Fernández: Expresión y experimentación en la poesía no discursiva en España y Cuba (Santiago de Compostela: Servicio de publicaciones e intercambio científico Campus Vida, Universidad de Santiago de Compostela, 2016, pp. 118, 121-122, 128.)

Vitrina. Instalación poética de Rafael Almanza
Poesía visual de Rafael Almanza

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In 2008 Letras Cubanas published a thick, idiosyncratic study, one that became a quasi-cult curiosity among poets and critics. The book, with the almost nonsensical title Eliseo DIEgo: el juEgo de diEs? (Eliseo DIEgo: the gAme of tEnn?) was written by the Camagüey-based essayist and poet Rafael Almanza.1 Eliseo Diego is one of Cuba’s best-known mid-twentieth-century poets, and Almanza’s study is devoted to revealing the ludic core of his oeuvre. […]

Almanza stakes his project on this utopic space of pure creation. At his home in Camagüey he writes poetry and hosts performances, which include theater, readings, and video art. Many of his performances have been structured around Herman Hesse’s exploration of play as proposed in The Glass Bead Game (1943). Almanza describes the ludic as a space in which the virtual—not the digital but, following Greek poetics, simply poetry—confronts “the real”: politics and society. His peñas (playful get-togethers) have, in turn, drawn the interest of the young artist Lester Álvarez, who has made a documentary about Almanza’s amateur happenings, and who also included the Camagüeyan writer’s visual poems made of neon in Havana’s 2014 Contemporary Art Salon.

Almanza works at the interstices of the two concepts of play outlined above, both ancient and modern. For him, play is both the classical (ethical) “work” of play, and the modern (aesthetic) antithesis to work. He explores the ludic in Eliseo Diego’s poetry with recourse to four of its expressions, as defined by Caillois: mimicry (theater, pageantry), ilinx (activities that induce vertigo), agon (contests), alea (games of chance), adding from Jean Duvignaud, plauderei, or word games, play with discourse. Almanza finds ludic principles structuring virtually all of Diego’s works, from the most explicitly playful such as Divertimentos y versiones (Diversions and Versions, 1967) to less clearly gamic works such as Muestrario del mundo o el libro de las maravillas de Boloña: La Habana 1836–1967 (Exhibit of the World or the Book of Boloña’s Wonders: Havana 1836–1967, 1968), a sort of modern emblem book of illustrated poems.

Rafael Price: Planet Cuba. Arte, cultura y el futuro de la isla (Londres: Versobook, 2015, pp. 128, 134.)

 

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Actualmente vive en Cuba, aunque publica su poesía en Estados Unidos […] el poeta, ensayista y narrador Rafael Almanza Alonso (1957). Su labor como intelectual ha sido reconocida sobre todo por su aporte ensayístico, al tener ya en su haber tres volúmenes publicados sobre la obra de José Martí, así como una minuciosa monografía sobre el poeta cubano contemporáneo Eliseo Diego. Pero no ha ocurrido lo mismo con su obra poética. No es sino en los primeros años del siglo XXI que aparecen, con décadas de atraso, sus dos poemarios de juventud, publicados por la editorial de autor, radicada en Miami, Ediciones Homagno. Los volúmenes son Libro de Jóveno (2003) y El Gran Camino de la Vida (2005). Bajo el sello de estas mismas ediciones acaba de aparecer HymNos (2014), un homérico himnario que recoge 16 composiciones de este tipo en más de 500 páginas. En Iconos, uno de estos extensos himnos con más de 500 versos, hemos encontrado de manera uniforme un número importante de endecasílabos dactílicos. […]

HymNos es una obra en marcha, un proyecto de himnario mayor que debería alcanzar la cifra total de 24 himnos. En su primera publicación cuenta con 16 himnos repartidos en 536 páginas, que son a su vez una colección de cinco himnarios menores. El primero, Visiones, contiene los cinco primeros himnos: Del Contacto, De la Almendra, Al Sol del Centro, De la Distancia y Desde el Sueño. Iconos, el segundo himnario, contiene los tres himnos Iconos, Virtual y Vórtice. El tercer himnario, Del Amor Divino, está compuesto por un único himno, construido a su vez por 102 sonetos. El cuarto himnario, Adjetivos, contiene los cuatro himnos Memorial, Semejante, Anual y Unánime. El quinto himnario, Áncora, con un único himno del mismo nombre cierra el volumen. Por último, De las Consignas, está compuesto por ocho carteles o pancartas intercaladas a lo largo del himnario. […]

A manera de conclusión, podemos decir que Iconos es un nuevo caso de uso intencional del moderno endecasílabo dactílico, que el uso y la extensión de tal variante del endecasílabo son necesarios a sus fines estéticos —entre otros, la reunión dentro del paradigma métrico verso variable— y que, finalmente, sitúa la barra de la ejecución de este metro mucho más alta que la de sus predecesores.

Carlos Manresa González: “Iconos, de Rafael Almanza, un nuevo caso de uso intencional del endecasílabo dactílico”. Sevilla: Rhythmica, XIII, 2015, pp. 102-103, 106, 126.)

 

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Creo que fue el momento en que, por primera vez, hubo en la poesía camagüeyana […] una voluntad de cohesión y que convivieron —en la ciudad cabecera fundamentalmente— poetas cuya obra posterior sirvió para hablar de una “poesía camagüeyana” […] a finales de los ochenta, sin embargo, estuvieron en Camagüey una serie de poetas que intentaron permanecer y sentirse orgullosos de esa permanencia. […]

Los rasgos quizás comunes a los cuatro [Roberto Manzano y Rafael Almanza más los poetas Jesús Lozada y Roberto Méndez. Curbelo se excluye.] sean el intento de anteponer los cuestionamientos ontológicos a las menudencias de la denuncia social o al inventario erótico-emocional que caracterizaron otras zonas de la poesía cubana de entonces, y el preferir búsquedas formales de estirpe más “clásica” que el desaliño posconversacional o la fragmentación deconstructivista de la neovanguardia.

Jesús david Curbelo: Fast Thoughts, Ejercicios de mayéutica (La Habana: Letras Cubanas, 2014, pp. 132-134.)

 

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Almanza me parece uno de los mejores lectores de poesía que he conocido, no solo por su sólida formación intelectual, sino además por su exquisita sensibilidad, capaz de hacer profundas y originales apreciaciones; su faena crítica permanece dispersa en publicaciones cubanas y extranjeras, pero vale la pena resaltar sus sondeos en Lezama, Fina, Cintio y Eliseo, que bastarían para granjearle un sitio entre los mayores críticos literarios cubanos.

Jesús David Curbelo: Juez y parte I. Meditraiciones (La Habana: Cuba Literaria, 2004. En línea: http://www.cubaliteraria.cu/img/libros/1711573.pdf, pp. 368-369.)

 

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Podemos afirmar que nuestro poeta sería un herético posmoderno que canta el Amor de la divinidad en nuestra Isla […] Los HymNos, cuya inspiración es cristiana, entonces procuran sencillamente testimoniar la existencia del discurso divino […] su texto Iconos, dedicado a la figura del Padre de la Trinidad, crea una especie de objeto para la alabanza sagrada, en imágenes visuales conformadas por la distribución espacial de los versos que producen un efecto emocional en el lector, ya sea por su contenido espiritual o por su ejecución artística.

 

Ivania del Pozo: "El icono literario: Rafael Almanza". Espejo de vehemencia. Un viaje al Camagüey poético (Camagüey: Editorial Ácana, 2002, pp. 55, 56, 57, 61.)

 

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EL LIBRO DE JÓVENO

 

La clara y permanente fundamentación martiana de este libro de Rafael Almanza, no lo desmerece por mimetismo ni lo convierte en prolongación o glosa de la poética de los Versos Libres, que es la dimensión de la obra lírica de Martí con la que más se relaciona. Muy por el contrario, estamos en presencia de eso tan raro que es en literatura, no una influencia, sino una filiación. El poeta del Libro de Jóveno se sabe y se quiere hijo del mayor de los cubanos, lo cual significa, no sólo asumir su código de valores éticos fundamentales, sino además, precisamente, ver por sí, pensar y sentir por sí, vivir y poetizar por sí. De ello se desprende, como de una raíz bien plantada, un vigoroso tronco propio, un ramaje únicamente súbdito del sol, unos frutos que desde los dieciocho años del autor empezaron a ostentar una sorprendente madurez. El Libro de Jóveno (1975-1984) es la primera sección o etapa de una obra vitalicia concebida en su totalidad bajo el título de El Amor Universal. Ya la magnitud de este proyecto —con todos los riesgos que lo programado o preconcebido opone a la espontaneidad del quehacer poético— nos da la medida de la noble ambición de este poeta que desde su adolescencia, sin excusas ni balbuceos, alza una voz edificadora, una voz fundadora de su propia vida, proyectada como un solo poema creciente. Si este proyecto nos fuese enunciado como teoría o plan o plano de una futura construcción, dudaríamos de su validez poética. Lo que ocurre sin embargo es que tal proyecto coincide absolutamente con una vocación, con una inspiración, con un Credo Vital que se va formulando a través de muy concretas y profundas experiencias.

Poesía de contenido impulso hímnico —”¡tensa la vela en la presión del viento”!—, exultante por entusiasmo ante la belleza implacable y libre de la ley que lo gobierna todo, su naturaleza no es la próxima o pintoresca, ni la abstracta o alegórica, sino la naturaleza viva transmutada en los símbolos humanos del gozo, la plenitud, la aceptación: la naturaleza como signo de admiración de la vida, de admiración a la vida. No es propósito de estas líneas señalar, a partir de tales premisas, la trayectoria espiritual recorrida por estos poemas de iniciación en la militancia del amor, de la que no pueden estar ausentes sus encarnizados y mortales enemigos. Caballeresca militancia, tan poco de moda y por lo mismo tan necesaria hoy, especialmente para la juventud, que en este libro hallará el ejemplo y desafío de un materialismo integral, asumido hasta sus últimas consecuencias, las que van a coincidir, por deslumbrada gravitación, con las convicciones y divisas del espiritualismo revolucionario martiano. Sólo quiero añadir que, por todo lo apuntado y por la rotunda excelencia formal de estos poemas, frecuentemente antológicos, me parece cuestión de honor para las editoriales cubanas que se dé a la luz sin dilación el Libro de Jóveno y se continúe la publicación sucesiva e íntegra de El Amor Universal.

La Habana, 7 de junio de 1990.

Cintio Vitier. Epílogo del Libro de Jóveno, Homagno, Miami, 2003.

 

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